Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En un contexto global caracterizado por la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, el turismo sostenible ha dejado de ser una elección opcional para convertirse en una necesidad urgente. Y es que este enfoque no solo ofrece a los viajeros la oportunidad de vivir experiencias únicas y enriquecedoras, sino que también promueve un impacto positivo en el medio ambiente y en las comunidades locales, pues integra el disfrute, la conciencia ambiental y el compromiso social para garantizar beneficios a largo plazo.
Esto es importante debido a que, como señala la WWF Colombia, nos encontramos ante una crisis ambiental global caracterizada por el cambio climático, la contaminación por plásticos y una pérdida dramática de biodiversidad. Esto se evidencia de una forma más clara y dramática en Latinoamérica y el Caribe, donde según el Informe Planeta Vivo 2024, las poblaciones de vida silvestre han disminuido en un alarmante 95%, lo que pone en riesgo servicios ecosistémicos fundamentales como el acceso al agua, la fertilidad de la tierra, la polinización y la regulación del clima.
En este contexto, transformar la relación entre el ser humano y el medio ambiente hacia un modelo más equilibrado y respetuoso se vuelve más necesario. Por ello, organizaciones como WWF hacen un llamado a fortalecer el turismo sostenible como una de las estrategias más significativas para alcanzar este objetivo, especialmente durante las temporadas vacacionales de fin de año.
“Es esencial cultivar una mentalidad de responsabilidad ambiental que se refleje en cada una de nuestras acciones, desde las más cotidianas hasta las más extraordinarias. Pequeños gestos que podríamos considerar insignificantes, como el uso consciente del agua y la energía, o la decisión de no extraer elementos naturales de los lugares que visitamos (como conchas de la playa), tienen un impacto acumulativo significativo en los ecosistemas”, destaco Jeimy Cuadrado, coordinadora de recursos naturales y medios de vida de WWF Colombia.
Destaca que el éxito de estas iniciativas requiere la participación activa de todos los actores involucrados en la cadena de valor del turismo de naturaleza. Esto incluye a turistas, comunidades locales, empresas y organizaciones, cuyo compromiso y conciencia son esenciales para construir un turismo verdaderamente sostenible y responsable. Es por esto que comienzan haciendo algunas recomendaciones para los turistas que viajen estos últimos días del año:
- Apoyo a la economía local: Fomentar el turismo responsable implica contratar servicios ofrecidos por residentes de la zona, como guías locales, hospedajes rurales y gastronomía autóctona. Este apoyo directo fortalece las economías locales, preserva tradiciones culturales y asegura que los beneficios del turismo se distribuyan de manera equitativa entre las comunidades anfitrionas.
- Gestión responsable del agua y reducción de residuos: Adoptar prácticas que van más allá de acciones básicas como cerrar la llave o tomar duchas cortas es fundamental para la conservación del agua. Además, el uso de recipientes reutilizables en lugar de plástico de un solo uso contribuye significativamente a reducir la contaminación, protegiendo los ecosistemas locales y mejorando la calidad del entorno natural.
- Interacción respetuosa con la vida silvestre: Cuando se realizan actividades como avistamientos de delfines, ballenas u otras especies, es crucial seguir los protocolos establecidos para garantizar el bienestar de los animales. Esto implica observar desde una distancia segura, evitar el uso de luces brillantes o ruidos fuertes, y no alimentar a los animales, asegurando así su conservación y el equilibrio de sus hábitats.
- Comportamiento responsable en espacios naturales: El respeto por los senderos marcados, la limpieza de los caminos y la reducción de ruidos son acciones esenciales para mantener la integridad de los entornos naturales. Este comportamiento no solo protege el ecosistema, sino que también aumenta las posibilidades de observar la extraordinaria biodiversidad que caracteriza a Colombia, desde sus primates hasta sus aves más majestuosas.
“Como WWF, enfatizamos el papel fundamental de las comunidades locales en el desarrollo del turismo sostenible. Estas comunidades, siendo las verdaderas custodias de los valores naturales y culturales de sus territorios, deben ser las principales gestoras de las actividades turísticas. Su conocimiento profundo del entorno y sus tradiciones no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que también garantiza la preservación de los ecosistemas y el respeto por las normas territoriales establecidas”, aseguró la experta.
¿Por qué las empresas deben ofrecer un turismo más respetuoso con la naturaleza?
“Algo que debemos tener en cuenta es que la biodiversidad constituye el pilar fundamental del turismo en Colombia. Nuestro patrimonio natural, que abarca desde la exuberante flora y fauna hasta los servicios ecosistémicos como el agua y el aire puro, es precisamente lo que cautiva a los visitantes y los hace enamorarse de nuestros destinos turísticos. Esta conexión es tan vital que la calidad de la experiencia turística está directamente relacionada con el estado de conservación del entorno natural, por ejemplo un río contaminado o un espacio natural degradado difícilmente podrá convertirse en un destino turístico exitoso”, aseguró Cuadrado.
