Videojugadoras españolas denuncian machismo en internet
Según un estudio realizado por las empresas Reach3 Insights y Lenovo, un 77 % de las encuestadas aseguraron que habían sufrido algún momento desagradable debido a su género mientras jugaban. Además, el 59 % ocultaban que son mujeres para evitar comentarios ofensivos.
Mara Bassa González
Varias videojugadoras españolas que transmiten en directo sus partidas aseguran haber sufrido actitudes machistas en internet, ya se dediquen profesionalmente a esta actividad o tan solo sean aficionadas.
Elena (conocida como “Elesky” en la red), Rocío Rodríguez o Elizabeth García (“Xtradelicius”) han confirmado haber padecido esas situaciones, que reveló en mayo un estudio de las empresas Reach3 Insights y Lenovo.
Según el mismo, un 77 % de las encuestadas aseguraron que habían sufrido algún momento desagradable debido a su género mientras jugaban. Además, el 59 % ocultaban que son mujeres para evitar comentarios ofensivos.
”A los 13 años, mi madre me decía que tuviera cuidado jugando porque hay hombres malos en internet”, recuerda Rocío como una advertencia interiorizada a la hora de entretenerse con un videojuego.
Jugar entre amigos para evitar riesgos
Ella juega en un equipo de cinco amigos porque se siente “más cómoda” al conocerse entre sí, y de este modo se asegura no correr el riesgo de sufrir actitudes machistas de desconocidos.
Si alguna vez juega sola, no suele ocultar su género y si le preguntan con burla si es una chica, unas veces responde tajante que sí para dar la cara y otras opta por callarse.
”En un directo me insultaron, me dijeron que las chicas no tendrían que jugar” y empezaron a eliminarla sus propios compañeros de equipo, en vez de hacerlo sus enemigos. “Lo pasé fatal, tuve que silenciarlos a todos”, lamenta.
Denunciar a usuarios y silenciarlos
Elizabeth tuvo que reportar (denunciar un comportamiento, en el argot de los jugadores) a otros usuarios y silenciarlos, lo que admite que dificulta la comunicación con el equipo.
Le molesta tener que aguantar estas actitudes y tomar esas medidas: “No se cortan, les da igual si es por escrito o por voz”, señala en referencia a los insultos.
Sostiene que tampoco se impone un castigo firme a los usuarios que hacen comentarios machistas, ya que “la máquina” no siempre los identifica como tal; considera que, además, hay un “problema de educación”.
Elena, que forma parte de uno de los grupos más conocidos de deportes electrónicos de España, Vodafone Giants, está en la misma línea que Elizabeth: “Puede ser que la gente se ampare en el anonimato; si se les pudiera identificar de alguna forma, no lo harían”.
Equipo y comunidad
Un apoyo es pertenecer a un equipo y eso lo sabe bien Elena, que se siente “valorada y cómoda”.
Aparte de contar con el respaldo de Vodafone Giants, un videojugador también construye una “comunidad”, es decir, seguidores activos que interactúan y, en su caso, siempre desde el respeto.
”La comunidad en mi canal es genial”, explica la jugadora al referirse a sus seguidores de la plataforma de videos en directo Twitch, que ya saben cómo es ella y se divierten todos juntos, lo que, al fin y al cabo, es el verdadero propósito de los videojuegos.
Varias videojugadoras españolas que transmiten en directo sus partidas aseguran haber sufrido actitudes machistas en internet, ya se dediquen profesionalmente a esta actividad o tan solo sean aficionadas.
Elena (conocida como “Elesky” en la red), Rocío Rodríguez o Elizabeth García (“Xtradelicius”) han confirmado haber padecido esas situaciones, que reveló en mayo un estudio de las empresas Reach3 Insights y Lenovo.
Según el mismo, un 77 % de las encuestadas aseguraron que habían sufrido algún momento desagradable debido a su género mientras jugaban. Además, el 59 % ocultaban que son mujeres para evitar comentarios ofensivos.
”A los 13 años, mi madre me decía que tuviera cuidado jugando porque hay hombres malos en internet”, recuerda Rocío como una advertencia interiorizada a la hora de entretenerse con un videojuego.
Jugar entre amigos para evitar riesgos
Ella juega en un equipo de cinco amigos porque se siente “más cómoda” al conocerse entre sí, y de este modo se asegura no correr el riesgo de sufrir actitudes machistas de desconocidos.
Si alguna vez juega sola, no suele ocultar su género y si le preguntan con burla si es una chica, unas veces responde tajante que sí para dar la cara y otras opta por callarse.
”En un directo me insultaron, me dijeron que las chicas no tendrían que jugar” y empezaron a eliminarla sus propios compañeros de equipo, en vez de hacerlo sus enemigos. “Lo pasé fatal, tuve que silenciarlos a todos”, lamenta.
Denunciar a usuarios y silenciarlos
Elizabeth tuvo que reportar (denunciar un comportamiento, en el argot de los jugadores) a otros usuarios y silenciarlos, lo que admite que dificulta la comunicación con el equipo.
Le molesta tener que aguantar estas actitudes y tomar esas medidas: “No se cortan, les da igual si es por escrito o por voz”, señala en referencia a los insultos.
Sostiene que tampoco se impone un castigo firme a los usuarios que hacen comentarios machistas, ya que “la máquina” no siempre los identifica como tal; considera que, además, hay un “problema de educación”.
Elena, que forma parte de uno de los grupos más conocidos de deportes electrónicos de España, Vodafone Giants, está en la misma línea que Elizabeth: “Puede ser que la gente se ampare en el anonimato; si se les pudiera identificar de alguna forma, no lo harían”.
Equipo y comunidad
Un apoyo es pertenecer a un equipo y eso lo sabe bien Elena, que se siente “valorada y cómoda”.
Aparte de contar con el respaldo de Vodafone Giants, un videojugador también construye una “comunidad”, es decir, seguidores activos que interactúan y, en su caso, siempre desde el respeto.
”La comunidad en mi canal es genial”, explica la jugadora al referirse a sus seguidores de la plataforma de videos en directo Twitch, que ya saben cómo es ella y se divierten todos juntos, lo que, al fin y al cabo, es el verdadero propósito de los videojuegos.