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                                                                                                                                El hombre que ha hecho 569 viajes a Ciudad Perdida

                                                                                                                                Wálter Hinojosa, de 65 años, fue uno de los primeros en pisar la milenaria ciudad tairona en el siglo XX. Hoy es guía de esta tierra, que esconde secretos de la historia ancestral colombiana.

                                                                                                                                Gisselle Martín Chocontá

                                                                                                                                Wálter Hinojosa, quien llegó a Ciudad Perdida, o Teyuna, en 1979, hoy trabaja como guía para la agencia Magic Tour. / Gisselle Martín Chocontá
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Él cuenta que la existencia de Ciudad Perdida, en lo profundo de la selva montañosa del Magdalena, llegó a los oídos de los habitantes de Santa Marta a mediados de los años 70. Se hablaba de tesoros, sepulcros sagrados y estructuras en piedra que pertenecían a un poblado hasta entonces desconocido por el mundo contemporáneo y, como después se supo, abandonado entre los años 1580 y 1650 d.C.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “El guaquero que me llevó fue Francisco Rey. Él le informó al Estado sobre la existencia de Ciudad Perdida y el premio que recibió fue ser designado como la persona que dirigió los trabajos de restauración. Yo vivía muy cerca de él. Le insistí que me llevara a trabajar allá y él no quería, hasta que un día, aburrido, me dijo: ‘Bueno, vamos’”. Desde entonces, Wálter no ha dejado de ir, sin importar si es 24 o 31 de diciembre; siempre cuenta los días y las horas para ponerse la maleta y emprender la marcha por el camino que conoce palmo a palmo.

                                                                                                                                Wálter no recuerda una emoción más intensa que el día en que llegó por primera vez a Teyuna. Cuando sobrevolaba la cara norte de la Sierra Nevada de Santa Marta a bordo de un helicóptero, encontró una espesa selva atravesada por el río Buritaca. Allí vio cómo se levantaban, desde las laderas hasta la cresta de una colina, estructuras arqueológicas que aún hoy, transcurridas más de cuatro décadas, siguen guardando secretos.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Una expedición de 50 km

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Wálter cuenta que el primer turista que llegó a Ciudad Perdida fue un francés despistado, a mediados de los años 80. Estaba deshidratado, llevaba la ropa hecha jirones y su piel estaba rasgada por la selva. “Lo curioso es que por donde él entró, no caminaban ni los indígenas. Nadie sabe cómo llegó. Él tampoco dio explicaciones, allá duró como seis o siete días, mientras se recuperaba”, cuenta el guía de 65 años.

                                                                                                                                Se estima que en el siglo XVI Teyuna pudo haber tenido hasta 2.000 habitantes. / Gisselle Martín Chocontá
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ciudad Perdida se abrió al turismo a finales de los 80, sin embargo, este destino tuvo su auge luego del lamentable secuestro de siete extranjeros, a manos del ELN, liberados luego de 100 días. A pesar de que se han hecho caminos más seguros y el hospedaje se ha adecuado para que los visitantes tengan más comodidades, la travesía implica cuatro o cinco días de caminata sobre pendientes y descensos empedrados a lo largo de 50 kilómetros, en una tierra húmeda y un calor que se hace cada vez más sofocante en el meridiano.

                                                                                                                                (Lea también: 7 destinos acogedores en Colombia: calidez y paisajes naturales imperdibles)

                                                                                                                                En medio de estas intensas jornadas de caminata, también hay lugares en donde se encuentran piscinas naturales de aguas tan heladas como cristalinas y puntos en los que los viajeros son recibidos con frutas frescas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El primer día de recorrido implica una caminata de siete kilómetros hasta llegar a la primera cabaña, ubicada a 450 msnm. La segunda jornada se inicia antes del amanecer y se extiende por ocho horas, cuando se completan 17 km de recorrido a 830 msnm. El tercer día se arriba a la terraza más alta de Ciudad Perdida como recompensa a la subida de 1.600 estrechos escalones construidos por los taironas.

                                                                                                                                “Hoy tenemos cabañas con luz, camas, duchas y agua. Se ofrecen almuerzos, no superespeciales, pero sí una sopita de verduras con pechuga, ensalada, arrocito, e incluso opciones vegetarianas”, explica Wálter.

