¿Cómo el turismo puede ayudar a la conservación de la biodiversidad?
Según la directora de The Nature Conservancy en Colombia, Claudia Vásquez, la COP16 en Colombia es una oportunidad histórica para promover la conservación y restauración del medio ambiente. Es en este contexto que el turismo sostenible entra como herramienta clave para preservar la biodiversidad y el bienestar de las comunidades locales.
Leidy Barbosa
Colombia se prepara para ser anfitriona de uno de los eventos más importantes a nivel global en biodiversidad y conservación. En octubre de 2024, la ciudad de Cali albergará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, conocida como COP16. Esta cita ofrece una oportunidad única para impulsar un modelo de turismo que vaya más allá de la sostenibilidad tradicional, promoviendo un enfoque consciente y respetuoso con la naturaleza y Colombia, con su rica diversidad ecológica, está en una posición inmejorable para liderar esta conversación global, demostrando que el turismo puede ser una herramienta valiosa para la conservación y la regeneración de los ecosistemas.
Y es que la COP16 es una plataforma esencial para promover el diálogo sobre cómo se puede explorar y disfrutar de la naturaleza de manera responsable y consciente. Es una oportunidad para que gobiernos, organizaciones, comunidades locales y turistas unan esfuerzos y compartan ideas sobre cómo equilibrar el crecimiento del turismo con la conservación de los ecosistemas.
Es en este contexto que organizaciones como The Nature Conservancy (TNC) juegan un papel crucial. Fundada en 1951 en Estados Unidos, TNC se ha convertido en una de las organizaciones ambientales más efectivas y de mayor alcance a nivel global, pues cuenta con el apoyo de más de un millón de socios y un equipo diverso que incluye a más de 400 científicos. Su misión es crear un mundo en el que las personas y la naturaleza puedan prosperar juntas. En Colombia, TNC se esfuerza por apoyar a los colombianos en la creación de un modelo de crecimiento sostenible que incrementa la prosperidad del país mientras contribuye a satisfacer las demandas locales y globales de recursos, siempre con la naturaleza como base fundamental de este desarrollo.
El Espectador habló con Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy en Colombia, sobre los temas que se abordarán en la COP16 y cómo el turismo puede convertirse en una herramienta clave para la protección de la naturaleza.
¿Qué oportunidades ve The Nature Conservancy para que Colombia aproveche su biodiversidad a través del turismo ecológico, sin comprometer la conservación de sus ecosistemas?
The Nature Conservancy (TNC) busca integrar a las personas con la naturaleza, reconociendo nuestra mutua interdependencia. Y aunque no somos una organización que haga turismo sostenible, lo entendemos como una actividad que contribuye a la conservación de los ecosistemas. En este contexto, el turismo responsable y sostenible juega un papel fundamental en la conservación, debido a que se ha convertido en una actividad complementaria para organizaciones, familias y comunidades, permitiéndoles diversificar sus ingresos mientras conservan la biodiversidad.
Colombia se destaca por su biodiversidad excepcional, la cual brinda servicios ecosistémicos cruciales. Esta riqueza natural no solo favorece una actividad agropecuaria más diversa y sostenible, sino que también impulsa sistemas productivos basados en la biodiversidad que complementan el turismo.
Otra oportunidad que tiene el país, es que es rico, culturalmente, pues tiene más de 60 grupos indígenas y afrodescendientes, y más de 60 idiomas diferentes. Estas culturas poseen tradiciones y saberes ancestrales que han contribuido a cuidar la biodiversidad durante generaciones y que de hecho tiene proyectos de turismo comunitario y sostenible, por lo que la preservación de estas culturas es crucial no solo para la conservación de la biodiversidad, sino que también representa otro importante atractivo turístico. Los visitantes tienen la oportunidad única de experimentar cómo estas comunidades viven en armonía con su entorno natural, manteniendo prácticas sostenibles que han perdurado por siglos.
A pesar de este enorme potencial, Colombia enfrenta desafíos significativos, principalmente en lo que respecta a su infraestructura turística. El país aún no está completamente preparado para recibir un flujo masivo de turistas de manera sostenible. Sin embargo, Colombia podría aprender de modelos exitosos como el de Kenia, un país que comparte similitudes en términos de biodiversidad y desafíos. Kenia ha desarrollado un sistema de parques nacionales con coadministración comunitaria y ha logrado organizar su industria turística de tal manera que contribuye significativamente a su PIB.
