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Bariloche, Argentina, un imperdible en la Patagonia

Sentir los suaves copos blancos, esquiar y saborear los chocolates más ricos del mundo, son sólo algunas de las inolvidables experiencias que se pueden vivir en Bariloche, Argentina.

María Alejandra Castaño Carmona
12 de septiembre de 2017 - 07:04 p. m.
Cerro Catedral es el centro de esquí más importante de América del Sur.
Cerro Catedral es el centro de esquí más importante de América del Sur.
Foto: Getty Images - Getty Images
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A veces no queda más que sonreír, o llorar, depende de qué tan nostálgico sea. Cerro Catedral, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, en el noroeste de la Patagonia argentina, no solo es el mejor centro de esquí del país gaucho y uno de los más reconocidos de Suramérica, también es una villa con más de 7 mil camas hoteleras al pie de la montaña, alrededor de 400 instructores profesionales de esquí y snowboard, más de 10 mil equipos en alquiler, centro asistencial, chocolaterías, restaurantes y cafés.

Sonreír otra vez porque Cerro Catedral también se trata de sentir, de cerrar los ojos unos segundos mientras cae la suave nieve y la brisa de la cordillera roza nuestro cuerpo. De abrirlos y deslumbrarnos con una ciudad que parece escondida en la nieve, en medio de techos blancos, pinos fuertes, niños corriendo, parejas abrazándose y jóvenes riéndose. Empieza la aventura.

En el centro de la ciudad de Bariloche hay muchos lugares que prestan ropa para la nieve y todos los accesorios necesarios para esquiar. Y aunque es ideal que desde el primer día alquile una buena chaqueta, guantes, botas y hasta un pantalón (las temperaturas son muy bajas, en esta temporada de invierno el promedio es de 0 grados centígrados), es preferible que el pesado equipo de esquí lo alquile en la base del Cerro, ahí encontrará muchas alternativas.

Y prepárese para seguir sonriendo, porque desde que se pone las botas para esquiar, los tiempos cambian. Al principio es imposible no sentir una fuerte presión en los pies, son grandes, duras y todo el tiempo los mantienen hacia al frente. Los primeros pasos son un poco difíciles, si a eso le sumamos que hay que cargar los esquís y los bastones. Sin embargo, la incomodidad se vuelve a transformar en admiración y alegría, cuando vuelve a caminar sobre la nieve. Como un astronauta cuando, con su pesado traje y sus grandes botas, sale a descubrir un nuevo mundo.

Si no es experto puede elegir contratar un instructor, así aprenderá más rápido, conocerá lo mejor de la pista y disfrutará de los espacios indicados según su habilidad. Cerro Catedral tiene 1.200 hectáreas esquiables, más de 2.100 metros de altura, 34 medios de elevación y más de 60 pistas para todos los niveles.

A pesar de estar en la Patagonia practicando otro deporte y a 1.598 kilómetros de distancia de Buenos Aires, en Argentina no se puede escapar del fútbol. Por eso, la primera recomendación de Claudio Díaz, uno de los instructores del Cerro, es que la posición inicial para esquiar es como la de un arquero que está esperando el balón. De ahí en adelante nuestro pensamiento citadino y racional suele complicar las cosas. “Suavecito, sin pensar mucho, vuelva a ser un niño, déjese llevar, no lo piense tanto, vívalo…”, son algunos de los mantras que Claudio repite. Como algunas veces en la vida, qué difícil es dejarse llevar… Mejor, sigamos sonriendo.

Según Díaz, cuando uno esquía debe apartarse de la racionalidad. Si usted quiere girar hacia la derecha, debe inclinar su cuerpo a la izquierda, si quiere girar a la izquierda, debe inclinarse a la derecha. Y claro, frenar es importante, y aunque una opción recurrente es caerse y que el suave tapete helado lo reciba, es mejor seguir instrucciones y girar sus pies hacía adentro, cerrando las puntas, sin juntar las rodillas ni lanzar su peso hacía atrás. La tradicional cuña, que es la posición que permite controlar la velocidad.

Los saltos e inclinaciones deben ser delicados. Como quedamos en que no le íbamos a poner tanta lógica, imaginaremos todos esos movimientos en la posición de un arquero de fútbol con la suavidad de una bailarina de ballet. Mientras tanto el viento sigue soplando, los niños se ríen y los más expertos pasan moviéndose con elegancia y adrenalina.

Debe ser por esa adrenalina, por el traje, o por la emoción del momento, por el frío, o por las ganas de no perder el tiempo, pero pocas veces se ve a las personas pegadas al celular o a cualquier aparato electrónico. Cerro Catedral tiene el poder de desconectarlo del mundo real y conectarlo con su ser. Volver a ser niños para no pensar tanto, y disfrutar. Un plan ideal para pequeños, jóvenes y adultos. Para familias, amigos o parejas. Para todos los que quieran disfrutar de paisajes de cuento de hadas, jugar con la nieve, esquiar y no querer parar...

Chocolates y una canción de amor

Pareciera la sinopsis de un drama romántico, pero no es más que la continuación de un día lleno de magia. Bariloche es famosa por la fabricación de los chocolates más puros y artesanales gracias a sus maestros reposteros y sus originales recetas. Entonces imagínese… luego de un día de esquí, caminando bajo la nieve, viendo cómo cae el sol, sintiendo el aroma del chocolate y antojándose, mientras prueba el primer bocado del que más le provocó, de algunos de los chocolates más deliciosos del mundo.

Entre las decenas de chocolaterías se destaca Rapa Nui, que nos transporta a Europa, a principios del siglo XX, donde Aldo Fenoglio conoció y sostuvo a la perfección la tradición familiar de sus ancestros: la elaboración del chocolate artesanal. La estrella de Rapa Nui son las FraNui, deliciosas frambuesas provenientes de la pequeña ciudad El Bolsón, bañadas en chocolate con leche, o amargo y chocolate blanco.

Y por otro lado, la tradicional muñeca rusa es la imagen de Mamuschka, otro de los chocolates más ricos y tradicionales de Bariloche; además, su colorido local es visita obligada para los turistas que caminan por las románticas calles de la ciudad. En el último mes fueron galardonados con tres medallas en el International Chocolate Awards en Nueva York y con seis medallas en los Academy Chocolate Awards.

Por la noche no queda más que empezar a soñar, mientras sigue cayendo la nieve que adorna de blanco todo el lugar. Bariloche ofrece más de 20 mil camas, que van desde hoteles de primer nivel, a cabañas, hostales y hasta camping. Hay para todos los gustos, precios y necesidades. Uno de los recomendados es el Casco Art Hotel, una propuesta 5 estrellas boutique, que se encuentra sobre la costa del lago Nahuel Huapi. Este es el primer hotel dedicado al arte, con más de 400 obras maestras de los mejores artistas argentinos, tanto en las áreas comunes como en las espaciosas habitaciones, que brindan impresionantes vistas panorámicas.

Como decía Eduardo Galeano: “recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón”... y sonreír. Un día de esquí y chocolate. Y Bariloche tiene mucho más. Sigue cayendo la nieve, en el fondo suenan melodías de amor. Momento de seguir soñando, solo por este día, terminó.

*Invitada por: Inprotur Argentina.

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