Cinco rutas imperdibles para recorrer Francia en bicicleta
Con sus impresionantes rutas ciclistas, el país ofrece una experiencia única para los amantes de este deporte, brindándoles la oportunidad de recorrer paisajes naturales, explorar tesoros históricos y deleitarse con la auténtica gastronomía regional.
Con los Juegos Olímpicos de París 2024 a la vuelta de la esquina, Francia se prepara para recibir una gran afluencia de turistas atraídos no solo por el evento deportivo, sino también por sus numerosos e incomparables atractivos culturales y naturales. Y uno de sus principales encantos es, sin duda, el biciturismo, ya que el país posee una extensa red de rutas ciclistas que recorren todo el territorio nacional, dejando ver hermosos paisajes naturales y zonas protegidas, lejos del tráfico y la contaminación, puesto que cuenta con una amplia infraestructura para esta actividad.
Aquí le presentamos 5 rutas perfectas para disfrutar mientras visita el país:
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1. La Vélodyssée
La Vélodyssée es una ruta cicloturística de larga distancia de 1.300 km que recorre la costa atlántica francesa. Fue inaugurada oficialmente en 2012 y forma parte de la EuroVelo 1, la cual es una ruta de la Costa Atlántica europea.
Incluye:
- Un recorrido de 1.300 km de Roscoff (Bretaña) a Hendaya (Comuna Francesa)
- Regiones atravesadas: Bretaña, Países del Loira y Nueva Aquitania
- 76% del trazado discurre por vías verdes o carriles bici segregados
- 100% de la ruta está debidamente señalizada
- Conecta con 5 rutas ciclistas regionales adicionales
- Dispone de 5 bucles de 25 a 80 km anexos
Esta ruta es muy recomendable para disfrutar en familia y con niños, gracias a su excelente señalización, servicios adaptados y la posibilidad de recorrer tramos más cortos y accesibles. Una buena opción es probar un trayecto de un día (unas 3 horas en bici) a lo largo de las amplias playas del Loira Atlántico, en la costa atlántica francesa. La ruta inicia desde Les Sables d’Olonne, un encantador pueblo costero rodeado de playas y acantilados rocosos, luego pasa por un bosque de pinos hasta alcanzar las interminables playas de arena fina de La Tranche sur Mer.
2. El Valle de Loira
La Loire à Vélo es una impresionante ruta cicloturística de más de 800 km que discurre paralela al río Loira, atravesando la región francesa del mismo nombre, famosa por sus castillos, naturaleza y exquisita gastronomía. Se extiende desde Cuffy, cerca de Nevers, hasta Saint-Brevin les Pins, frente a Saint-Nazaire. Fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000, y ofrece un recorrido seguro y señalizado, ideal para familias y cicloturistas principiantes.
Además de sus atractivos naturales y culturales, La Loire à Vélo está incluida en la EuroVelo 6, una ruta cicloturística de casi 3.600 km que conecta el Atlántico con el Mar Negro. En las dos regiones que atraviesa cuenta con más de 13 redes de bucles locales, convirtiéndola en un eje vertebrador de numerosos itinerarios ciclistas en el corazón de Francia, lo que permite disfrutar de la ruta en su totalidad o explorar tramos más cortos adaptados a diferentes niveles y preferencias.
3. Véloscénie.
La Véloscénie es una ruta cicloturística de 450 km que conecta París con el Mont Saint-Michel, atravesando algunos de los lugares más emblemáticos de Francia. A lo largo del recorrido, los ciclistas podrán disfrutar de paisajes naturales impresionantes, como los parques naturales regionales de Haute Vallée de Chevreuse, Perche y Normandie-Maine, así como de una riqueza patrimonial e histórica incomparable, incluyendo el Castillo de Versalles, la Catedral de Chartres y las localidades normandas.
La ruta es fruto de un ambicioso proyecto conjunto que abarca 4 regiones (Isla de Francia, Centro-Val de Loira, Países del Loira y Normandía), 8 departamentos y atraviesa 3 parques naturales regionales de gran belleza paisajística. El trazado, cuidadosamente señalizado de principio a fin, ofrece una combinación perfecta de vías verdes, carriles de bicicleta apartados del tráfico, tranquilas carreteras secundarias y senderos que discurren por frondosos bosques. Esta mezcla de paisajes y entornos naturales hace que la ruta sea accesible tanto para cicloturistas experimentados en busca de un reto deportivo, como para familias con niños o ciclistas principiantes que deseen disfrutar de un paseo más relajado admirando los paisajes.