Es decir, Colombia tiene un gran potencial para desarrollar un modelo de turismo sostenible que no solo impulse su economía, sino que también contribuya a la conservación de su valioso patrimonio natural y cultural. No obstante, este desarrollo requiere, por un lado, la implementación de estrategias adecuadas y una planificación cuidadosa, y por otro, la participación activa y la protección de las comunidades locales. Solo así se podrán salvaguardar los invaluables recursos naturales y culturales del país, asegurando su preservación para las generaciones futuras.
La COP16 ha destacado el papel de la conservación y restauración de ecosistemas. ¿Qué impactos positivos cree que este evento tendrá en el turismo ecológico en Colombia?
El turismo está estrechamente ligado al uso sostenible de la biodiversidad, uno de los objetivos fundamentales acordados en la COP 15 en Montreal hace dos años. Si bien es importante señalar que en la COP no se aborda el turismo de manera específica, este sector se incluye dentro de las posibles estrategias para el uso responsable de la biodiversidad. Esto se debe a que el Marco Global de Biodiversidad, que establece 23 metas ambiciosas para todos los países, tiene como propósito principal preservar la biodiversidad y garantizar su aprovechamiento y es lo que se discutirá en esta COP, si logramos cumplir con las metas y como las mejoramos. En este contexto, el ecoturismo encaja perfectamente como una forma de aprovechamiento sostenible de la biodiversidad, junto con otras actividades económicas vinculadas a la bioeconomía, o más específicamente a la socio-bioeconomía, dada la rica diversidad cultural de Colombia.
La bioeconomía implica crear sistemas productivos alrededor de elementos de nuestra biodiversidad, ya sea para fines medicinales, cosméticos, curativos o de otro tipo. Colombia, aunque actualmente rezagada en este aspecto, tiene un enorme potencial para explorar y aprovechar las posibilidades que ofrece su propia biodiversidad. Sin embargo, es crucial que este aprovechamiento se realice de manera que beneficie al país y a sus comunidades, no solo a empresas extranjeras. Esto se debe a que el Convenio sobre la Diversidad Biológica establece que debe haber un uso sostenible de la biodiversidad, garantizando su preservación, pero también estipula que debe haber una repartición justa de los beneficios derivados de su uso.
Es decir, las comunidades locales y los pueblos indígenas que protegen esta biodiversidad deben ser los beneficiarios directos de cualquier avance o desarrollo económico basado en ella. Este enfoque no solo es ético, sino que también incentiva la conservación a largo plazo de estos valiosos ecosistemas.
Colombia ha consolidado una envidiable reputación en el turismo de naturaleza, destacándose especialmente en el avistamiento de aves. Año tras año, el país ocupa el primer lugar como destino ideal para el aviturismo, atrayendo a ornitólogos y entusiastas de todo el mundo, especialmente durante el mes de mayo. Durante esta temporada, los visitantes no solo buscan observar la gran diversidad de aves, sino también promover la conservación de sus hábitats, asegurando que estos ecosistemas permanezcan intactos para las futuras migraciones. Este es un claro ejemplo de cómo Colombia puede desarrollar nichos de turismo que fomenten la conservación y restauración de sus ecosistemas, integrando el desarrollo económico con la protección ambiental.
Idealmente, una parte de los ingresos generados por el turismo podría destinarse directamente a proyectos de restauración ecológica. Colombia alberga ecosistemas estratégicos que, desafortunadamente, han sido altamente transformados y destruidos, como el bosque seco tropical. Se podría implementar un sistema en el que por cada peso que deja un turista, una parte se destine a promover la restauración. Esto se debe a que la restauración ecológica es un proceso costoso y largo.
¿Cómo pueden las decisiones y acuerdos tomados en la COP16 apoyar la creación de políticas públicas más sólidas para promover un turismo sostenible?
La adopción del Marco Global de Biodiversidad, con sus 23 metas ambiciosas, representa una gran oportunidad para la conservación a nivel mundial. Como parte de este acuerdo, cada país miembro del Convenio sobre la Diversidad Biológica, incluida Colombia, debe presentar un Plan Nacional de Biodiversidad. Colombia ya contaba con un plan desde 2012, y en los últimos dos años ha trabajado en actualizarlo. Este proceso de actualización, liderado por el Ministerio de Ambiente, ha sido un esfuerzo concertado que involucra a diversos sectores, en donde puede estar el sector turismo.
