Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Somos uno de los destinos más completos que hay en este momento. Hay mucho que descubrir, vistas maravillosas, y rutas de ‘trekking’ muy bonitas”, declaró el director de la Corporación Municipal de Turismo de Vicuña, Diego Varas.
Fundada en 1872 por Joaquín Vicuña, el municipio ha pasado de ser una pequeña villa a una ciudad próspera con cerca de 30.000 habitantes, cifra que aumenta durante la temporada de verano, que se extiende hasta enero y febrero, atrayendo a más de 6.000 turistas que buscan desconectar del ritmo incesante de las grandes ciudades.
Con respecto a la oferta turística de la ciudad, Varas señaló: “Los patrones de turismo van cambiando, pero nosotros esperamos mantenernos delante de la curva, adaptarnos a esta nueva clientela, a estas nuevas realidades y ser cada vez un destino más atractivo”.
"Estamos comprometidos con el desarrollo turístico, con una inversión significativa de alrededor de 200 millones para un estudio de política regional de turismo”, expresó el Gobernador Regional de Coquimbo, Wladimir Pleticosic, quien considera esencial la colaboración público-privada en el gremio del turismo.
Dentro de la propuesta de Vicuña destaca un desarrollo significativo en turismo aventura, enología, viñas, pisco y turismo astronómico, área que ha cobrado especial relevancia, ya que fue el destino elegido por 140.000 personas para observar el eclipse de 2019, consolidándose como uno de los lugares más destacados en el ámbito astronómico.
Este se diversifica con opciones como el Observatorio Mamalluca y el Centro Astronómico Alfa Aldea: Mientras que el primero ofrece una experiencia profesional y técnica, con más de 10 telescopios y la futura incorporación de un telescopio óptico manual de 24 pulgadas, el segundo proporciona una alternativa más íntima y familiar.
Alfa Aldea también incluye charlas al aire libre, facilitando la participación de los visitantes en la observación, y se diferencia por su enfoque inclusivo, ofreciendo experiencias adaptadas para personas ciegas y con otras limitaciones funcionales.
El pisco también ocupa un lugar destacado en la identidad de la ciudad, con experiencias que integran visitas y catas a lugares como la Fábrica Capel o ABA Pisquera, garantizando la oportunidad de explorar de cerca el proceso de destilación y disfrutar de las diversas variedades de este emblemático destilado chileno.
Además de la fascinación por el pisco, Vicuña es un santuario para quienes buscan relajación y bienestar, con sus propuestas de senderismo y ciclismo adaptadas a distintos niveles.
Mario Rodríguez, guía y fundador de Kultur Elqui, describió la oferta en bicicleta como tres niveles de desafío, desde rutas planas para familias hasta senderos técnicos para expertos, mientras que para los entusiastas del ‘trekking’, las rutas nocturnas son una oportunidad única para “alejar al turista de la contaminación lumínica de la ciudad y disfrutar de un cielo estrellado increíble”.
La instructora de yoga, Karen Jorquera, subrayó por su parte la conexión entre la naturaleza y el bienestar interior: “Este espacio se presta absolutamente para esa conexión entre lo exterior y lo interior. El entorno natural, con el río, el sol y las montañas, facilita esa conexión, algo esencial en estos tiempos”.
Asimismo, Vicuña no sólo es conocida por su atractivo paisajístico, sino también por su rica herencia cultural, con espacios como la Plaza Gabriela Mistral y la Casa de la Cultura, dos paradas obligatorias donde los visitantes pueden sumergirse en la historia y el legado del primer premio nobel de literatura en Chile.
“Estamos realizando varias actividades en torno a Gabriela Mistral. Cada 10 días tenemos eventos en el Teatro Municipal, algunos de ellos relacionados con la poetisa, y en octubre organizaremos una feria del libro que invita a más de 35 casas editoriales, destacando la figura de Mistral”, destacó el alcalde de Vicuña, Rafael Vera.
Vera también puso en relieve la energía especial que emana de la ciudad, comparándola con la vibración única que algunos encuentran en lugares espirituales como el Tíbet.
Esta energía, según el alcalde, no solo atrae a quienes buscan escapar del bullicio urbano, sino que también potencia la conexión entre los visitantes y el entorno natural, ofreciendo una experiencia enriquecedora para el cuerpo y el alma.