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Así puede vivir una experiencia de viaje sin salir de casa

Los amantes a los viajes nunca pensamos que desde casa podríamos transportarnos y conectarnos con otras personas, culturas y saberes, sin embargo, las dinámicas cambiaron tanto que actualmente hay muy buenas opciones para hacerlo. Esta es una de ellas.

María Alejandra Castaño Carmona - mcastano@elespectador.com
01 de octubre de 2020 - 04:00 p. m.
En Divino Abasto se pueden tomar clases de tango, desde cualquier lugar del mundo.
En Divino Abasto se pueden tomar clases de tango, desde cualquier lugar del mundo.
Foto: Gar Posco. Cortesía: Divino Abasto
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Hacer nuevos amigos, conocer de otras culturas, aprender sobre algo que siempre había soñado y viajar desde casa nunca fue tan fácil.

Las restricciones impuestas en todo el mundo para minimizar el impacto de la pandemia dejaron al turismo como uno de los sectores más golpeados, sin embargo, también fue la oportunidad de lanzar nuevas estrategias y alternativas para que los apasionados por los viajes pudieran transportarse desde casa, y quienes recibían dinero del turismo pudieran seguir generando ingresos.

Los amantes a los viajes nunca pensamos que desde casa podríamos transportarnos y conectarnos con otras personas, culturas y saberes, sin embargo, las dinámicas cambiaron tanto y las emociones están vibrando tan fuerte, que, gracias a la tecnología y a la imaginación durante los meses de cuarentena, e incluso ahora, cuando se han flexibilizado más las restricciones, hemos podido viajar desde nuestro hogar.

Es el caso de Airbnb, que, gracias a sus Experiencias en línea, logró una nueva forma de conectar anfitriones y huéspedes. A medida que los anfitriones migraron sus experiencias al mundo virtual descubrieron un nuevo modo de compartir sus pasiones, ofreciéndoles a los viajeros la oportunidad de explorar nuevas culturas desde sus hogares.

Una experiencia online, se ha convertido en el regalo perfecto para los papás, mamás, novios, amigos, y en general, para cualquier persona que quiera aprender algo nuevo, conocer personas de otros países, relajarse o distraerse un rato y vivir una experiencia nueva.

No importa si es el mes del Amor y la Amistad, si es Halloween, o Navidad; si está de aniversario, si algún cercano suyo cumple años, si es un día especial, o simplemente quiere sorprender a alguien que quiere, o a usted mismo… una experiencia en línea siempre será una gran alternativa.

Opciones para todos los gustos

Las experiencias online en Airbnb ofrecen amplias posibilidades. Desde una meditación con monjes budistas, hasta visitas virtuales para conocer a los perros de Chernóbil o clases de cocina con una familia marroquí; también clases con atletas olímpicos y paralímpicos, o clases de tango, y no solo para aprender a bailar, sino para conocer sobre toda la cultura de este tradicional baile, desde el mismísimo Buenos Aires.

“Yo como bailarina de tango en Buenos Aires, suelo trabajar con gente de todo el mundo que vienen a mí estudio, eso es histórico para mí, quizás porque hablo muchos idiomas. Entonces fui focalizando mis clases y me especialicé en darle el primer acercamiento al tango a gente del mundo. Mi trabajo, mi lugar, todo lo que soy en tango es Divino Abasto”, cuenta la argentina Luciana Rial, quién, además, ha sido anfitriona turística durante muchos años.

Sobre OCHOS. 3 minutos. Extracto de técnica.

Posted by Divino Abasto Escuela de Tango Luciana Rial on Wednesday, April 1, 2020

A Luciana, como a la mayoría, el COVID-19 le cambió los planes y la hizo adaptarse a nuevas realidades y dinámicas de vida y de trabajo. “¿Qué me pasó con la pandemia?, primero tuve que superar una resistencia que tenía a la educación por streaming, yo suponía que no iba a colmar mis propias expectativas, que era sensibilizar y emocionar a la gente a través del tango”, dice la bailarina.

Luciana, es una de las anfitrionas que actualmente da sus clases de tango a personas de todo el mundo, pero ahora, también lo hace a través de las experiencias online de Airbnb, una gran alternativa para salir de la rutina y disfrutar en pareja.

Programarla es muy fácil, así como sería con cualquier otra experiencia, solo debe elegir en la página de la plataforma la que prefiera, las posibilidades son enormes, hay para todos los gustos, edades, idiomas y condiciones. Puede inclinarse, por ejemplo, por una experiencia ideal para grupos, para familias, con animales, con impacto social, entre muchas otras.

Luego consulta la fecha y hora disponible, hace la reservación y espera un mensaje de su anfitrión, quien le dará más detalles.

Desde ese momento ya usted podrá sentir que hace parte del viaje.

Luciana, de inmediato, a través de un mensaje online, cordialmente da la bienvenida y brinda algunas recomendaciones para el día de la experiencia. No hace falta ver su cara, ni tenerla de frente físicamente, para notar la pasión que siente por el tango y lo feliz que está de enseñar todo lo que se sabe a viajaros de todo el mundo.

Lo demás es mejor que usted lo viva por sí mismo. Al llegar la hora de la experiencia se viven muchas cosas parecidas a las de un viaje físico. La preparación de todo lo necesario, la ansiedad de conocer personas nuevas, la curiosidad de saber qué aprenderemos, la ilusión de aprender sobre nuevas culturas, la emoción de sentir que podemos seguir recorriendo el mundo, así sea desde casa.

“Sí, hay ciertas limitaciones en la experiencia virtual, la verdad es que no poder hacer contacto físico impacta cuando uno enseña a bailar, sin embargo, lo que si tengo que admitir es que llegué a personas que antes no hubieran podido conocer, ni tampoco ellos aprender del tango, porque hubieran tenido que pagar un viaje a Buenos Aires, una estadía... y ahora, por un precio muy bajo, tienen la posibilidad de viajar, porque realmente hay algo que huele a viaje en el streaming, es una experiencia turística”, afirma Luciana.

“Al mismo tiempo, he trabajo, por ejemplo, con gente de Kenia y de Corea del Sur, y otra cosa muy interesante para mí es que yo conozco la casa de la gente, esto es nuevo para mí, hay un feed back que es muy emotivo. Ver ese paisaje hermoso dando una clase a personas en Kenia, es espectacular”, añade la bailarina.

Porque sin duda la experiencia es completa y para todos, no solo se aprende, se vive o se conoce de la experiencia que se contrató, sino que también hay la posibilidad de interactuar con otras culturas, con otras personas e historias de quienes también estaban interesados en la misma temática elegida por usted.

No más los horarios, por ejemplo, que como también dice Luciana son otra forma de adaptarse y ver cómo nos acoplamos a los horarios y las costumbres de las personas. Pues muchas veces, mientras ella se levanta, toma una mate de desayuno y se prepara para dar la clase, en Australia, quienes decidieron aprender de tango, se sirven una copa de vino para brindar, y hasta quizás soltarse un poco más para hacer los pasos que Luciana enseña, y dormir luego de una noche de aprendizaje y diversión.

“Yo creo que ya no se vuelve al mundo anterior, al mismo que teníamos antes de la pandemia, por más de que lo presencial va a ser siempre un producto que maximiza el placer, yo estoy segura que mi trabajo va a tener un ala streaming siempre, de eso ya no se vuelve”, concluye Luciana Rial.

Por María Alejandra Castaño Carmona - mcastano@elespectador.com

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