4. Lago de Annecy
El tour en bicicleta alrededor del lago de Annecy es considerado una de las rutas más hermosas de Francia. Con un recorrido de aproximadamente 35 km, sigue en gran parte una antigua vía verde ferroviaria, lo que permite disfrutar de un entorno seguro y tranquilo, alejado del tráfico rodado. A lo largo del camino, los ciclistas pueden hacer pausas en las numerosas playas y zonas de baño que bordean la orilla del lago, debido a que la ruta ofrece una combinación perfecta de paisajes naturales impresionantes, con el telón de fondo de los majestuosos Alpes, y puntos de interés como el pintoresco casco antiguo de Annecy.
Se recomienda realizar el circuito en sentido horario, comenzando y terminando en el casco antiguo, pues así se podrá disfrutar de las mejores vistas sobre el lago en la segunda mitad del trayecto. Aunque hay algunos tramos más complicados, como una carretera con tráfico, en general el recorrido es accesible para ciclistas de distintos niveles, contando con diversos puntos de descanso señalizados a lo largo de la vía, como fuentes, mesas de pícnic y antiguas estaciones rehabilitadas.
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5. Canal de Bourgogne
El canal de Bourgogne ofrece una ruta ciclista de 215 km desde Migennes hasta Dijon, la cual atraviesa paisajes campestres llenos de viñedos y pueblos con un rico patrimonio. Esta vía, que está en su mayoría señalizada, se puede realizar en 4 o 5 días de manera segura y accesible para familias con niños.
La ruta bordea tranquilos canales y viñedos, brindando una experiencia eco turística inigualable para reconectar con la naturaleza y sumergirse en el auténtico patrimonio borgoñón. Durante el trayecto, los ciclistas podrán visitar lugares emblemáticos como la abadía románica de Fontenay, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el sitio histórico de Alesia, escenario de la batalla entre Julio César y los galos, la pintoresca ciudad medieval de Châteauneuf-en-Auxois y el imponente Castillo de Commarin.
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Con los Juegos Olímpicos de París 2024 a la vuelta de la esquina, Francia se prepara para recibir una gran afluencia de turistas atraídos no solo por el evento deportivo, sino también por sus numerosos e incomparables atractivos culturales y naturales. Y uno de sus principales encantos es, sin duda, el biciturismo, ya que el país posee una extensa red de rutas ciclistas que recorren todo el territorio nacional, dejando ver hermosos paisajes naturales y zonas protegidas, lejos del tráfico y la contaminación, puesto que cuenta con una amplia infraestructura para esta actividad.
Aquí le presentamos 5 rutas perfectas para disfrutar mientras visita el país:
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1. La Vélodyssée
La Vélodyssée es una ruta cicloturística de larga distancia de 1.300 km que recorre la costa atlántica francesa. Fue inaugurada oficialmente en 2012 y forma parte de la EuroVelo 1, la cual es una ruta de la Costa Atlántica europea.
Incluye:
- Un recorrido de 1.300 km de Roscoff (Bretaña) a Hendaya (Comuna Francesa)
- Regiones atravesadas: Bretaña, Países del Loira y Nueva Aquitania
- 76% del trazado discurre por vías verdes o carriles bici segregados
- 100% de la ruta está debidamente señalizada
- Conecta con 5 rutas ciclistas regionales adicionales
- Dispone de 5 bucles de 25 a 80 km anexos
Esta ruta es muy recomendable para disfrutar en familia y con niños, gracias a su excelente señalización, servicios adaptados y la posibilidad de recorrer tramos más cortos y accesibles. Una buena opción es probar un trayecto de un día (unas 3 horas en bici) a lo largo de las amplias playas del Loira Atlántico, en la costa atlántica francesa. La ruta inicia desde Les Sables d’Olonne, un encantador pueblo costero rodeado de playas y acantilados rocosos, luego pasa por un bosque de pinos hasta alcanzar las interminables playas de arena fina de La Tranche sur Mer.