El plan actualizado busca reflejar cómo se implementarán en Colombia las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad. Establece objetivos concretos en términos de hectáreas y ecosistemas, con indicadores específicos que permitirán medir el progreso. La implementación de este plan se reflejará en políticas públicas que serán adoptadas no solo por el gobierno, sino también por el sector privado. De hecho, varias de las metas del Marco Global de Biodiversidad están relacionadas directamente con el sector privado, abordando aspectos como su participación en la restauración y el uso sostenible de la biodiversidad.
En este contexto, el turismo juega un papel crucial como nexo del desarrollo económico sostenible. Colombia, con su extraordinaria riqueza natural y cultural, tiene una oportunidad única para desarrollar un modelo de turismo que no solo cumple con las metas del Marco Global de Biodiversidad, sino que también las impulse. El turismo pueden contribuir directamente a la meta 3, al proporcionar incentivos económicos para la conservación de áreas naturales. Además, puede ser una herramienta poderosa para la educación ambiental, la sensibilización sobre la importancia de la biodiversidad, lo que a su vez fomenta la protección a largo plazo de los ecosistemas.
Como organización medioambiental, nuestro principal objetivo es posicionar la naturaleza como una prioridad en la agenda pública. Nos enfocamos en proteger áreas clave donde diversas especies de plantas y animales puedan prosperar a largo plazo, y colaboramos con aliados estratégicos para lograr una conservación significativa. En este contexto, aunque nosotros no somos actores en el sector turistico, si tenemos que estar pendientes del uso que este sector le da a la biodiversidad, haciendo un llamado para que se promuevaun enfoque sostenible que equilibre la protección con la conservación.s
¿Qué papel juegan las comunidades locales en los proyectos de turismo ecológico que apoya The Nature Conservancy, y cómo pueden beneficiarse directamente de los acuerdos alcanzados en la COP16?
Para entender cómo las comunidades pueden beneficiarse directamente de los acuerdos alcanzados en la COP 16, es fundamental reconocer que la Convención sobre la Diversidad Biológica contempla como partes aceptadas no solo a los estados, sino también a las comunidades. La CDB hace una mención específica a los pueblos indígenas y las comunidades locales, siendo estas últimas todas aquellas que no son pueblos indígenas, incluyendo a los campesinos.
La participación de estas comunidades en las negociaciones internacionales es un aspecto importante, pues estas comunidades son protectoras de la biodiversidad, y segundo, porque sus medios de vida dependen directamente de ella. Si vemos, sus formas de vida están intrínsecamente ligadas a los ecosistemas que habitan, aprovechando el agua de los bosques que protegen y los productos del bosque. Al ser guardianes tan efectivos de estos recursos naturales, estas comunidades tienen un interés directo en los resultados de la COP 16, pues los acuerdos pueden promover una distribución más justa de los recursos derivados del uso de la biodiversidad, lo cual no solo promueve la justicia social, sino que también fortalece las estrategias de conservación.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta Colombia para garantizar que el turismo ecológico sea realmente sostenible, y cómo podrían los acuerdos de la COP16 ayudar a superarlos?
Creo que uno de los desafíos que tenemos es que debemos reconocer el valor incalculable de nuestros diversos ecosistemas. No solo los bosques, sino también las sabanas, páramos y montañas ofrecen servicios ecosistémicos cruciales que debemos apreciar y proteger. Por ello, es imperativo que el país desarrolle una política robusta para fomentar el turismo sostenible, con un enfoque especial en el turismo de naturaleza. Esta política debe ir acompañada de incentivos financieros y un amplio programa de capacitación.
El turismo debe ser inclusivo, ofreciendo opciones tanto para un público exclusivo como para el turista promedio. Los ingresos generados por el turismo de alto nivel pueden ayudar a subsidiar experiencias más accesibles, permitiendo que un espectro más amplio de personas disfrute de nuestra biodiversidad. Esto no solo democratiza el acceso a la naturaleza, sino que también genera un mayor apoyo público para la conservación.
