“Colombia es el tercer país con mejor astroturismo en Suramérica”
De acuerdo con Antonia Varela, directora de la Fundación Starlight, el astroturista es un viajero interesado en el turismo de naturaleza y en experiencias de alta calidad y sostenibilidad. Conozca los tres lugares certificados en Colombia para ofrecerlo.
Diego Suárez
En medio de la creciente oferta turística que Colombia ofrece al mundo, una experiencia se destaca por su magia y conexión con el universo: el astroturismo. Esta tendencia, que invita a explorar el cielo nocturno en paisajes remotos y libres de contaminación lumínica, ha comenzado a ganar terreno en el país, en escenarios como el Desierto de la Tatacoa y Villa de Leyva. Con cielos despejados y paisajes destacados, Colombia emerge como un nuevo destino de primer nivel para quienes buscan una experiencia de viaje diferente, conectada con el universo.
El astroturismo no solo promueve un turismo más sostenible y amigable con el medio ambiente, sino que también responde a una creciente necesidad de alejarse de la vida urbana y reencontrarse con otros espacios.
Bajo ese contexto, en el IX Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural, realizado en Huila, se destacó el astroturismo como una oportunidad clave para el turismo rural y sostenible. La primera agenda académica del congreso, llevada a cabo en Villavieja, incluyó la participación de Antonia Varela, directora de la Fundación Starlight, quien habló de la relevancia de este tipo de turismo.
La Fundación Starlight, una organización sin ánimo de lucro surgida del Instituto de Astrofísica de Canarias, ha sido pionera en el impulso del astroturismo a nivel global. Desde hace tres décadas, la comunidad científica ha advertido que la contaminación lumínica afecta gravemente la visibilidad de las estrellas, lo que motivó la creación de normas y certificaciones promovidas por la Fundación Starlight, que buscan preservar áreas naturales con cielos despejados y fomentar el turismo astronómico como una forma de desarrollo sostenible.
“La astronomía genera desarrollo y progreso, nos dice de dónde venimos y hacia dónde vamos, es una herramienta poderosa para la educación y la sostenibilidad, pues damos una serie de recomendaciones sobre como hay que iluminar de forma inteligente. Por ejemplo, apuntalando para que la luz vaya hacia abajo, evitando del derroche económico y energético”, señala Antonia Varela Pérez, directora de la Fundación Starlight.
👀🌎📄 (Lea también: De qué se está hablando en el evento más influyente del turismo)
Este movimiento dio origen al primer Congreso Starlight, que convocó a la UNESCO, la Organización Mundial del Turismo y diversas universidades para impulsar la protección del cielo. Desde entonces, la fundación gestiona certificaciones a destinos con cielos de alta calidad y promueve la creación de espacios dedicados a la observación astronómica en condiciones óptimas, contribuyendo a una mejor comprensión del universo y de la influencia de la luz artificial en la vida humana.
La certificación Starlight se otorga a aquellos destinos que presentan condiciones idóneas para la observación astronómica y una oferta turística en consonancia con la sostenibilidad. Este proceso de certificación evalúa, en primer lugar, la calidad astronómica del cielo y, luego, se centra en la infraestructura turística disponible. Según Varela, “certificamos lugares que, además de tener cielos hermosos, cuentan con proyectos turísticos con buena gobernanza y sitios de alojamiento adecuados”.
Para mantener la calidad de estos destinos, la certificación debe renovarse cada cuatro años. Los auditores de la fundación evalúan las condiciones del lugar en función de un informe que detalla la calidad del cielo, el manejo de la luz y la gestión del turismo, garantizando así que el astroturismo siga siendo una actividad responsable y consciente del impacto ambiental.
Destinos certificados por Starlight para el astroturismo en Colombia
El Desierto de la Tatacoa: fue el primer lugar con la certificación Starlight para el astroturismo en Colombia, conocido por sus condiciones óptimas de cielo despejado y baja contaminación lumínica. Este destino cuenta con dos observatorios principales: OATA y Astrosur. En el Observatorio Astronómico de Tatacoa (OATA), dirigido por Juan Sebastián Lozano, los visitantes pueden disfrutar de charlas informativas y observación directa de cuerpos celestes. Las actividades se desarrollan de lunes a domingo, entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m., y la entrada tiene un costo de $10,000 COP.
