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Colombia se ha transformado en un epicentro cinematográfico internacional, pues la industria ha encontrado un interés especial en los páramos, selvas tropicales y ciudades diversas del país. Este ascenso como destino predilecto para producciones audiovisuales de alto perfil responde en buena medida a los efectos de la Ley 1556 de 2012, conocida como Ley Filmación Colombia, que ha impulsado la industria mediante un esquema de incentivos tributarios que ha atraído a realizadores de todo el mundo.
Según datos de Proimágenes que actúa como Comisión Filmica Colombia, desde 2013, desde 2013 hasta la fecha, 187 proyectos han sido beneficiados por los incentivos de la Ley 1556 de 2012 (55 a través del Fondo Fílmico Colombiano (FFC) y 132 mediante el Certificados de Inversión Audiovisua (CINA) ). De estos, 165 realizaron o están realizando sus rodajes en Colombia, mientras que los 22 restantes incluyen 19 proyectos de postproducción, 2 de animación y un videojuego, todos ejecutados en el país.
Este crecimiento ha sido impulsado por un atractivo programa de incentivos, que ofrece devoluciones del 40% en servicios de producción y del 20% en gastos logísticos, como hospedaje, alimentación y transporte. De los 187 proyectos, 122 ya han concluido, lo que ha generado la contratación de más de 123.000 personas, la compra de más de 489.000 noches de hotel y la adquisición de más de 25.700 tiquetes aéreos a través de agencias nacionales.
Esta estrategia no solo ha atraído talento y capital internacional, sino que también ha potenciado el crecimiento del turismo en el país, actuando como un motor clave para la economía local, pues genera empleo en sectores como la hotelería, los restaurantes, el catering y el transporte. Además, esta industria se convierte en un catalizador para que los viajeros, inspirados por las locaciones de sus series o películas favoritas, planifiquen sus viajes a esos destinos, lo que incrementa notablemente el interés en la zona.
El Espectador habló con Claudia Triana, directora de Proimágenes, para profundizar en la evolución de la industria audiovisual y su impacto en el crecimiento del turismo cinematográfico en Colombia.
¿Cómo ha evolucionado Colombia como destino para producciones audiovisuales internacionales en los últimos años?
La industria audiovisual colombiana ha experimentado una transformación notable en los últimos cinco años, consolidando un sistema de estímulos que se ha construido durante 25 años. Este desarrollo ha atraído aproximadamente 187 producciones internacionales al país, generando dos beneficios fundamentales: primero, una valiosa transferencia de conocimiento para los profesionales locales que han trabajado con equipos internacionales de primer nivel; y segundo, la revelación de Colombia como un destino cinematográfico que había permanecido prácticamente inexplorado para la industria global.
Este auge ha despertado un interés significativo en las secretarías y alcaldías regionales, que han identificado el potencial de desarrollo económico y turístico que ofrece el sector audiovisual. Municipios como Girardot y sus alrededores se han convertido en locaciones predilectas, capaces de recrear escenarios como el Amazonas o bosques tropicales, perfectos para películas de aventuras. Un ejemplo destacado fue la filmación de “Los 33″ con Antonio Banderas en las minas de sal de Zipaquirá, proyecto que se materializó gracias a la Ley 1556 de 2012, conocida como la Ley de Locaciones.
En 2019, los incentivos se ampliaron significativamente. Lo que comenzó como una devolución de hasta el 40% en gastos relacionados con talento y servicios colombianos, se extendió no solo para películas, sino que paso a incluir series, animación, videojuegos y publicidad.
El crecimiento del turismo es una consecuencia directa del auge de la industria audiovisual. A medida que esta industria se expande, sectores complementarios, como el turismo, se benefician significativamente. Los equipos internacionales que llegan al país descubren no solo sus paisajes, sino también su biodiversidad y la riqueza de sus diferentes climas, despertando el interés por explorar más de Colombia. De hecho, muchos colombianos también han comenzado a redescubrir su propio país gracias a esta tendencia, ya que en los últimos años, se ha generado un creciente interés por Colombia como destino turístico.
¿Cuáles son las principales características que hacen de Colombia un escenario atractivo para la industria cinematográfica internacional?
El atractivo de Colombia como destino para producciones audiovisuales va mucho más allá de sus paisajes naturales. Si bien el país cuenta con mares y montañas, estos elementos por sí solos no son suficientes en una era donde los efectos especiales pueden recrear cualquier locación. Lo que verdaderamente distingue a Colombia es la convergencia de múltiples factores estratégicos: su diversidad geográfica, su conectividad internacional (que permite, por ejemplo, que los profesionales de Los Ángeles puedan viajar fácilmente a sus hogares los fines de semana), y la profesionalización de sus empresas de servicios audiovisuales.