Un aspecto crucial pero a menudo pasado por alto es la necesidad de identificar y modificar los “incentivos perversos” que inadvertidamente fomentan la pérdida de biodiversidad, especialmente en el sector agropecuario. Por ejemplo, muchos bancos agrarios ofrecen préstamos para la compra de insumos químicos o para la expansión de la ganadería, prácticas que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente. Es necesario reorientar estos incentivos para que apoyen prácticas más sostenibles y amigables con la biodiversidad.
¿Qué acciones concretas se pueden tomar para integrar los compromisos de conservación ambiental de la COP16 con los planes de expansión del turismo ecológico en regiones clave de Colombia, como la Amazonía y la región Andina?
Para integrar efectivamente los compromisos ambientales y de turismo en regiones clave como la Amazonía, la región Andina y la región Caribe, es fundamental que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo lidere la creación de políticas en estrecha colaboración con los gobernadores de los grandes departamentos, ademas de que deben contar con la participación activa de las comunidades locales. Estas políticas no pueden diseñarse a espaldas de quienes habitan estas regiones; por el contrario, deben ser parte integral del proceso de toma de decisiones.
Cada una de estas regiones posee una biodiversidad única y valiosa. Por lo tanto, es esencial que desarrollen sus propias formas de valorar y presentar su riqueza natural. Este enfoque personalizado no solo resaltará las características específicas de cada área, sino que también permitirá un desarrollo más auténtico y sostenible. Por otro lado, es necesario establecer lineamientos claros para el desarrollo de infraestructura turística que se adapte a las particularidades de cada región. Por ejemplo, mientras el Caribe ya cuenta con una red de carreteras establecida, la Amazonía requiere soluciones de transporte más especializadas y respetuosas con el medio ambiente, pues el trasporte aquí se basa en ir por rios.
La celebración de la COP16 en Colombia representa una oportunidad sin precedentes para el país. Este evento ha catalizado conversaciones y acciones en torno a la biodiversidad que de otra manera no se habrían dado. El mensaje clave que debemos transmitir es la importancia de aprovechar este momento único, pero no permitir que termine con la clausura de la COP16. Es esencial que estas conversaciones y acuerdos sean el punto de partida para acciones continuas y compromisos a largo plazo en la preservación de nuestra biodiversidad.
Es crucial entender que el turismo sostenible y responsable es una herramienta poderosa para la conservación. Al elegir opciones de viaje que respeten y valoren la biodiversidad, los turistas pueden contribuir directamente a la preservación de estos ecosistemas únicos.
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Colombia se prepara para ser anfitriona de uno de los eventos más importantes a nivel global en biodiversidad y conservación. En octubre de 2024, la ciudad de Cali albergará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, conocida como COP16. Esta cita ofrece una oportunidad única para impulsar un modelo de turismo que vaya más allá de la sostenibilidad tradicional, promoviendo un enfoque consciente y respetuoso con la naturaleza y Colombia, con su rica diversidad ecológica, está en una posición inmejorable para liderar esta conversación global, demostrando que el turismo puede ser una herramienta valiosa para la conservación y la regeneración de los ecosistemas.
Y es que la COP16 es una plataforma esencial para promover el diálogo sobre cómo se puede explorar y disfrutar de la naturaleza de manera responsable y consciente. Es una oportunidad para que gobiernos, organizaciones, comunidades locales y turistas unan esfuerzos y compartan ideas sobre cómo equilibrar el crecimiento del turismo con la conservación de los ecosistemas.
Es en este contexto que organizaciones como The Nature Conservancy (TNC) juegan un papel crucial. Fundada en 1951 en Estados Unidos, TNC se ha convertido en una de las organizaciones ambientales más efectivas y de mayor alcance a nivel global, pues cuenta con el apoyo de más de un millón de socios y un equipo diverso que incluye a más de 400 científicos. Su misión es crear un mundo en el que las personas y la naturaleza puedan prosperar juntas. En Colombia, TNC se esfuerza por apoyar a los colombianos en la creación de un modelo de crecimiento sostenible que incrementa la prosperidad del país mientras contribuye a satisfacer las demandas locales y globales de recursos, siempre con la naturaleza como base fundamental de este desarrollo.
El Espectador habló con Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy en Colombia, sobre los temas que se abordarán en la COP16 y cómo el turismo puede convertirse en una herramienta clave para la protección de la naturaleza.
¿Qué oportunidades ve The Nature Conservancy para que Colombia aproveche su biodiversidad a través del turismo ecológico, sin comprometer la conservación de sus ecosistemas?