El Observatorio Astrosur, a cargo del astrónomo Javier Fernando Rúa, también ofrece experiencias de observación y se distingue por sus telescopios avanzados y guías especializados en astronomía. Este observatorio inicia actividades a las 7:00 p.m. y comparte el mismo costo de entrada que OATA. La propuesta de ambos observatorios no solo acerca al visitante a los misterios del universo, sino que también promueve un turismo sostenible y consciente, brindando la oportunidad de descubrir y aprender sobre el cosmos en un ambiente único.
Villa de Leyva: Permite una experiencia ideal para el astroturismo gracias a su ubicación, altitud y clima, factores que reducen la contaminación lumínica y crean un entorno óptimo para la observación de estrellas. Además de su encanto histórico, este pueblo fue certificado por la Fundación Starlight, lo que resalta su calidad para la observación astronómica. Los visitantes pueden disfrutar de un viaje que conecta la rica historia arquitectónica del lugar con la inmensidad del cielo nocturno, uniendo tradición y ciencia en una experiencia única.
Ecoparque Kualamelgar: Ubicado en Melgar, Colombia, es un destino de astroturismo reconocido como alojamiento Starlight. Ofrece actividades como senderismo, rappel y observación de estrellas en un entorno natural de 60 hectáreas, la mayoría de bosque nativo. Se puede elegir entre camping, ecohabs, y otros tipos de alojamiento. Además de turismo astronómico, el parque organiza eventos culturales y educativos en un clima tropical, con temperaturas de alrededor de 21°C.
El perfil del astroturista
De acuerdo con Varela, el astroturista es, por lo general, un viajero interesado en el turismo de naturaleza y en experiencias de alta calidad y sostenibilidad. Este tipo de turista suele planificar sus viajes con antelación y tiene un interés particular en el conocimiento científico y en el respeto por el medio ambiente. Varela describe al astroturista como “alguien de estrato medio-alto, que valora la experiencia y la conexión con la naturaleza por encima de la cantidad de lugares visitados”.
Este tipo de viajero, además de explorar el cielo, busca una conexión profunda con el entorno que visita, incluyendo la gastronomía y la cultura local. Así, en destinos que cuentan con la certificación Starlight, el astroturismo no solo es una oportunidad para observar el firmamento, sino también para conocer la biodiversidad y el patrimonio cultural de la región.
Lo que le falta a Colombia para mejorar su oferta en astroturismo
Para Valera, “Colombia es el tercer país con mejor astroturismo en Suramérica, después de Chile y Argentina”, pero para mejorar su oferta de turismo astronómico, es crucial implementar estrategias más rigurosas y enfocadas en la preservación de sus cielos oscuros. Varela subraya la necesidad de adoptar un enfoque integral para reducir la contaminación lumínica. “Este es un desafío tanto técnico como educativo, ya que se requiere el uso de luces cálidas y de prácticas de iluminación inteligente que minimicen el desperdicio lumínico. Iluminar bien no solo es una cuestión de eficiencia energética, sino también de conservar nuestra conexión con el cielo estrellado”, comentó insistiendo en que la luz debe dirigirse hacia el suelo para evitar la dispersión innecesaria y preservar la visibilidad nocturna. Enfatiza que este tipo de manejo sostenible del recurso lumínico es indispensable, no solo para el turismo astronómico, sino también para el bienestar de la comunidad y el medio ambiente en general.
Otro aspecto fundamental que menciona Varela es la importancia de diferenciar la oferta colombiana en astroturismo para competir con otros destinos consolidados en Sudamérica, como Chile y Argentina. Colombia tiene una ventaja única por su ubicación geográfica cerca del Ecuador, que permite observar constelaciones del norte y del sur. Varela sostiene que “la experiencia que puede vivir un turista en Colombia debe estar profundamente ligada a la cultura local y sus cielos únicos”. Esta singularidad puede convertirse en un pilar para atraer un perfil de turista que busca calidad y experiencias exclusivas.
