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En Whittier, un pequeño pueblo de Alaska, más del 80% de su población reside en la Torre Begich, un robusto edificio de 14 plantas que no solo ofrece viviendas, sino también una serie de servicios esenciales que lo convierten prácticamente en una ciudad autosuficiente.
La Torre Begich, construida a finales de la década de 1950, no solo es el hogar de la mayoría de los habitantes de Whittier, sino que también alberga servicios esenciales. En su interior se encuentran un supermercado, una oficina de correos, una iglesia comunitaria, una lavandería e incluso un túnel subterráneo que conecta con la escuela del pueblo, permitiendo a los niños acudir a clase sin exponerse a las duras condiciones meteorológicas, que en invierno pueden alcanzar temperaturas de -21 ºC, vientos de hasta 96 km/h y nevadas de más de seis metros.
Fuera del edificio, solo unas pocas familias residen en viviendas unifamiliares, ubicadas a escasos metros entre sí. La ciudad también cuenta con una pequeña red de infraestructuras que dan servicio a sus residentes y a los turistas que llegan en verano.
¿Cómo llegar a Whittier?
Para llegar a Whittier es necesario atravesar el Anton Anderson Memorial Tunnel, un paso subterráneo de cuatro kilómetros que atraviesa la montaña de Maynard y que es el túnel de carretera más largo de Norteamérica.
Sin embargo, este túnel tiene la peculiaridad de contar con un único carril, lo que hace que el tráfico esté regulado por horarios específicos. “Se abre media hora para los que van, media hora para los que regresan y por la noche está completamente cerrado”, explica Villar en su vídeo. Además, el acceso tiene un peaje de 13 dólares por turismo en trayecto de ida y vuelta.
Whittier tiene su origen en la Segunda Guerra Mundial, cuando fue desarrollado como un puerto estratégico de aguas profundas para el transporte de tropas y suministros. En 1943 se construyó un ferrocarril que lo conectó con otras ciudades de Alaska, lo que permitió su crecimiento posterior.
Hoy en día, aunque la comunidad se mantiene pequeña en número de residentes, la población se multiplica durante los meses de verano con la llegada de miles de turistas. Entre mayo y septiembre, los cruceros hacen parada en Whittier entre dos y tres veces por semana, atrayendo a visitantes que buscan explorar los glaciares y la naturaleza de la región.
Además, es un destino popular entre los habitantes de Alaska para la práctica de actividades como la navegación, la pesca, el kayak y el camping.
¿Qué hacer en Whittier?
De acuerdo con la información oficial, es un destino ideal para los observadores de aves pues se pueden encontrar desde águilas calvas y grandes búhos grises hasta el esquivo halcón peregrino. En los meses de veranos hay avistamiento de puercoespines, osos negros, cabras montesas, ballenas jorobadas, nutrias marinas, orcas y focas comunes también visitan Whittier.
Para los amantes de la aventura hay distintas opciones: se puede ir al el histórico Portage Trail, de 10.000 años de antigüedad, o también hacer rutas de senderismo por Horsetail Falls y Emerald Point Trails, que tienen vistas insuperables. Jetski, kayak, paseos en bote y cruceros de un día por glaciares son opciones para disfrutar. Hay mucha naturaleza salvaje para explorar.