The Nature Conservancy (TNC) busca integrar a las personas con la naturaleza, reconociendo nuestra mutua interdependencia. Y aunque no somos una organización que haga turismo sostenible, lo entendemos como una actividad que contribuye a la conservación de los ecosistemas. En este contexto, el turismo responsable y sostenible juega un papel fundamental en la conservación, debido a que se ha convertido en una actividad complementaria para organizaciones, familias y comunidades, permitiéndoles diversificar sus ingresos mientras conservan la biodiversidad.
Colombia se destaca por su biodiversidad excepcional, la cual brinda servicios ecosistémicos cruciales. Esta riqueza natural no solo favorece una actividad agropecuaria más diversa y sostenible, sino que también impulsa sistemas productivos basados en la biodiversidad que complementan el turismo.
Otra oportunidad que tiene el país, es que es rico, culturalmente, pues tiene más de 60 grupos indígenas y afrodescendientes, y más de 60 idiomas diferentes. Estas culturas poseen tradiciones y saberes ancestrales que han contribuido a cuidar la biodiversidad durante generaciones y que de hecho tiene proyectos de turismo comunitario y sostenible, por lo que la preservación de estas culturas es crucial no solo para la conservación de la biodiversidad, sino que también representa otro importante atractivo turístico. Los visitantes tienen la oportunidad única de experimentar cómo estas comunidades viven en armonía con su entorno natural, manteniendo prácticas sostenibles que han perdurado por siglos.
A pesar de este enorme potencial, Colombia enfrenta desafíos significativos, principalmente en lo que respecta a su infraestructura turística. El país aún no está completamente preparado para recibir un flujo masivo de turistas de manera sostenible. Sin embargo, Colombia podría aprender de modelos exitosos como el de Kenia, un país que comparte similitudes en términos de biodiversidad y desafíos. Kenia ha desarrollado un sistema de parques nacionales con coadministración comunitaria y ha logrado organizar su industria turística de tal manera que contribuye significativamente a su PIB.
Es decir, Colombia tiene un gran potencial para desarrollar un modelo de turismo sostenible que no solo impulse su economía, sino que también contribuya a la conservación de su valioso patrimonio natural y cultural. No obstante, este desarrollo requiere, por un lado, la implementación de estrategias adecuadas y una planificación cuidadosa, y por otro, la participación activa y la protección de las comunidades locales. Solo así se podrán salvaguardar los invaluables recursos naturales y culturales del país, asegurando su preservación para las generaciones futuras.
La COP16 ha destacado el papel de la conservación y restauración de ecosistemas. ¿Qué impactos positivos cree que este evento tendrá en el turismo ecológico en Colombia?
El turismo está estrechamente ligado al uso sostenible de la biodiversidad, uno de los objetivos fundamentales acordados en la COP 15 en Montreal hace dos años. Si bien es importante señalar que en la COP no se aborda el turismo de manera específica, este sector se incluye dentro de las posibles estrategias para el uso responsable de la biodiversidad. Esto se debe a que el Marco Global de Biodiversidad, que establece 23 metas ambiciosas para todos los países, tiene como propósito principal preservar la biodiversidad y garantizar su aprovechamiento y es lo que se discutirá en esta COP, si logramos cumplir con las metas y como las mejoramos. En este contexto, el ecoturismo encaja perfectamente como una forma de aprovechamiento sostenible de la biodiversidad, junto con otras actividades económicas vinculadas a la bioeconomía, o más específicamente a la socio-bioeconomía, dada la rica diversidad cultural de Colombia.
La bioeconomía implica crear sistemas productivos alrededor de elementos de nuestra biodiversidad, ya sea para fines medicinales, cosméticos, curativos o de otro tipo. Colombia, aunque actualmente rezagada en este aspecto, tiene un enorme potencial para explorar y aprovechar las posibilidades que ofrece su propia biodiversidad. Sin embargo, es crucial que este aprovechamiento se realice de manera que beneficie al país y a sus comunidades, no solo a empresas extranjeras. Esto se debe a que el Convenio sobre la Diversidad Biológica establece que debe haber un uso sostenible de la biodiversidad, garantizando su preservación, pero también estipula que debe haber una repartición justa de los beneficios derivados de su uso.
