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En la actualidad, volar es sinónimo de aventura y descubrimiento. Y es que la aviación comercial ha transformado nuestra manera de explorar el mundo, acercando destinos que antes parecían inalcanzables y convirtiéndolos en experiencias accesibles para todo mundo en cuestión de horas. Sin embargo, si observa más de cerca, descubrirá la singularidad de algunas rutas, pues mientras algunos pasajeros se embarcan en largas travesías intercontinentales, otros experimentan la curiosidad de vuelos ultracortos, como el que ostenta el récord del trayecto comercial más breve.
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Reconocido por el Guinness World Records, el vuelo comercial más corto del mundo es el LM711 de Loganair, que conecta las islas escocesas de Westray y Papa Westray en un trayecto de tan solo 2.7 kilómetros. La travesía se realiza a bordo de un Britten Norman BN-2 Islander, una aeronave seleccionada específicamente por su capacidad para operar en pistas cortas y resistir las condiciones climáticas de las islas. Con espacio para 8 pasajeros, el vuelo dura aproximadamente 90 segundos en condiciones normales, aunque su duración varía según el clima. En días con viento favorable y baja carga, el recorrido ha alcanzado un récord de solo 53 segundos, mientras que en condiciones adversas puede extenderse hasta 2 minutos y 40 segundos.
Este microvuelo, en operación desde 1967, sigue una ruta establecida: parte del Aeropuerto de Kirkwall, hace una breve escala en Westray y concluye en Papa Westray, permitiendo a los pasajeros elegir su punto de descenso.
¿Por qué es importante este vuelo?
Este servicio aéreo cumple un papel vital para la comunidad local: conecta a los aproximadamente 600 habitantes de Westray y los 80 residentes de Papa Westray (conocida localmente como Papay) con Kirkwall, el centro poblacional más importante de la región. Además de servir a los isleños en sus necesidades cotidianas, el vuelo se ha convertido en una atracción turística por derecho propio, atrayendo a visitantes curiosos por experimentar el vuelo comercial más corto del mundo.
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A pesar de existir un servicio de ferry que conecta las islas con varias salidas diarias y un trayecto de 25 minutos por 5 kilómetros de mar, las aguas turbulentas del canal entre Westray y Papa Westray pueden hacer que la travesía marítima sea desafiante e incómoda para muchos viajeros. Por esta razón, el Gobierno escocés subvenciona los vuelos como parte de las Obligaciones de Servicio Público (PSO), garantizando una alternativa de transporte confiable para los habitantes de estas comunidades insulares.
Según la página oficial de la aerolínea Loganair, el servicio aéreo ofrece una opción económica y práctica, con billetes que cuestan aproximadamente 17 euros y permiten hasta 15 kg de equipaje por pasajero. Por motivos logísticos, el equipaje debe registrarse al menos 10 minutos antes de abordar, ya que no se permite llevar maletas dentro de la cabina de la aeronave.
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