Colombia, de acuerdo con Varela, tiene el potencial de destacarse si logra estructurar su oferta de una manera que resalte sus características inigualables y se enfoque en un turismo sostenible y educativo, involucrando a las comunidades y promoviendo la conciencia sobre la importancia de preservar el cielo.
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En medio de la creciente oferta turística que Colombia ofrece al mundo, una experiencia se destaca por su magia y conexión con el universo: el astroturismo. Esta tendencia, que invita a explorar el cielo nocturno en paisajes remotos y libres de contaminación lumínica, ha comenzado a ganar terreno en el país, en escenarios como el Desierto de la Tatacoa y Villa de Leyva. Con cielos despejados y paisajes destacados, Colombia emerge como un nuevo destino de primer nivel para quienes buscan una experiencia de viaje diferente, conectada con el universo.
El astroturismo no solo promueve un turismo más sostenible y amigable con el medio ambiente, sino que también responde a una creciente necesidad de alejarse de la vida urbana y reencontrarse con otros espacios.
Bajo ese contexto, en el IX Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural, realizado en Huila, se destacó el astroturismo como una oportunidad clave para el turismo rural y sostenible. La primera agenda académica del congreso, llevada a cabo en Villavieja, incluyó la participación de Antonia Varela, directora de la Fundación Starlight, quien habló de la relevancia de este tipo de turismo.
La Fundación Starlight, una organización sin ánimo de lucro surgida del Instituto de Astrofísica de Canarias, ha sido pionera en el impulso del astroturismo a nivel global. Desde hace tres décadas, la comunidad científica ha advertido que la contaminación lumínica afecta gravemente la visibilidad de las estrellas, lo que motivó la creación de normas y certificaciones promovidas por la Fundación Starlight, que buscan preservar áreas naturales con cielos despejados y fomentar el turismo astronómico como una forma de desarrollo sostenible.
“La astronomía genera desarrollo y progreso, nos dice de dónde venimos y hacia dónde vamos, es una herramienta poderosa para la educación y la sostenibilidad, pues damos una serie de recomendaciones sobre como hay que iluminar de forma inteligente. Por ejemplo, apuntalando para que la luz vaya hacia abajo, evitando del derroche económico y energético”, señala Antonia Varela Pérez, directora de la Fundación Starlight.
👀🌎📄 (Lea también: De qué se está hablando en el evento más influyente del turismo)
Este movimiento dio origen al primer Congreso Starlight, que convocó a la UNESCO, la Organización Mundial del Turismo y diversas universidades para impulsar la protección del cielo. Desde entonces, la fundación gestiona certificaciones a destinos con cielos de alta calidad y promueve la creación de espacios dedicados a la observación astronómica en condiciones óptimas, contribuyendo a una mejor comprensión del universo y de la influencia de la luz artificial en la vida humana.
La certificación Starlight se otorga a aquellos destinos que presentan condiciones idóneas para la observación astronómica y una oferta turística en consonancia con la sostenibilidad. Este proceso de certificación evalúa, en primer lugar, la calidad astronómica del cielo y, luego, se centra en la infraestructura turística disponible. Según Varela, “certificamos lugares que, además de tener cielos hermosos, cuentan con proyectos turísticos con buena gobernanza y sitios de alojamiento adecuados”.
Para mantener la calidad de estos destinos, la certificación debe renovarse cada cuatro años. Los auditores de la fundación evalúan las condiciones del lugar en función de un informe que detalla la calidad del cielo, el manejo de la luz y la gestión del turismo, garantizando así que el astroturismo siga siendo una actividad responsable y consciente del impacto ambiental.
Destinos certificados por Starlight para el astroturismo en Colombia
El Desierto de la Tatacoa: fue el primer lugar con la certificación Starlight para el astroturismo en Colombia, conocido por sus condiciones óptimas de cielo despejado y baja contaminación lumínica. Este destino cuenta con dos observatorios principales: OATA y Astrosur. En el Observatorio Astronómico de Tatacoa (OATA), dirigido por Juan Sebastián Lozano, los visitantes pueden disfrutar de charlas informativas y observación directa de cuerpos celestes. Las actividades se desarrollan de lunes a domingo, entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m., y la entrada tiene un costo de $10,000 COP.