La competitividad de Colombia se fortalece por una combinación única de ventajas económicas. Los costos de producción son significativamente más bajos que en países como México o Brasil, y esto se complementa con un atractivo sistema de incentivos que ofrece descuentos de hasta el 35% sobre los gastos realizados en el país. Este beneficio se materializa en un título valor que puede comercializarse en el mercado colombiano, y que ha demostrado una extraordinaria eficiencia con una tasa de venta de mas del 30% de la inversión que hacen en el país en talentos, servicios y logística colombianos
El resultado ha sido un impacto transformador en tres áreas fundamentales: la transferencia de conocimiento hacia los profesionales locales, el desarrollo de infraestructura audiovisual de primer nivel, y la promoción internacional de Colombia a través de las producciones realizadas en el país. Este sistema integral ha convertido a Colombia en un destino audiovisual no solo atractivo, sino también altamente eficiente y rentable para las producciones internacionales.
¿Cómo ha impactado el aumento de producciones extranjeras en el desarrollo del turismo de Colombia?
Creo que hay un impacto fuerte, pues hay más de 123,000 personas contratadas y aproximadamente 450,000 noches de hotel generadas. Además, un aspecto crucial ha sido el desarrollo de la infraestructura empresarial, con al menos 40 empresas de servicios audiovisuales colombianas que actúan como intermediarias obligatorias por ley para las producciones internacionales, un requisito que ha fortalecido el ecosistema local.
Casos específicos demuestran este impacto: “The Long Game”, con solo dos semanas de rodaje, contrató más de 440 personas y generó 982 noches de hotel, con una inversión de 5,900 millones de pesos. Por su parte, “Sound of Freedom” empleó a más de 1,690 personas durante nueve semanas, generó 840 noches de hotel y representó una inversión de 11,400 millones de pesos. Estas cifras ilustran cómo las producciones individuales contribuyen significativamente a la economía local.
¿Cuáles son los desafíos más grandes que enfrenta el país para seguir consolidándose como destino de turismo cinematográfico?
Uno de los principales retos que enfrenta la industria audiovisual colombiana es equilibrar nuestra oferta internacionalmente. Y es que si bien, somos reconocidos por prestar servicios de producción crear contenido con identidad colombiana para grandes plataformas como Amazon, Netflix y Disney, necesitamos evitar generar dependencia de ello y desarrollar nuestra industria propia. Debemos conservar nuestras propias propiedades intelectuales (IPs) y asegurar los derechos sobre nuestras producciones. Esto es crucial para que la industria colombiana pueda construir su propio catálogo de contenidos y generar ingresos a largo plazo a partir de esas creaciones.
Este reto implica no solo ser competitivos a nivel internacional, sino también proteger y fortalecer nuestras producciones locales, para que el crecimiento de la industria sea sostenible y autónomo. Por otro lado, debemos consolidar nuestra profesionalización. Actualmente gozamos del “efecto sorpresa” - Colombia está de moda y todos quieren explorar lo que ofrecemos. Sin embargo, necesitamos fortalecer nuestra capacidad operativa. Aunque podemos manejar cinco producciones simultáneas con equipos de alta calidad, requerimos expandir ese número y desarrollar más talento especializado. Por ejemplo, si tenemos cinco sonidistas de nivel internacional, necesitamos formar un sexto, y así con todos los roles técnicos y creativos.
En cuanto a locaciones, Colombia ofrece una ventaja competitiva única: su diversidad geográfica en distancias cortas. En tres horas por tierra desde Bogotá, puedes encontrar climas tropicales, o en una hora de vuelo llegas a la Sierra Nevada de Santa Marta. Sin embargo, las producciones necesitan más que solo locaciones; requieren infraestructura. Por eso, lugares como Girardot, que pueden alojar equipos de 400 a 900 personas simultáneamente y simular otros entornos como el Amazonas, resultan más prácticos que trasladar toda una producción a locaciones remotas donde la logística es más compleja.
El mensaje es claro, para que sigamos avanzando necesitamos de que otros sectores, como el turístico también avancen, por lo que necesitamos es que los hoteles, transporte eficiente, servicios de alimentación y opciones de entretenimiento sean cada vez mas capaces para ofrecer entretenimiento y servio a equipos más grandes. Todo esto forma parte de un ecosistema que debe funcionar perfectamente para mantener nuestra competitividad en la industria global del entretenimiento.
¿Cómo visualiza el futuro de Colombia como escenario cinematográfico y su impacto en el turismo?
El futuro de la industria audiovisual colombiana está directamente vinculado a dos factores fundamentales: la sostenibilidad del sector y la consistencia en las políticas públicas que lo respaldan. El potencial del medio audiovisual va más allá del entretenimiento; es una herramienta poderosa para transmitir mensajes y proyectar la identidad nacional hacia el mundo.
Es crucial recordar que el apoyo del público juega un papel fundamental en este desarrollo: cada entrada de cine comprada representa una contribución directa al crecimiento de la industria nacional y a la creación de más historias locales. Este respaldo del público no solo sustenta económicamente al sector, sino que también valida la importancia de seguir contando nuestras propias historias.
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