Es decir, las comunidades locales y los pueblos indígenas que protegen esta biodiversidad deben ser los beneficiarios directos de cualquier avance o desarrollo económico basado en ella. Este enfoque no solo es ético, sino que también incentiva la conservación a largo plazo de estos valiosos ecosistemas.
Colombia ha consolidado una envidiable reputación en el turismo de naturaleza, destacándose especialmente en el avistamiento de aves. Año tras año, el país ocupa el primer lugar como destino ideal para el aviturismo, atrayendo a ornitólogos y entusiastas de todo el mundo, especialmente durante el mes de mayo. Durante esta temporada, los visitantes no solo buscan observar la gran diversidad de aves, sino también promover la conservación de sus hábitats, asegurando que estos ecosistemas permanezcan intactos para las futuras migraciones. Este es un claro ejemplo de cómo Colombia puede desarrollar nichos de turismo que fomenten la conservación y restauración de sus ecosistemas, integrando el desarrollo económico con la protección ambiental.
Idealmente, una parte de los ingresos generados por el turismo podría destinarse directamente a proyectos de restauración ecológica. Colombia alberga ecosistemas estratégicos que, desafortunadamente, han sido altamente transformados y destruidos, como el bosque seco tropical. Se podría implementar un sistema en el que por cada peso que deja un turista, una parte se destine a promover la restauración. Esto se debe a que la restauración ecológica es un proceso costoso y largo.
¿Cómo pueden las decisiones y acuerdos tomados en la COP16 apoyar la creación de políticas públicas más sólidas para promover un turismo sostenible?
La adopción del Marco Global de Biodiversidad, con sus 23 metas ambiciosas, representa una gran oportunidad para la conservación a nivel mundial. Como parte de este acuerdo, cada país miembro del Convenio sobre la Diversidad Biológica, incluida Colombia, debe presentar un Plan Nacional de Biodiversidad. Colombia ya contaba con un plan desde 2012, y en los últimos dos años ha trabajado en actualizarlo. Este proceso de actualización, liderado por el Ministerio de Ambiente, ha sido un esfuerzo concertado que involucra a diversos sectores, en donde puede estar el sector turismo.
El plan actualizado busca reflejar cómo se implementarán en Colombia las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad. Establece objetivos concretos en términos de hectáreas y ecosistemas, con indicadores específicos que permitirán medir el progreso. La implementación de este plan se reflejará en políticas públicas que serán adoptadas no solo por el gobierno, sino también por el sector privado. De hecho, varias de las metas del Marco Global de Biodiversidad están relacionadas directamente con el sector privado, abordando aspectos como su participación en la restauración y el uso sostenible de la biodiversidad.
En este contexto, el turismo juega un papel crucial como nexo del desarrollo económico sostenible. Colombia, con su extraordinaria riqueza natural y cultural, tiene una oportunidad única para desarrollar un modelo de turismo que no solo cumple con las metas del Marco Global de Biodiversidad, sino que también las impulse. El turismo pueden contribuir directamente a la meta 3, al proporcionar incentivos económicos para la conservación de áreas naturales. Además, puede ser una herramienta poderosa para la educación ambiental, la sensibilización sobre la importancia de la biodiversidad, lo que a su vez fomenta la protección a largo plazo de los ecosistemas.
Como organización medioambiental, nuestro principal objetivo es posicionar la naturaleza como una prioridad en la agenda pública. Nos enfocamos en proteger áreas clave donde diversas especies de plantas y animales puedan prosperar a largo plazo, y colaboramos con aliados estratégicos para lograr una conservación significativa. En este contexto, aunque nosotros no somos actores en el sector turistico, si tenemos que estar pendientes del uso que este sector le da a la biodiversidad, haciendo un llamado para que se promuevaun enfoque sostenible que equilibre la protección con la conservación.s
¿Qué papel juegan las comunidades locales en los proyectos de turismo ecológico que apoya The Nature Conservancy, y cómo pueden beneficiarse directamente de los acuerdos alcanzados en la COP16?
Para entender cómo las comunidades pueden beneficiarse directamente de los acuerdos alcanzados en la COP 16, es fundamental reconocer que la Convención sobre la Diversidad Biológica contempla como partes aceptadas no solo a los estados, sino también a las comunidades. La CDB hace una mención específica a los pueblos indígenas y las comunidades locales, siendo estas últimas todas aquellas que no son pueblos indígenas, incluyendo a los campesinos.
