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La administración del presidente Donald Trump vuelve a sacudir la diplomacia mundial este viernes. Primero, en la mañana, el gobierno confirmó que Estados Unidos se retira del Tratado de Cielos Abiertos, un importante acuerdo de armas firmado en 1992 que permite a los países miembros realizar vuelos de reconocimiento a corto plazo con aviones desarmados para recopilar datos sobre las actividades militares de los otros miembros. La decisión forzó una reunión de emergencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la que varios gobiernos manifestaron su rechazo a la acción del mandatario republicano. En la noche, el diario estadounidense The Washington Post publicó un reportaje en el que asegura que ahora la administración ha discutido la reactivación de pruebas nucleares por primera vez en décadas, lo que aumentaría de seguro la tensión con otras potencias nucleares.
Estados Unidos no realiza pruebas de este tipo desde septiembre de 1992, pero según John Hudson, uno de los autores del reportaje, Trump discutió con altos funcionarios del gobierno la realización de la primera explosión nuclear en tres décadas. Esto tendría consecuencias no solo con los aliados de Estados Unidos, sino que revertiría décadas de tratados hechos por el país.
¿Por qué ahora?
Con la reactivación de las pruebas de armas nucleares Trump estaría buscando presionar a China y Rusia -países que según funcionarios de su gobierno estaría haciendo pruebas nucleares en secreto- para firmar un acuerdo trilateral sobre armas nucleares. Pero en lugar de motivar un nuevo pacto, esto encendería las alarmas en los otros gobiernos para seguir el camino de Estados Unidos. Según Daryl Kimball, director de la Asociación de Control de Armas consultado por The Post, esta “sería una invitación para que otros países siguieran su ejemplo”. Y la lista no se limita a rusos y chinos, sino también a Corea del Norte, bajo el mandato de Kim Jong-un, y a Irán.
¿Cuáles son las consecuencias?
En principio, esta decisión provocaría dos efectos. No solo deterioraría los ya maltratados tratados existentes firmados por Estados Unidos, sino que tendría un impacto ambiental grave. Por el lado diplomático, sería otra muestra de que Estados Unidos bajo la administración Trump es un negociador peligroso. Ya se ha salido de importantes tratados, como el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) con Rusia, lo que dejó a las dos potencias dependiendo solo de la renovación de otro importante acuerdo para brindar tranquilidad sobre el uso de arsenal nuclear: el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como Nuevo Start. Este tratado, sin embargo, expira en febrero de 2021, y por lo pronto no hay un acuerdo entre Moscú y Washington para su renovación, pues Trump está buscando que lograr un acuerdo nuclear con China, pero Beijing ha rechazado los diálogos con su gobierno.
Entre tanto, la amenaza del coronavirus sigue creciendo en Estados Unidos. En la noche del viernes también se confirmó que el país registraba 1.6 millones de contagios con al menos 95.900 muertes.
“Porque a 2020 le faltaba una detonación nuclear”, dijo Spencer Ackerman, reportero de The Daily Best.