El proyecto turístico de Nariño que ayuda a emplear a mujeres y jóvenes
Lunaris es un proyecto de turismo comunitario impulsado por mujeres y jóvenes en Chachagüí, que promueve la participación local y la conservación ambiental.
Leidy Barbosa
Cartagena es sede de la 122ª edición del Consejo Ejecutivo de ONU Turismo, un espacio clave que, del 13 al 15 de noviembre, congrega a líderes y expertos internacionales para definir estrategias orientadas a impulsar un turismo más sostenible. Uno de los aspectos más destacados del encuentro es el UN Tourism Tech Adventures | Colombia - Turismo Comunitario, una iniciativa que pone en valor proyectos transformadores, resaltando la rica diversidad cultural y natural de Colombia.
Organizado por la ONU en colaboración con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Fontur, este desafío busca impulsar la innovación en el turismo comunitario, alineando las propuestas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La convocatoria recibió más de 570 postulaciones de todos los departamentos del país, con una notable participación de emprendedores, guías turísticos, organizaciones sin ánimo de lucro, empresas formales y comunidades locales. De estos proyectos, 22 fueron seleccionados como destacados, representando diversos corredores turísticos, incluidos el Pacífico, el Eje Cafetero, el Sur y Antioquia-Chocó, entre otros, los cuales cumplieron con como viabilidad, potencial de crecimiento, impacto social y ambiental.
Cinco de estas propuestas fueron seleccionadas como ganadoras, cada una sobresaliendo en distintas categorías: Comunidades rurales y urbanas, Mujeres y Jóvenes, Comunidades étnicas, Comunidades que construyen paz, y Empresas que promueven el turismo comunitario. Según el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes Hernández, esto representa un gran logro, ya que “el primer paso para construir un turismo responsable y sostenible es empoderar a los actores locales, proporcionándoles las herramientas necesarias para que se conviertan en participantes activos de nuestra cadena de valor”.
La ganadora de la categoría Mujeres y Jóvenes fue Lunaris, una empresa cuya iniciativa de turismo comunitario es impulsada por mujeres y jóvenes del sector rural del municipio de Chachagüí, Nariño. En este proyecto, colaboran con más de sesenta asociaciones locales para fortalecer el turismo a través de actividades como senderismo, gastronomía, cultura, aviturismo, alojamiento y recreación. También promueven experiencias en bicicleta y visitas a fincas cafeteras, además de explorar la artesanía tradicional, como la confección de artículos en cabuya, que ha convertido a Chachagüí en un referente en la fabricación de alpargatas.
“Nuestro enfoque es trabajar de manera conjunta con la comunidad local, asegurando que todas las actividades sean lideradas por personas de la región. Contamos con guías locales, a quienes llamamos “baquianos”, ya que conocen a fondo la zona y sus tradiciones. Además, colaboramos con el grupo de jóvenes “Joven Despierto”, liderado por Kevin Morales, quienes se dedican a preservar la herencia cultural y natural de la región. Todo, tratando de resaltar a Nariño como un destino único que va más allá del Carnaval de Negros y Blancos en Pasto, si no que el departamento tiene muchas cosas que ofrecer”, comentó Jazmín Caicedo, coordinadora de la ruta de Lunaris.
La propuesta de conservación y cultura de Ruta Lunaris
Ruta Lunaris es una iniciativa que combina la riqueza natural con el legado cultural de Nariño. Nacida en 2019, surgió con el objetivo de consolidar una ruta turística en Chachagüí, un municipio con un vasto potencial gracias a sus numerosos atractivos naturales y culturales. Inicialmente, el enfoque estaba en la Reserva Natural Chamolán, pero el proyecto creció significativamente, incorporando otros destinos de gran relevancia, como la Reserva Natural Mata Redonda y la Reserva Natural Utopía Rosa de los Andes, fundamentales para la conservación y el ecoturismo en la región. Este esfuerzo ha permitido destacar la biodiversidad y la herencia cultural del municipio, fomentando un turismo más sostenible e inclusivo.