El Observatorio Astrosur, a cargo del astrónomo Javier Fernando Rúa, también ofrece experiencias de observación y se distingue por sus telescopios avanzados y guías especializados en astronomía. Este observatorio inicia actividades a las 7:00 p.m. y comparte el mismo costo de entrada que OATA. La propuesta de ambos observatorios no solo acerca al visitante a los misterios del universo, sino que también promueve un turismo sostenible y consciente, brindando la oportunidad de descubrir y aprender sobre el cosmos en un ambiente único.
Villa de Leyva: Permite una experiencia ideal para el astroturismo gracias a su ubicación, altitud y clima, factores que reducen la contaminación lumínica y crean un entorno óptimo para la observación de estrellas. Además de su encanto histórico, este pueblo fue certificado por la Fundación Starlight, lo que resalta su calidad para la observación astronómica. Los visitantes pueden disfrutar de un viaje que conecta la rica historia arquitectónica del lugar con la inmensidad del cielo nocturno, uniendo tradición y ciencia en una experiencia única.
Ecoparque Kualamelgar: Ubicado en Melgar, Colombia, es un destino de astroturismo reconocido como alojamiento Starlight. Ofrece actividades como senderismo, rappel y observación de estrellas en un entorno natural de 60 hectáreas, la mayoría de bosque nativo. Se puede elegir entre camping, ecohabs, y otros tipos de alojamiento. Además de turismo astronómico, el parque organiza eventos culturales y educativos en un clima tropical, con temperaturas de alrededor de 21°C.
El perfil del astroturista
De acuerdo con Varela, el astroturista es, por lo general, un viajero interesado en el turismo de naturaleza y en experiencias de alta calidad y sostenibilidad. Este tipo de turista suele planificar sus viajes con antelación y tiene un interés particular en el conocimiento científico y en el respeto por el medio ambiente. Varela describe al astroturista como “alguien de estrato medio-alto, que valora la experiencia y la conexión con la naturaleza por encima de la cantidad de lugares visitados”.
Este tipo de viajero, además de explorar el cielo, busca una conexión profunda con el entorno que visita, incluyendo la gastronomía y la cultura local. Así, en destinos que cuentan con la certificación Starlight, el astroturismo no solo es una oportunidad para observar el firmamento, sino también para conocer la biodiversidad y el patrimonio cultural de la región.
Lo que le falta a Colombia para mejorar su oferta en astroturismo
Para Valera, “Colombia es el tercer país con mejor astroturismo en Suramérica, después de Chile y Argentina”, pero para mejorar su oferta de turismo astronómico, es crucial implementar estrategias más rigurosas y enfocadas en la preservación de sus cielos oscuros. Varela subraya la necesidad de adoptar un enfoque integral para reducir la contaminación lumínica. “Este es un desafío tanto técnico como educativo, ya que se requiere el uso de luces cálidas y de prácticas de iluminación inteligente que minimicen el desperdicio lumínico. Iluminar bien no solo es una cuestión de eficiencia energética, sino también de conservar nuestra conexión con el cielo estrellado”, comentó insistiendo en que la luz debe dirigirse hacia el suelo para evitar la dispersión innecesaria y preservar la visibilidad nocturna. Enfatiza que este tipo de manejo sostenible del recurso lumínico es indispensable, no solo para el turismo astronómico, sino también para el bienestar de la comunidad y el medio ambiente en general.
Otro aspecto fundamental que menciona Varela es la importancia de diferenciar la oferta colombiana en astroturismo para competir con otros destinos consolidados en Sudamérica, como Chile y Argentina. Colombia tiene una ventaja única por su ubicación geográfica cerca del Ecuador, que permite observar constelaciones del norte y del sur. Varela sostiene que “la experiencia que puede vivir un turista en Colombia debe estar profundamente ligada a la cultura local y sus cielos únicos”. Esta singularidad puede convertirse en un pilar para atraer un perfil de turista que busca calidad y experiencias exclusivas.
Colombia, de acuerdo con Varela, tiene el potencial de destacarse si logra estructurar su oferta de una manera que resalte sus características inigualables y se enfoque en un turismo sostenible y educativo, involucrando a las comunidades y promoviendo la conciencia sobre la importancia de preservar el cielo.
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