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El Huila fue reconocido como líder en la producción y exportación de café en Colombia, según el más reciente informe de la Federación Nacional de Cafeteros. “El Huila produce cerca del 19,08% de la producción nacional, consolidándonos como el primer productor del país”, afirmó a El Espectador Jorge Andrés Géchem, secretario de Turismo del departamento. Este éxito no solo es resultado de la excelencia cafetera, sino también de la capacidad de las fincas ecoturísticas para unir la tradición caficultora con experiencias sostenibles y enriquecedoras para los visitantes.
En una pequeña finca ecoturística llamada La Veredita Encantada, ubicada en el municipio Garzón, Ramón Pérez, un caficultor de tercera generación, asegura que la caficultura y el turismo transformaron su vida. “Antes, apenas lograba salir adelante con lo que daba la cosecha. Ahora, los turistas no solo compran nuestro café, sino que también vienen a aprender, a vivir la experiencia”, explica con orgullo.
Pérez, acompañado por su esposa y dos hijos, dirige una finca en la que los visitantes pueden participar en el proceso completo de producción del café, desde la recolección del grano hasta su tostado y degustación. “A la gente le gusta meter las manos en la tierra, oler el café recién tostado, y ver cómo cuidamos las plantas como si fueran parte de nuestra familia. La gente no se imagina lo duro que es este trabajo, pero cuando lo hacen, valoran aún más cada taza de café que toman”, dijo.
Emma Martínez, una turista que visitó en octubre pasado la finca de Pérez, asegura que lo mejor de este tipo de experiencias es participar en procesos como la recolección del café. “Nunca imaginé que podría ser tan satisfactorio llenar una canasta con granos frescos mientras escuchaba el canto de los pájaros”, recordó. Pérez, siempre dispuesto a compartir su sabiduría, añadió: “
El secretario Géchem resalta la importancia de proyectos como La Ruta Mágica del Café, que conecta fincas como la de Pérez con otros atractivos naturales del Huila. Este enfoque permite diversificar los ingresos de las familias campesinas y al mismo tiempo atraer turistas nacionales e internacionales. “Hemos aprendido que el turismo no es solo recibir visitantes, sino enseñarles a valorar lo que hacemos y lo que tenemos”, reflexiona Pérez.
La Ruta del Café es un proyecto que busca promover el turismo experiencial en las regiones cafeteras de Colombia, conectando a los visitantes con las fincas productoras para que vivan de cerca el proceso de cultivo, recolección, tostado y preparación del café. Funciona como una red de fincas ecoturísticas que ofrecen actividades como caminatas por cafetales, talleres de catación, hospedaje rural y gastronomía tradicional. Además, fomenta la sostenibilidad al generar ingresos para las comunidades locales, preservar la cultura cafetera y educar a los turistas sobre la importancia del café en la economía y la identidad colombiana.
En la finca de Ramón Pérez, por ejemplo, además de conocer el proceso del café los turistas pueden realizar caminatas ecológicas por senderos rodeados de bosques y riachuelos. También hay talleres sobre compostaje y técnicas de cultivo sostenibles. “Aquí les explicamos cómo cuidamos el agua y la tierra. Para nosotros, el café no es solo un negocio, es nuestra herencia”, señala Pérez.
Para Géchem, el plus del café huilense radica no solo en su calidad, sino también en la integración del agroturismo como una estrategia clave para diversificar los ingresos de los productores. “La calidad permite impulsar el agroturismo en nuestra región. Hemos logrado integrar nuestra vocación agrícola, cafetera y agropecuaria con el turismo, lo que fortalece tanto la producción cafetera como las exportaciones”, afirmó.
De acuerdo con el secretario, el gobierno departamental del Huila ha desarrollado programas integrales para fortalecer el turismo rural y la caficultura. “Gracias a los créditos y capacitaciones que ofrecen, logramos mejorar la infraestructura de la finca y recibir a más visitantes”, explica Pérez. Uno de los proyectos más valiosos para su familia ha sido la formación en bilingüismo, que le permitió a su hija atender a turistas extranjeros. “Cuando escucho a mi hija hablar con los visitantes en inglés, siento que estamos haciendo algo grande aquí”, comenta.
Asimismo, se ha establecido una estrategia integral para fortalecer el turismo rural y la caficultura, destacando el trabajo articulado entre varias secretarías. Según Géchem, “hay un acompañamiento desde la Secretaría de Agricultura y la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo para apoyar los proyectos agro y ecoturísticos de las familias campesinas”.
Este apoyo se materializa en diversas iniciativas, como las líneas de financiamiento para emprendedores del sector turístico. “Tenemos créditos de hasta 50 millones de pesos con tasas compensadas para emprendimientos turísticos y para el fortalecimiento de empresas ya establecidas”, explicó el secretario. También destacó la importancia de las convocatorias en bilingüismo, diseñadas para formar a 150 operadores turísticos en competencias en inglés, con el objetivo de garantizar un servicio de calidad para los visitantes extranjeros.
Las fincas como La Veredita Encantada no solo son centros de producción, sino también vitrinas que promocionan el grano huilense en mercados internacionales. Los turistas que visitan estas fincas se convierten en embajadores del café huilense al regresar a sus países. “Siempre digo que el mejor marketing es un buen café en las manos de alguien que nos conoció aquí”, asegura Pérez.
En palabras de Géchem, se trata de fortalecer la gran vocación agropecuaria y el turismo con compromiso hacia la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
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Desafíos y sostenibilidad
La sostenibilidad es el núcleo de las fincas ecoturísticas en el Huila. Pérez comparte que, al principio, fue difícil implementar prácticas más ecológicas, pero hoy no las cambiaría por nada. “Usamos abonos naturales, reciclamos el agua y cuidamos cada árbol que rodea los cafetales. Esto no es solo para nosotros, es para las futuras generaciones”, asegura.
Géchem añade que estas prácticas son esenciales para garantizar el equilibrio entre turismo y medio ambiente. “Si no protegemos lo que tenemos, el turismo se vuelve insostenible”, afirma. Desde su diseño, estas fincas buscan minimizar el impacto ambiental mientras promueven prácticas agrícolas responsables. Géchem lo resumió de la siguiente manera: “El ecoturismo es un compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Es la manera de proteger nuestra riqueza natural mientras fortalecemos nuestra economía”.
En este contexto, el departamento ha implementado estrategias para impulsar el turismo sin comprometer los recursos naturales, lo que incluye desde el manejo adecuado de residuos hasta la conservación de fuentes hídricas.
Aunque el café es el principal atractivo, las fincas ecoturísticas del Huila ofrecen mucho más. Desde talleres de cocina tradicional hasta actividades culturales como música y danza folclórica, los turistas encuentran en cada visita una experiencia única. Pérez destaca que uno de los momentos favoritos de los visitantes es la narración de historias y mitos locales al anochecer. “Les contamos sobre los espíritus que protegen el café y la montaña. Eso los deja fascinados, más que el tal WiFi”, comenta.
El secretario de turismo proyecta que 2025 será clave para consolidar al Huila como destino turístico de clase mundial. Con campañas como Huila Grande, Destino de Todos, se espera atraer más visitantes y fortalecer iniciativas como las de Pérez. Por su parte, él tiene planes de expandir su oferta con cabañas ecológicas para quienes quieran pasar la noche en la finca. “Quiero que la gente despierte con el aroma del café y el canto de los pájaros”, concluyó.
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