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Toda una revolución que se ha repetido en todas las ciudades donde ha recalado el Eras Tour de la cantante de Pensilvania, que incluso apareció hace un año en un informe de Reserva Federal de Estados Unidos, que reconoció la influencia decisiva que había supuesto la artista estadounidense para dinamizar el turismo nacional.
Es lo mismo que se espera en Madrid con estos dos conciertos, cuyas entradas están agotadas desde poco después de salir a la venta y que se estima que reunirá a unas 130.000 personas en total.
Los últimos datos de la plataforma Amadeus indican que las reservas hoteleras en Madrid para estos dos días han alcanzado un 70 por ciento, un fuerte aumento respecto a las mismas fechas del año pasado cuando se registraron un 45 y un 52 por ciento para el 29 y 30 de mayo.
Y la estimación de Hostelería Madrid apunta a que los conciertos tendrán un impacto de 20 millones de euros entre el gasto de los asistentes locales y los turistas que visitarán y pernoctan en Madrid por la actuación de la cantante.
El anuncio de los conciertos de Swift tuvo también un impacto significativo en los volúmenes de búsqueda de vuelos nacionales e internacionales hacia Madrid, con un crecimiento semanal del 44 %.
Los asistentes al concierto y quienes, aún sin entrada, han llegado a la ciudad, llenarán los alrededores del Bernabéu y el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han previsto un plan especial de transportes y seguridad.
La Comunidad reforzará las líneas de metro y autobuses que dan acceso a la zona del estadio y se cortarán al tráfico las calles de los alrededores.
Una zona en la que se desplegarán cada uno de los dos días 200 agentes de la Policía Nacional y otros 200 de la Policía Municipal. A los que se unirán vigilantes de seguridad para los accesos, una labor en la que también colaborarán miembros del equipo de seguridad privada de la cantante.
La Policía también se encargará de custodiar la comitiva de la artista desde su aterrizaje en Barajas hacia las 2:30 p.m. hasta su llegada al hotel Villa Magna, donde se alojarán.
Y de vigilar las dos 'fan zones' (áreas para fans) que se han instalado frente al estadio y en una zona cercana, que son dos carpas que cuentan con baños y venta de merchandising de la cantante.
En las tiendas es donde hasta ahora se han registrado las mayores aglomeraciones de fans para hacerse con todo tipo de objetos con la imagen de la cantante, con precios que van desde los 20 euros de una pulsera a los 80 de una sudadera.
Aunque ya empiezan a llegar a los alrededores del estadio las fans -son principalmente chicas- que esperan sentadas en las aceras la apertura de las puertas del estadio, que será a las 4:30 p.m., aunque el concierto de Swift no empezará hasta las 8:00 p.m.
Para hacer frente a cualquier eventualidad y aunque la asistencia sanitaria depende del organizador del evento, el servicio municipal de urgencias, Samur-Protección Civil, ha reforzado su plantilla con 50 sanitarios más y desplegará de ocho ambulancias.
Todo parece poco para hacer frente a la avalancha de gente que se acercará al estadio, con o sin entrada, para disfrutar de la música de la cantante más seguida de la actualidad.
Porque, según los vecinos, dese fuera del estadio, el nivel de la música es tan alto, que se podrán escuchar las canciones perfectamente. El ruido que generan los conciertos "sobrepasa límites imaginables" y en los cinco celebrados hasta la fecha en el Bernabéu se han llegado a niveles cercanos a los 100 decibelios.
Tanto, que todos los conciertos celebrados hasta ahora en el reformado estadio se han saldado con boletines de denuncia para los promotores por haber incumplido los niveles de ruido establecidos en la normativa.
Una revolución en todos los sentidos provocada por el regreso a Madrid de Taylor Swift 13 años de una primera actuación en la que apenas reunió a 4.000 personas. Pero desde entonces la cantante se ha convertido en la reina indiscutible de la taquilla y de los medios de comunicación.
La cantante ofrecerá un concierto de más de tres horas de duración, varios cambios de vestuario y unas 45 canciones, que los fans podrán corear tanto dentro como fuera del estadio.