Además de las reservas naturales, la ruta incluye sitios emblemáticos como el Cerro El Kunduz, un mirador que ofrece vistas panorámicas excepcionales, y la Casa del Saladito, un lugar lleno de historia y tradición. También promueve experiencias culturales a través de la Ruta del Café y la Ruta de la Cabuya, que ponen en valor las prácticas agrícolas y artesanales locales, en donde buscan conectar a los visitantes con la autenticidad y el espíritu de la región, al tiempo que impulsa el desarrollo económico sostenible de las comunidades involucradas.
“Nuestra labor de protección ambiental se basa en el cuidado y la sostenibilidad de nuestras reservas naturales, pues nos hemos asegurado que ninguna de ellas se vea afectada por invasiones o intervenciones innecesarias. Por ejemplo, en una de las reservas contamos con dos nacimientos de agua que se mantienen sin intervención significativa, sin estructuras que alteren el entorno mientras que promovemos actividades como el avistamiento de murciélagos y aves, así como el senderismo, limitado a ciertos puntos. Siempre capacitamos a los turistas sobre la importancia de cuidar estas áreas, ya que son zonas altamente protegidas que representan la esencia de nuestra naturaleza”, afirmó Caicedo.
Otro ejemplo que pone la experta en en la reserva Utopía, la cual alberga un bosque de robles que han preservado meticulosamente, evitando cualquier tipo de invasión. Cada reserva cuenta con sus propias medidas de protección, en las que participan activamente asociaciones, grupos de jóvenes, mujeres y familias locales, quienes han sido sus aliados en la conservación de la riqueza natural.
“Nosotros ganamos la convocatoria en esta categoría precisamente por nuestros colaboradores, pues la iniciativa está impulsada principalmente por mujeres y jóvenes, ya que quienes lideran el proyecto tienen un promedio de 25 años. Un ejemplo es nuestra CEO, Melissa Caicedo Quiroz, la cual tiene 25 años y forma parte de la Mesa de Víctimas del Conflicto Armado del municipio, también pertenece a la Mesa Departamental de Víctimas, lo que le ha permitido ampliar el alcance del proyecto”, cuenta la coordinadora.
Es por esto que la iniciativa pone un énfasis especial en promover la participación activa de mujeres y jóvenes, muchos de ellos afectados por el conflicto armado. Según Caicedo, cada uno contribuye desde su conocimiento y experiencia, desempeñando un papel clave en el fortalecimiento del proyecto en diversas áreas. Esta inclusión no solo enriquece la iniciativa con perspectivas diversas, sino que también brinda oportunidades de empoderamiento y reconstrucción social, transformando vidas y comunidades a través del turismo sostenible y la valorización de la cultura local.
“Además de fomentar su participación, también capacitan a la comunidad mediante talleres prácticos que abarcan actividades como el proceso completo del café, desde la selección y el tostado hasta la molienda y la degustación, utilizando equipos y técnicas locales. Este enfoque se extiende a otros sectores, como la agricultura y la avicultura, promoviendo un aprendizaje activo que fortalece el compromiso colectivo con la preservación y el aprovechamiento responsable de los recursos de la región”, afirmó.
Sin embargo, no han estado solos, pues han establecido alianzas estratégicas que han potenciado su impacto. Una de ellas es con la Reserva Natural Matarredonda, que agrupa a 25 familias locales comprometidas con la conservación y el desarrollo sostenible. Además, han unido esfuerzos con ocho municipios del departamento de Nariño: La Florida, Sandoná, Nariño, La Cruz, Ancuya, Yacuanquer, Pasto y Chachagüí, para crear el proyecto Rutas del Galeras. Este ambicioso esfuerzo busca promover el turismo en cada municipio, resaltando su riqueza natural, gastronómica, cultural y ancestral.