La participación de estas comunidades en las negociaciones internacionales es un aspecto importante, pues estas comunidades son protectoras de la biodiversidad, y segundo, porque sus medios de vida dependen directamente de ella. Si vemos, sus formas de vida están intrínsecamente ligadas a los ecosistemas que habitan, aprovechando el agua de los bosques que protegen y los productos del bosque. Al ser guardianes tan efectivos de estos recursos naturales, estas comunidades tienen un interés directo en los resultados de la COP 16, pues los acuerdos pueden promover una distribución más justa de los recursos derivados del uso de la biodiversidad, lo cual no solo promueve la justicia social, sino que también fortalece las estrategias de conservación.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta Colombia para garantizar que el turismo ecológico sea realmente sostenible, y cómo podrían los acuerdos de la COP16 ayudar a superarlos?
Creo que uno de los desafíos que tenemos es que debemos reconocer el valor incalculable de nuestros diversos ecosistemas. No solo los bosques, sino también las sabanas, páramos y montañas ofrecen servicios ecosistémicos cruciales que debemos apreciar y proteger. Por ello, es imperativo que el país desarrolle una política robusta para fomentar el turismo sostenible, con un enfoque especial en el turismo de naturaleza. Esta política debe ir acompañada de incentivos financieros y un amplio programa de capacitación.
El turismo debe ser inclusivo, ofreciendo opciones tanto para un público exclusivo como para el turista promedio. Los ingresos generados por el turismo de alto nivel pueden ayudar a subsidiar experiencias más accesibles, permitiendo que un espectro más amplio de personas disfrute de nuestra biodiversidad. Esto no solo democratiza el acceso a la naturaleza, sino que también genera un mayor apoyo público para la conservación.
Un aspecto crucial pero a menudo pasado por alto es la necesidad de identificar y modificar los “incentivos perversos” que inadvertidamente fomentan la pérdida de biodiversidad, especialmente en el sector agropecuario. Por ejemplo, muchos bancos agrarios ofrecen préstamos para la compra de insumos químicos o para la expansión de la ganadería, prácticas que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente. Es necesario reorientar estos incentivos para que apoyen prácticas más sostenibles y amigables con la biodiversidad.
¿Qué acciones concretas se pueden tomar para integrar los compromisos de conservación ambiental de la COP16 con los planes de expansión del turismo ecológico en regiones clave de Colombia, como la Amazonía y la región Andina?
Para integrar efectivamente los compromisos ambientales y de turismo en regiones clave como la Amazonía, la región Andina y la región Caribe, es fundamental que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo lidere la creación de políticas en estrecha colaboración con los gobernadores de los grandes departamentos, ademas de que deben contar con la participación activa de las comunidades locales. Estas políticas no pueden diseñarse a espaldas de quienes habitan estas regiones; por el contrario, deben ser parte integral del proceso de toma de decisiones.
Cada una de estas regiones posee una biodiversidad única y valiosa. Por lo tanto, es esencial que desarrollen sus propias formas de valorar y presentar su riqueza natural. Este enfoque personalizado no solo resaltará las características específicas de cada área, sino que también permitirá un desarrollo más auténtico y sostenible. Por otro lado, es necesario establecer lineamientos claros para el desarrollo de infraestructura turística que se adapte a las particularidades de cada región. Por ejemplo, mientras el Caribe ya cuenta con una red de carreteras establecida, la Amazonía requiere soluciones de transporte más especializadas y respetuosas con el medio ambiente, pues el trasporte aquí se basa en ir por rios.
La celebración de la COP16 en Colombia representa una oportunidad sin precedentes para el país. Este evento ha catalizado conversaciones y acciones en torno a la biodiversidad que de otra manera no se habrían dado. El mensaje clave que debemos transmitir es la importancia de aprovechar este momento único, pero no permitir que termine con la clausura de la COP16. Es esencial que estas conversaciones y acuerdos sean el punto de partida para acciones continuas y compromisos a largo plazo en la preservación de nuestra biodiversidad.
Es crucial entender que el turismo sostenible y responsable es una herramienta poderosa para la conservación. Al elegir opciones de viaje que respeten y valoren la biodiversidad, los turistas pueden contribuir directamente a la preservación de estos ecosistemas únicos.
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