2. El Valle de Loira
La Loire à Vélo es una impresionante ruta cicloturística de más de 800 km que discurre paralela al río Loira, atravesando la región francesa del mismo nombre, famosa por sus castillos, naturaleza y exquisita gastronomía. Se extiende desde Cuffy, cerca de Nevers, hasta Saint-Brevin les Pins, frente a Saint-Nazaire. Fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000, y ofrece un recorrido seguro y señalizado, ideal para familias y cicloturistas principiantes.
Además de sus atractivos naturales y culturales, La Loire à Vélo está incluida en la EuroVelo 6, una ruta cicloturística de casi 3.600 km que conecta el Atlántico con el Mar Negro. En las dos regiones que atraviesa cuenta con más de 13 redes de bucles locales, convirtiéndola en un eje vertebrador de numerosos itinerarios ciclistas en el corazón de Francia, lo que permite disfrutar de la ruta en su totalidad o explorar tramos más cortos adaptados a diferentes niveles y preferencias.
3. Véloscénie.
La Véloscénie es una ruta cicloturística de 450 km que conecta París con el Mont Saint-Michel, atravesando algunos de los lugares más emblemáticos de Francia. A lo largo del recorrido, los ciclistas podrán disfrutar de paisajes naturales impresionantes, como los parques naturales regionales de Haute Vallée de Chevreuse, Perche y Normandie-Maine, así como de una riqueza patrimonial e histórica incomparable, incluyendo el Castillo de Versalles, la Catedral de Chartres y las localidades normandas.
La ruta es fruto de un ambicioso proyecto conjunto que abarca 4 regiones (Isla de Francia, Centro-Val de Loira, Países del Loira y Normandía), 8 departamentos y atraviesa 3 parques naturales regionales de gran belleza paisajística. El trazado, cuidadosamente señalizado de principio a fin, ofrece una combinación perfecta de vías verdes, carriles de bicicleta apartados del tráfico, tranquilas carreteras secundarias y senderos que discurren por frondosos bosques. Esta mezcla de paisajes y entornos naturales hace que la ruta sea accesible tanto para cicloturistas experimentados en busca de un reto deportivo, como para familias con niños o ciclistas principiantes que deseen disfrutar de un paseo más relajado admirando los paisajes.
4. Lago de Annecy
El tour en bicicleta alrededor del lago de Annecy es considerado una de las rutas más hermosas de Francia. Con un recorrido de aproximadamente 35 km, sigue en gran parte una antigua vía verde ferroviaria, lo que permite disfrutar de un entorno seguro y tranquilo, alejado del tráfico rodado. A lo largo del camino, los ciclistas pueden hacer pausas en las numerosas playas y zonas de baño que bordean la orilla del lago, debido a que la ruta ofrece una combinación perfecta de paisajes naturales impresionantes, con el telón de fondo de los majestuosos Alpes, y puntos de interés como el pintoresco casco antiguo de Annecy.
Se recomienda realizar el circuito en sentido horario, comenzando y terminando en el casco antiguo, pues así se podrá disfrutar de las mejores vistas sobre el lago en la segunda mitad del trayecto. Aunque hay algunos tramos más complicados, como una carretera con tráfico, en general el recorrido es accesible para ciclistas de distintos niveles, contando con diversos puntos de descanso señalizados a lo largo de la vía, como fuentes, mesas de pícnic y antiguas estaciones rehabilitadas.
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5. Canal de Bourgogne
El canal de Bourgogne ofrece una ruta ciclista de 215 km desde Migennes hasta Dijon, la cual atraviesa paisajes campestres llenos de viñedos y pueblos con un rico patrimonio. Esta vía, que está en su mayoría señalizada, se puede realizar en 4 o 5 días de manera segura y accesible para familias con niños.
La ruta bordea tranquilos canales y viñedos, brindando una experiencia eco turística inigualable para reconectar con la naturaleza y sumergirse en el auténtico patrimonio borgoñón. Durante el trayecto, los ciclistas podrán visitar lugares emblemáticos como la abadía románica de Fontenay, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el sitio histórico de Alesia, escenario de la batalla entre Julio César y los galos, la pintoresca ciudad medieval de Châteauneuf-en-Auxois y el imponente Castillo de Commarin.
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