Otro gran esfuerzo ha sido la búsqueda constante de colaboraciones, tanto a nivel nacional como internacional, para que el proyecto trascienda y se destaque. En Colombia, han trabajado con instituciones académicas como la Universidad de Nariño, la Universidad Antonio Nariño y la Escuela de Administración Pública Territorial Nariño Cushuaya, que han sido aliados clave en el desarrollo de iniciativas. A nivel internacional, han participado en foros sobre cambio climático, destacando su presencia en la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, lo que ha fortalecido su visión global y su compromiso con la sostenibilidad.
“Nuestros logros han sido respaldados por importantes reconocimientos, como el sello Equipares Rural del Ministerio del Trabajo, obtenido gracias a un convenio con una asociación de Chachagüí que involucró a toda la comunidad. Además, hemos recibido un reconocimiento especial del alcalde municipal y un galardón cultural otorgado por el Ministerio de Cultura. Este año, tuvimos el honor de participar en la COP 16, donde presentamos nuestro proyecto a través de la Cámara de Comercio de Nariño, y fuimos seleccionados entre los mejores del municipio y del departamento. Este reconocimiento refuerza nuestro compromiso con el turismo comunitario y la promoción cultural en la región”, expresó.
Menciona, por otro lado, que este reconocimiento los impulsa a seguir adelante con más actividades que beneficien tanto al municipio como a las familias que impactan, pues este solo es el inicio debido a que lo que buscan es que Nariño no solo sea reconocido por el Carnaval o sus lagunas, sino también por municipios que tienen mucho que ofrecer.
“Este proyecto no se construyó en un año; llevamos más de cinco años trabajando con constancia, responsabilidad y el apoyo de muchas personas. Gracias al esfuerzo continuo, hemos logrado metas que antes parecían inalcanzables. A veces, puede parecer que nadie cree en lo que hacemos, pero cuando llegan momentos como este, en los que somos reconocidos entre las mejores iniciativas a nivel nacional, todo cobra sentido. Es por eso que queremos invitar a todos a que vengan, que nos conozcan, y que descubran más sobre nuestro país y sobre todo lo que somos”, concluyó.
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Cartagena es sede de la 122ª edición del Consejo Ejecutivo de ONU Turismo, un espacio clave que, del 13 al 15 de noviembre, congrega a líderes y expertos internacionales para definir estrategias orientadas a impulsar un turismo más sostenible. Uno de los aspectos más destacados del encuentro es el UN Tourism Tech Adventures | Colombia - Turismo Comunitario, una iniciativa que pone en valor proyectos transformadores, resaltando la rica diversidad cultural y natural de Colombia.
Organizado por la ONU en colaboración con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Fontur, este desafío busca impulsar la innovación en el turismo comunitario, alineando las propuestas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La convocatoria recibió más de 570 postulaciones de todos los departamentos del país, con una notable participación de emprendedores, guías turísticos, organizaciones sin ánimo de lucro, empresas formales y comunidades locales. De estos proyectos, 22 fueron seleccionados como destacados, representando diversos corredores turísticos, incluidos el Pacífico, el Eje Cafetero, el Sur y Antioquia-Chocó, entre otros, los cuales cumplieron con como viabilidad, potencial de crecimiento, impacto social y ambiental.
Cinco de estas propuestas fueron seleccionadas como ganadoras, cada una sobresaliendo en distintas categorías: Comunidades rurales y urbanas, Mujeres y Jóvenes, Comunidades étnicas, Comunidades que construyen paz, y Empresas que promueven el turismo comunitario. Según el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes Hernández, esto representa un gran logro, ya que “el primer paso para construir un turismo responsable y sostenible es empoderar a los actores locales, proporcionándoles las herramientas necesarias para que se conviertan en participantes activos de nuestra cadena de valor”.