                                                                                                                                Los dos últimos días se regresa sobre los pasos de las primeras jornadas, cada uno con una distancia de ocho kilómetros y, finalmente, un viaje de tres horas en carro de vuelta a orillas del mar samario.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Completar esta hazaña es algo de lo que muchos se enorgullecen. “¿Viste que sí se puede?”, es lo primero que quiere decirle Claudia Narang, una joven suiza, a su hermana. “Ella vino a Ciudad Perdida hace tres años y dijo que era muy duro, que hizo una parte del trayecto en mula porque ya no podía caminar. Creyó que no podría hacerlo, pero a paso lento, lo logró”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Durante el recorrido, Wálter insiste en que no hay un premio por llegar primero, cada persona tiene su propio ritmo. Él marcha al paso que los turistas le imponen: si van rápido, él los alcanza para indicarles el camino; si van lento, se devuelve para darles aliento. Lo cierto es que, sin importar el ritmo, estas palabras se pronuncian al final de cada una de sus expediciones: “En el mundo hay dos tipos de personas: los que conocen Ciudad Perdida y los que quieren conocerla. Ahora ustedes son parte del selecto primer grupo”.

                                                                                                                                En cifras

                                                                                                                                30 hectáreas son ocupadas por los vestigios arqueológicos de Ciudad Perdida.

                                                                                                                                Clima

                                                                                                                                Templado, húmedo y lluvioso. De 18° C a 22° C.

                                                                                                                                Medidas por el COVID-19

                                                                                                                                • La Ciudad Perdida reabrió sus puertas al público, con todos los protocolos de bioseguridad, el 01 de diciembre de 2020.
                                                                                                                                • La capacidad máxima de visitantes se redujo a la mitad.
                                                                                                                                • Se solicita prueba de antígenos obligatoria 72 horas antes de visitar Teyuna.

                                                                                                                                Recomendaciones

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                                                                                                                                • Ir acompañado de un guía turístico de la región.
                                                                                                                                • Tener buen estado de salud.
                                                                                                                                • Cuidar los caminos y lugares que encuentre en el recorrido.
                                                                                                                                Wálter Hinojosa, quien llegó a Ciudad Perdida, o Teyuna, en 1979, hoy trabaja como guía para la agencia Magic Tour. / Gisselle Martín Chocontá
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Él cuenta que la existencia de Ciudad Perdida, en lo profundo de la selva montañosa del Magdalena, llegó a los oídos de los habitantes de Santa Marta a mediados de los años 70. Se hablaba de tesoros, sepulcros sagrados y estructuras en piedra que pertenecían a un poblado hasta entonces desconocido por el mundo contemporáneo y, como después se supo, abandonado entre los años 1580 y 1650 d.C.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “El guaquero que me llevó fue Francisco Rey. Él le informó al Estado sobre la existencia de Ciudad Perdida y el premio que recibió fue ser designado como la persona que dirigió los trabajos de restauración. Yo vivía muy cerca de él. Le insistí que me llevara a trabajar allá y él no quería, hasta que un día, aburrido, me dijo: ‘Bueno, vamos’”. Desde entonces, Wálter no ha dejado de ir, sin importar si es 24 o 31 de diciembre; siempre cuenta los días y las horas para ponerse la maleta y emprender la marcha por el camino que conoce palmo a palmo.

                                                                                                                                Wálter no recuerda una emoción más intensa que el día en que llegó por primera vez a Teyuna. Cuando sobrevolaba la cara norte de la Sierra Nevada de Santa Marta a bordo de un helicóptero, encontró una espesa selva atravesada por el río Buritaca. Allí vio cómo se levantaban, desde las laderas hasta la cresta de una colina, estructuras arqueológicas que aún hoy, transcurridas más de cuatro décadas, siguen guardando secretos.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Recuerda que entre la maleza y los desenterramientos, en un bosque húmedo y tropical, se escondían terrazas sobre planicies perfectas, anillos de viviendas y paredes de piedra viva, rodeadas por decenas de aves que revoloteaban y árboles y palmas de hasta 40 metros. Después se enteraría, a partir de la investigación arqueológica, que en el siglo XVI la zona fue habitada por alrededor de dos mil taironas, según datos con los que cuenta el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Una expedición de 50 km

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Wálter cuenta que el primer turista que llegó a Ciudad Perdida fue un francés despistado, a mediados de los años 80. Estaba deshidratado, llevaba la ropa hecha jirones y su piel estaba rasgada por la selva. “Lo curioso es que por donde él entró, no caminaban ni los indígenas. Nadie sabe cómo llegó. Él tampoco dio explicaciones, allá duró como seis o siete días, mientras se recuperaba”, cuenta el guía de 65 años.