Menciona que el éxito del turismo ecológico radica en una estrecha colaboración entre los prestadores de servicios turísticos y los visitantes, quienes deben comprometerse de manera conjunta con la preservación del entorno natural. Esta simbiosis genera un círculo virtuoso: los espacios bien conservados atraen a más visitantes, mientras que estos, al disfrutar de una experiencia enriquecedora y respetuosa, contribuyen activamente al cuidado del ecosistema.
“Es crucial entender que la biodiversidad opera en múltiples niveles interconectados, que abarcan desde los genes y las especies individuales hasta las poblaciones y los ecosistemas completos. Cada uno de estos niveles representa una dimensión única de nuestra riqueza natural, subrayando la complejidad y el valor de los recursos que nos rodean En Colombia, los principales atractivos turísticos están profundamente vinculados a estos escenarios naturales y culturales excepcionales. Por ello, su conservación trasciende la responsabilidad ambiental: se convierte en una inversión estratégica en el futuro de la nación. La biodiversidad no solo es nuestro mayor tesoro, sino también un pilar fundamental para el desarrollo sostenible y el bienestar de las generaciones venideras”, puntualizó.
Sin embargo, para desarrollar esto Colombia enfrenta importantes desafíos, entre los que destacan la necesidad de transformar hábitos culturales y fortalecer la educación ambiental. Según Cuadrado, aún persisten comportamientos que evidencian una limitada conciencia ecológica, como el manejo inadecuado de residuos y prácticas que alteran los entornos naturales, por ejemplo, el uso de música a alto volumen que opaca los sonidos propios de la naturaleza. Es por esto que el modelo turístico debe promover la integridad, la educación ambiental en todos los niveles y contextos, tanto rurales como urbanos, para promover un cambio profundo y duradero.
“Hay que destacar a las comunidades locales y su participación en el turismo, especialmente durante las temporadas de alta afluencia, pues están han desarrollado iniciativas prometedoras que demuestran un cambio positivo. Por ejemplo, están implementando prácticas más sostenibles, como protocolos responsables para el avistamiento de fauna. Este proceso ha tenido un efecto adicional muy valioso: la revalorización de su propia cultura y tradiciones, incluyendo su gastronomía local”, dijo Cuadrado.
Comentó que organizaciones como WWF desempeñan un papel clave en el fortalecimiento de las capacidades de estas comunidades locales, cumpliendo un doble propósito: mejorar la calidad de la experiencia turística y generar impactos positivos tanto ambientales como sociales en los ecosistemas. Este trabajo abarca aspectos esenciales como la gestión adecuada de residuos y la mitigación de otros factores que, de no manejarse correctamente, podrían ejercer una presión negativa sobre los ecosistemas y las comunidades que los habitan.
Otras acciones concretas que esta organización está promoviendo para reducir la presión sobre los ecosistemas incluyen:
- Reflexionar sobre el consumo de alimentos: En los buffets de hoteles, servir únicamente lo que realmente se va a consumir ayuda a evitar el desperdicio de alimentos y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a su producción y transporte.
- Optar por vuelos directos: Elegir vuelos directos, cuando sea posible, contribuye a disminuir la huella de carbono al reducir las etapas más contaminantes, como los despegues y aterrizajes.
- Reducir el uso de plásticos: Viajar con artículos reutilizables, como bolsas de tela, cubiertos personales, pitillos de metal o madera y un termo para agua, evita la generación de residuos plásticos de un solo uso.
- Actuar con responsabilidad en los hospedajes: Usar los recursos con moderación en el alojamiento, como limitar el uso de aire acondicionado, reducir el lavado de ropa y evitar el desperdicio de agua, ayuda a conservar recursos y a minimizar el impacto ambiental.
- Elegir operadores turísticos responsables: Priorizar servicios y destinos que implementen prácticas sostenibles fomenta un turismo que respeta el medio ambiente y genera beneficios para las comunidades locales.
- Comprar recuerdos éticos: Evitar adquirir souvenirs elaborados con flora o fauna nativa, ya que cada especie, incluso después de morir, cumple un papel importante en el ecosistema. Optar por artesanías locales sostenibles es una mejor alternativa.
Cuadrado subrayó que al visitar espacios naturales es esencial asumir una actitud responsable que reduzca al máximo el impacto en estos entornos, priorizando una presencia discreta y respetuosa pues, el verdadero turismo sostenible va más allá de evitar causar daño: se trata de generar un impacto positivo y contribuir activamente a la preservación y bienestar de los ecosistemas. Esto puede incluir participar en jornadas de reforestación, colaborar en limpiezas de playas y tomar decisiones conscientes al seleccionar recuerdos, eligiendo opciones que no afecten negativamente la biodiversidad ni el equilibrio natural de los lugares visitados.
“Lo que buscamos es evidenciar cómo la conducta humana es un factor determinante en la conservación de la naturaleza. Cada decisión que tomamos, por pequeña que parezca, tiene repercusiones en la compleja red de vida que sostiene nuestro planeta. Cuando nos aventuramos a explorar un bosque, nos refrescamos en un río, o visitamos una comunidad local, estamos ingresando a espacios que no nos pertenecen, independientemente de estar pagando por una experiencia turística. Esta comprensión debe guiar nuestra conducta hacia un respeto profundo por estos entornos”, finalizó.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.