La ganadora de la categoría Mujeres y Jóvenes fue Lunaris, una empresa cuya iniciativa de turismo comunitario es impulsada por mujeres y jóvenes del sector rural del municipio de Chachagüí, Nariño. En este proyecto, colaboran con más de sesenta asociaciones locales para fortalecer el turismo a través de actividades como senderismo, gastronomía, cultura, aviturismo, alojamiento y recreación. También promueven experiencias en bicicleta y visitas a fincas cafeteras, además de explorar la artesanía tradicional, como la confección de artículos en cabuya, que ha convertido a Chachagüí en un referente en la fabricación de alpargatas.
“Nuestro enfoque es trabajar de manera conjunta con la comunidad local, asegurando que todas las actividades sean lideradas por personas de la región. Contamos con guías locales, a quienes llamamos “baquianos”, ya que conocen a fondo la zona y sus tradiciones. Además, colaboramos con el grupo de jóvenes “Joven Despierto”, liderado por Kevin Morales, quienes se dedican a preservar la herencia cultural y natural de la región. Todo, tratando de resaltar a Nariño como un destino único que va más allá del Carnaval de Negros y Blancos en Pasto, si no que el departamento tiene muchas cosas que ofrecer”, comentó Jazmín Caicedo, coordinadora de la ruta de Lunaris.
La propuesta de conservación y cultura de Ruta Lunaris
Ruta Lunaris es una iniciativa que combina la riqueza natural con el legado cultural de Nariño. Nacida en 2019, surgió con el objetivo de consolidar una ruta turística en Chachagüí, un municipio con un vasto potencial gracias a sus numerosos atractivos naturales y culturales. Inicialmente, el enfoque estaba en la Reserva Natural Chamolán, pero el proyecto creció significativamente, incorporando otros destinos de gran relevancia, como la Reserva Natural Mata Redonda y la Reserva Natural Utopía Rosa de los Andes, fundamentales para la conservación y el ecoturismo en la región. Este esfuerzo ha permitido destacar la biodiversidad y la herencia cultural del municipio, fomentando un turismo más sostenible e inclusivo.
Además de las reservas naturales, la ruta incluye sitios emblemáticos como el Cerro El Kunduz, un mirador que ofrece vistas panorámicas excepcionales, y la Casa del Saladito, un lugar lleno de historia y tradición. También promueve experiencias culturales a través de la Ruta del Café y la Ruta de la Cabuya, que ponen en valor las prácticas agrícolas y artesanales locales, en donde buscan conectar a los visitantes con la autenticidad y el espíritu de la región, al tiempo que impulsa el desarrollo económico sostenible de las comunidades involucradas.
“Nuestra labor de protección ambiental se basa en el cuidado y la sostenibilidad de nuestras reservas naturales, pues nos hemos asegurado que ninguna de ellas se vea afectada por invasiones o intervenciones innecesarias. Por ejemplo, en una de las reservas contamos con dos nacimientos de agua que se mantienen sin intervención significativa, sin estructuras que alteren el entorno mientras que promovemos actividades como el avistamiento de murciélagos y aves, así como el senderismo, limitado a ciertos puntos. Siempre capacitamos a los turistas sobre la importancia de cuidar estas áreas, ya que son zonas altamente protegidas que representan la esencia de nuestra naturaleza”, afirmó Caicedo.
Otro ejemplo que pone la experta en en la reserva Utopía, la cual alberga un bosque de robles que han preservado meticulosamente, evitando cualquier tipo de invasión. Cada reserva cuenta con sus propias medidas de protección, en las que participan activamente asociaciones, grupos de jóvenes, mujeres y familias locales, quienes han sido sus aliados en la conservación de la riqueza natural.
“Nosotros ganamos la convocatoria en esta categoría precisamente por nuestros colaboradores, pues la iniciativa está impulsada principalmente por mujeres y jóvenes, ya que quienes lideran el proyecto tienen un promedio de 25 años. Un ejemplo es nuestra CEO, Melissa Caicedo Quiroz, la cual tiene 25 años y forma parte de la Mesa de Víctimas del Conflicto Armado del municipio, también pertenece a la Mesa Departamental de Víctimas, lo que le ha permitido ampliar el alcance del proyecto”, cuenta la coordinadora.
