5 emblemáticos cafés de Buenos Aires imperdibles en su viaje a Argentina
Tomar café en Buenos Aires es un ritual de encuentro con uno mismo, con otros y con la historia. Conozca cinco recomendaciones del Instituto Nacional de Promoción Turística, Inprotur.
Redacción Turismo
Las calles de Buenos Aires esconden místicos aromas, sonidos y personas. El café argentino guarda un reservorio de anécdotas, personajes y vivencias que hacen a la identidad porteña.
Bien sabido es que en la capital de Argentina la experiencia de ir a tomar un café no es simplemente eso. Es, más bien, un ritual para leer un diario, un libro, tener un momento a solas o disfrutar de la tradición que envuelve estos espacios. Es la excusa para sentarse en el mismo lugar donde estuvieron reyes, presidentes, reconocidos artistas, escritores o deportistas.
Y cada uno de estos espacios esconde historias siempre dispuestas a ser descubiertas por cualquier curioso a través del relato de algún mozo o, por qué no, de otro comensal. Pero no todos son iguales, cada uno tiene su mística. Estas son cinco recomendaciones del Instituto Nacional de Promoción Turística, Inprotur, para que vaya preparando su viaje a Argentina, que desde el 1 de noviembre abrirá fronteras para los turistas.
1. Café Tortoni: el más antiguo de Argentina. El arte habita este bar notable, al que fueron a buscar inspiración personajes como el cantante Carlos Gardel, los escritores Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni, el automovilista pentacampeón del mundo Juan Manuel Fangio y, según se cuenta, hasta el mismo Albert Einstein.
Le debe su nombre su homónimo de París, pero, su fachada, las mesas y las columnas de mármol, las vidrieras del siglo XIX en el techo y el halo que lo rodea, hacen que nada tenga que envidiarle. Sin mencionar que sus paredes emanan pura cultura e historia inmersas en un característico estilo que remite a otros tiempos.
La apertura del emblemático Café Tortoni, en 1858, fue el 26 de octubre, Día de los Cafés de Buenos Aires.
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2. Café de los Angelitos: es atravesar el tiempo. Al ingresar, se genera la sensación de volver a 1890, cuando fue fundado y, si bien durante 14 años permaneció cerrado, no perdió el toque. Las paredes cuentan historias a través de las fotos que recrean la época en que este notable nació mientras desde un balcón baja la música en vivo de un bandoneón e inunda el salón al ritmo del 2x4.
3. Café Margot: del barrio de Boedo, otro inseparable de la identidad porteña. Entre los de paladar más exigente se dice que el imperdible de la casa es el sándwich de pavita al escabeche, creado en los años 40. Y por qué no acompañar la experiencia con la lectura de un libro, de esos que duermen en la biblioteca situada en la parte de atrás del local. Desde 1904, este lugar fue testigo del paso de anarquistas, tangueros y escritores, recordados en los retratos de sus paredes.
4. Bar Federal: ubicado en San Telmo, antes de convertirse en el café que es hoy fue pulpería, tienda de comestibles y alojó un prostíbulo, según cuentan. ¡Vaya si guardarán historias sus mesas y mostradores! Tiene más de 150 años y los demuestra orgullosamente a través de viejas publicidades, fotografías y objetos antiguos.
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5. La Biela: destino obligado para turistas colombianos amantes del café y el automovilismo. Su propio nombre está inspirado en la pieza del auto de un piloto argentino que se rompió en la esquina de Recoleta donde está el bar. Mito o realidad, lo cierto es que por las mesas de este emblemático pasaron grandes de la Fórmula 1 como Jackie Stewart o Emerson Fitipaldi y figuras de otros ámbitos, como los entonces reyes de España, Juan Carlos y Sofía.
Las calles de Buenos Aires esconden místicos aromas, sonidos y personas. El café argentino guarda un reservorio de anécdotas, personajes y vivencias que hacen a la identidad porteña.
Bien sabido es que en la capital de Argentina la experiencia de ir a tomar un café no es simplemente eso. Es, más bien, un ritual para leer un diario, un libro, tener un momento a solas o disfrutar de la tradición que envuelve estos espacios. Es la excusa para sentarse en el mismo lugar donde estuvieron reyes, presidentes, reconocidos artistas, escritores o deportistas.
Y cada uno de estos espacios esconde historias siempre dispuestas a ser descubiertas por cualquier curioso a través del relato de algún mozo o, por qué no, de otro comensal. Pero no todos son iguales, cada uno tiene su mística. Estas son cinco recomendaciones del Instituto Nacional de Promoción Turística, Inprotur, para que vaya preparando su viaje a Argentina, que desde el 1 de noviembre abrirá fronteras para los turistas.
1. Café Tortoni: el más antiguo de Argentina. El arte habita este bar notable, al que fueron a buscar inspiración personajes como el cantante Carlos Gardel, los escritores Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni, el automovilista pentacampeón del mundo Juan Manuel Fangio y, según se cuenta, hasta el mismo Albert Einstein.
Le debe su nombre su homónimo de París, pero, su fachada, las mesas y las columnas de mármol, las vidrieras del siglo XIX en el techo y el halo que lo rodea, hacen que nada tenga que envidiarle. Sin mencionar que sus paredes emanan pura cultura e historia inmersas en un característico estilo que remite a otros tiempos.
La apertura del emblemático Café Tortoni, en 1858, fue el 26 de octubre, Día de los Cafés de Buenos Aires.
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2. Café de los Angelitos: es atravesar el tiempo. Al ingresar, se genera la sensación de volver a 1890, cuando fue fundado y, si bien durante 14 años permaneció cerrado, no perdió el toque. Las paredes cuentan historias a través de las fotos que recrean la época en que este notable nació mientras desde un balcón baja la música en vivo de un bandoneón e inunda el salón al ritmo del 2x4.
3. Café Margot: del barrio de Boedo, otro inseparable de la identidad porteña. Entre los de paladar más exigente se dice que el imperdible de la casa es el sándwich de pavita al escabeche, creado en los años 40. Y por qué no acompañar la experiencia con la lectura de un libro, de esos que duermen en la biblioteca situada en la parte de atrás del local. Desde 1904, este lugar fue testigo del paso de anarquistas, tangueros y escritores, recordados en los retratos de sus paredes.
4. Bar Federal: ubicado en San Telmo, antes de convertirse en el café que es hoy fue pulpería, tienda de comestibles y alojó un prostíbulo, según cuentan. ¡Vaya si guardarán historias sus mesas y mostradores! Tiene más de 150 años y los demuestra orgullosamente a través de viejas publicidades, fotografías y objetos antiguos.
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5. La Biela: destino obligado para turistas colombianos amantes del café y el automovilismo. Su propio nombre está inspirado en la pieza del auto de un piloto argentino que se rompió en la esquina de Recoleta donde está el bar. Mito o realidad, lo cierto es que por las mesas de este emblemático pasaron grandes de la Fórmula 1 como Jackie Stewart o Emerson Fitipaldi y figuras de otros ámbitos, como los entonces reyes de España, Juan Carlos y Sofía.