                                                                                                                                Se estima que en el siglo XVI Teyuna pudo haber tenido hasta 2.000 habitantes. / Gisselle Martín Chocontá
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ciudad Perdida se abrió al turismo a finales de los 80, sin embargo, este destino tuvo su auge luego del lamentable secuestro de siete extranjeros, a manos del ELN, liberados luego de 100 días. A pesar de que se han hecho caminos más seguros y el hospedaje se ha adecuado para que los visitantes tengan más comodidades, la travesía implica cuatro o cinco días de caminata sobre pendientes y descensos empedrados a lo largo de 50 kilómetros, en una tierra húmeda y un calor que se hace cada vez más sofocante en el meridiano.

                                                                                                                                (Lea también: 7 destinos acogedores en Colombia: calidez y paisajes naturales imperdibles)

                                                                                                                                En medio de estas intensas jornadas de caminata, también hay lugares en donde se encuentran piscinas naturales de aguas tan heladas como cristalinas y puntos en los que los viajeros son recibidos con frutas frescas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El primer día de recorrido implica una caminata de siete kilómetros hasta llegar a la primera cabaña, ubicada a 450 msnm. La segunda jornada se inicia antes del amanecer y se extiende por ocho horas, cuando se completan 17 km de recorrido a 830 msnm. El tercer día se arriba a la terraza más alta de Ciudad Perdida como recompensa a la subida de 1.600 estrechos escalones construidos por los taironas.

                                                                                                                                “Hoy tenemos cabañas con luz, camas, duchas y agua. Se ofrecen almuerzos, no superespeciales, pero sí una sopita de verduras con pechuga, ensalada, arrocito, e incluso opciones vegetarianas”, explica Wálter.

                                                                                                                                Los dos últimos días se regresa sobre los pasos de las primeras jornadas, cada uno con una distancia de ocho kilómetros y, finalmente, un viaje de tres horas en carro de vuelta a orillas del mar samario.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Completar esta hazaña es algo de lo que muchos se enorgullecen. “¿Viste que sí se puede?”, es lo primero que quiere decirle Claudia Narang, una joven suiza, a su hermana. “Ella vino a Ciudad Perdida hace tres años y dijo que era muy duro, que hizo una parte del trayecto en mula porque ya no podía caminar. Creyó que no podría hacerlo, pero a paso lento, lo logró”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Durante el recorrido, Wálter insiste en que no hay un premio por llegar primero, cada persona tiene su propio ritmo. Él marcha al paso que los turistas le imponen: si van rápido, él los alcanza para indicarles el camino; si van lento, se devuelve para darles aliento. Lo cierto es que, sin importar el ritmo, estas palabras se pronuncian al final de cada una de sus expediciones: “En el mundo hay dos tipos de personas: los que conocen Ciudad Perdida y los que quieren conocerla. Ahora ustedes son parte del selecto primer grupo”.

                                                                                                                                En cifras

                                                                                                                                30 hectáreas son ocupadas por los vestigios arqueológicos de Ciudad Perdida.

                                                                                                                                Clima

                                                                                                                                Templado, húmedo y lluvioso. De 18° C a 22° C.

                                                                                                                                Medidas por el COVID-19

                                                                                                                                • La Ciudad Perdida reabrió sus puertas al público, con todos los protocolos de bioseguridad, el 01 de diciembre de 2020.
                                                                                                                                • La capacidad máxima de visitantes se redujo a la mitad.
                                                                                                                                • Se solicita prueba de antígenos obligatoria 72 horas antes de visitar Teyuna.

                                                                                                                                Recomendaciones

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                                                                                                                                • Ir acompañado de un guía turístico de la región.
                                                                                                                                • Tener buen estado de salud.
                                                                                                                                • Cuidar los caminos y lugares que encuentre en el recorrido.

                                                                                                                                Por Gisselle Martín Chocontá

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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