Es por esto que la iniciativa pone un énfasis especial en promover la participación activa de mujeres y jóvenes, muchos de ellos afectados por el conflicto armado. Según Caicedo, cada uno contribuye desde su conocimiento y experiencia, desempeñando un papel clave en el fortalecimiento del proyecto en diversas áreas. Esta inclusión no solo enriquece la iniciativa con perspectivas diversas, sino que también brinda oportunidades de empoderamiento y reconstrucción social, transformando vidas y comunidades a través del turismo sostenible y la valorización de la cultura local.
“Además de fomentar su participación, también capacitan a la comunidad mediante talleres prácticos que abarcan actividades como el proceso completo del café, desde la selección y el tostado hasta la molienda y la degustación, utilizando equipos y técnicas locales. Este enfoque se extiende a otros sectores, como la agricultura y la avicultura, promoviendo un aprendizaje activo que fortalece el compromiso colectivo con la preservación y el aprovechamiento responsable de los recursos de la región”, afirmó.
Sin embargo, no han estado solos, pues han establecido alianzas estratégicas que han potenciado su impacto. Una de ellas es con la Reserva Natural Matarredonda, que agrupa a 25 familias locales comprometidas con la conservación y el desarrollo sostenible. Además, han unido esfuerzos con ocho municipios del departamento de Nariño: La Florida, Sandoná, Nariño, La Cruz, Ancuya, Yacuanquer, Pasto y Chachagüí, para crear el proyecto Rutas del Galeras. Este ambicioso esfuerzo busca promover el turismo en cada municipio, resaltando su riqueza natural, gastronómica, cultural y ancestral.
Otro gran esfuerzo ha sido la búsqueda constante de colaboraciones, tanto a nivel nacional como internacional, para que el proyecto trascienda y se destaque. En Colombia, han trabajado con instituciones académicas como la Universidad de Nariño, la Universidad Antonio Nariño y la Escuela de Administración Pública Territorial Nariño Cushuaya, que han sido aliados clave en el desarrollo de iniciativas. A nivel internacional, han participado en foros sobre cambio climático, destacando su presencia en la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, lo que ha fortalecido su visión global y su compromiso con la sostenibilidad.
“Nuestros logros han sido respaldados por importantes reconocimientos, como el sello Equipares Rural del Ministerio del Trabajo, obtenido gracias a un convenio con una asociación de Chachagüí que involucró a toda la comunidad. Además, hemos recibido un reconocimiento especial del alcalde municipal y un galardón cultural otorgado por el Ministerio de Cultura. Este año, tuvimos el honor de participar en la COP 16, donde presentamos nuestro proyecto a través de la Cámara de Comercio de Nariño, y fuimos seleccionados entre los mejores del municipio y del departamento. Este reconocimiento refuerza nuestro compromiso con el turismo comunitario y la promoción cultural en la región”, expresó.
Menciona, por otro lado, que este reconocimiento los impulsa a seguir adelante con más actividades que beneficien tanto al municipio como a las familias que impactan, pues este solo es el inicio debido a que lo que buscan es que Nariño no solo sea reconocido por el Carnaval o sus lagunas, sino también por municipios que tienen mucho que ofrecer.
“Este proyecto no se construyó en un año; llevamos más de cinco años trabajando con constancia, responsabilidad y el apoyo de muchas personas. Gracias al esfuerzo continuo, hemos logrado metas que antes parecían inalcanzables. A veces, puede parecer que nadie cree en lo que hacemos, pero cuando llegan momentos como este, en los que somos reconocidos entre las mejores iniciativas a nivel nacional, todo cobra sentido. Es por eso que queremos invitar a todos a que vengan, que nos conozcan, y que descubran más sobre nuestro país y sobre todo lo que somos”, concluyó.
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