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“Estos Camps Clubs eran fincas grandes, en los alrededores de la capital de Londres y durante los fines de semana se brindaban por un solo precio la comida y las diversiones durante todo el día, pero algunos servicios como bebidas, sin embargo, todavía se pagaban con dinero extra y no era permitido llevarlas”
Esto lograba que la clase media pudiera disfrutar de algo similar a lo de la clase alta. Llegó la Segunda Guerra Mundial y con ella la desaparición de estos sitios.
Un término se ha vuelto muy popular en la hotelería moderna, se trata del “Todo Incluido” que se asocia con economía. Pero una cadena hotelera decidió que ese todo incluido podría ser parte de su hotel de lujo, Dreams Karibana Cartagena Golf & Spa Resort, con sus 268 habitaciones.
Está cerca de Cartagena, en Karibana, un sitio que tiene un campo de golf. Tiene algo que lo hace más especial. Unos huéspedes permanentes. Las obras de artistas reconocidos como “La Bailarina” de David Manzur o la escultura tridimensional del maestro Enrique Grau, “Rita 5:30 pm”, una mujer caribeña y colorida, de caderas anchas, poca ropa y un cuerpo de acero que se erige contra el machismo.
Pero cómo nace el “Todo Incluido”. Un documento de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, sostiene que las primeras ideas de un concepto de todo incluido se introdujeron en la década de 1930 en los Campos Vacacionales, Butlins y Pontins en Inglaterra.
👀🌎📄 (Lea también: Hoteles “Todo Incluido” en Colombia ideales para sus próximas vacaciones)
“Estos Camps Clubs eran fincas grandes, en los alrededores de la capital de Londres y durante los fines de semana se brindaban por un solo precio la comida y las diversiones durante todo el día, pero algunos servicios como bebidas, sin embargo, todavía se pagaban con dinero extra y no era permitido llevarlas”
Esto lograba que la clase media pudiera disfrutar de algo similar a lo de la clase alta. Llegó la Segunda Guerra Mundial y con ella la desaparición de estos sitios.
En el escenario aparece Club Med, una compañía privada con sede en Francia, especializada en vacaciones premium, Todo Incluido. El club fue iniciado en 1950 por el empresario belga Gérard Blitz. Fiel a la tradición, actualmente ofrece una lista de servicios y actividades en un solo paquete que incluye servicios como alojamiento, comida, uso de instalaciones, entre otros.
En el Caribe el concepto evolucionó en Jamaica y República Dominicana en el año 1969, al incluir todas las bebidas alcohólicas fuera de la comida y la diversión en la playa.
En Colombia solo un hotel de lujo tiene “Todo Incluido”, la historia empezó hace dos años. Dreams Resorts & Spas ha redefinido y elevado la experiencia del todo incluido, servicio, restaurantes gourmet, licores premium y actividades.
Valter Espinoza, gerente del Dreams Karibana Cartagena Golf & Spa Resort, le dice a El Espectador que el lujo “es cuando tienes la oportunidad de poder ofrecer un servicio de alta calidad en donde básicamente los detalles son los que hacen la gran diferencia abarcando todo lo que tiene que ver con alimentos entendimiento habitaciones espacios, todo para que puedas tener la oportunidad de disfrutar tus vacaciones”.
Sostiene que ha sido un gran reto comenzar este proceso. “Siempre habíamos elegido Colombia y Cartagena como punto de arranque y ha sido muy satisfactorio ver que el mercado local nos ha acogido teniendo una capacidad de poder generar mucha más reservas de lo que nosotros estábamos esperando con el mercado, en donde se puede evidenciar que sí se puede hacer una hotelería de lujo en Colombia de Todo Incluido”.
El modelo ya lo desarrollan en Cancún, México y República Dominicana, ahora en Colombia. Sus huéspedes son internaciones en un porcentaje alto; el mercado local también tiene una alta participación.
El hotel es sede de eventos muy específicos y saben desarrollar el segmento de bodas, como destino internacional. En solo dos años realizaron 32 bodas y este 2024 su meta es de 48. “El 98 % de las parejas que se casan en el hotel viven fuera de Colombia.
El 20 % de los novios y novias que contraen nupcias con colombianos, son de otras nacionalidades. Europeos, estadunidenses, latinoamericanos” le dice a este medio, Paula Osorio, gerente de Bodas, puntualizando que el tener todos los componentes de lujo hace que las bodas sean más especiales. “Recuerde que aquí el lujo es ilimitado”. Concluye.
La mañana transcurre mientras llega un grupo de nuevos huéspedes al hotel. El clima es fresco en Cartagena. Algunos se hacen fotos junto a dos grandes esculturas con el rostro de palenqueras. Llega un carro de golf con dos jugadores, uno de ellos es mujer.
El gerente del hotel habla con un empleado de recepción, vamos camino a “Coco Café”, donde en una mesa nos atienden. Allí forma parte de la decoración elementos de una finca cafetera, por una de las ventanas se ve la gran escultura de “Rita”.
Sonríe mientras llega el café. “Tenemos una gran responsabilidad cuando llegan nuestros huéspedes, siempre tratamos de mantener todos los estándares en el punto más alto, investigando qué es lo que le gusta a ese cliente. Cómo podemos nosotros buscar la manera de sorprenderlos”. Dice que tienen el activo más importante, el personal que trabaja en el hotel, “es el que hace la gran diferencia, motivado y que cree en este proyecto, único en el país”.
El arte que acompaña el lujo
Se acerca a la mesa Leidy Villadiego Meriño, es la E-Concierge, forma parte del equipo de redes sociales. Con ella nos vamos a conocer a los huéspedes permanentes del hotel.
“Es una muestra de artistas colombianos que forman un tour cultural para que los huéspedes conozcan más del país. Lo primero es la entrada, allí se encuentra La Carabela del escultor colombiano Edgar Negret. No es una pieza estática; es una obra cinética que invita a ser vista de diferentes distintos ángulos con la percepción y el movimiento que da el agua.
Ya en el Lobby aparecen dos grandes esculturas de Ana Mercedes Hoyos. El rostro de dos hermosas negras. “Felicia, con el lazo blanco, y Milagros, con el lazo amarillo, pertenecen a la serie Génesis del 2013 de la artista. Es uno de los sitios preferidos por los huéspedes para las fotos. Igual pasa con “La Bailarina” de David Manzur, está al final de este largo pasillo en el primer piso. Es alta y se puede ver desde lejos, lo mismo que “Rita a las 530″ del maestro Enrique Grau”.
Me muestra que cada obra tiene una audioguía para que el convidado conozca y se lleve además del mar y el servicio del hotel, parte de la cultura del país. “Estos son nuestros huéspedes permanentes”.
Agrega que los pasillos y sitos del hotel Dreams Karibana Cartagena, hay fotos de Kiko Kairuz, quien usa la técnica del fine art, un estilo fotográfico que contempla la fotografía como una obra de arte.
Es medio día y el sol parece salir de las nubes grises que marcaban el día, nos despedimos en una gran puerta que está a la entrada del hotel adornada con aldabas, esas viejas piezas de metal que eran los llamadores antes de que llegaran los timbres.
Oportunamente, el recepcionista me recuerda a mi salida la frase del legado del hotelero César Ritz. “Nunca le digas a un cliente que no, incluso si te pide la luna”.
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