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El senderismo es una de las formas más accesibles de disfrutar del aire libre y conectar con la naturaleza. Esta actividad, que combina ejercicio y exploración, consiste en recorrer senderos y caminos en entornos naturales, desde suaves colinas hasta montañas desafiantes.
Muchas personas desean iniciarse en esta práctica, pero ¿alguna vez se ha preguntado qué aspectos debe tener en cuenta para comenzar? Aunque dar el primer paso es más sencillo de lo que parece, es importante conocer algunos elementos clave para disfrutar del senderismo de manera segura y placentera.
Baleny Cortés, líder de Roadtrip Colombia, una empresa que ofrece variedad de experiencias de viaje por carretera y senderos, menciona que los principiantes en actividades de montaña suelen cometer errores que pueden afectar tanto su experiencia como su seguridad cuando ingresan al mundo del senderismo. Uno de los más comunes y críticos es elegir un calzado inadecuado, pues asumen que caminar en la montaña es similar a hacerlo en la ciudad.
“Aunque esta comparación puede parecer razonable, es fundamental entender que cada entorno presenta desafíos únicos que requieren el equipo adecuado. En la ciudad, caminamos sobre superficies uniformes y predecibles: aceras pavimentadas, andenes nivelados y terrenos generalmente estables. Sin embargo, la montaña presenta un escenario completamente distinto, con superficies irregulares, rocas sueltas, pendientes pronunciadas, y frecuentemente debemos atravesar riachuelos o zonas húmedas”, explica la experta.
Lo más importante en una bota de senderismo es su suela con buen agarre. Esta característica se identifica por un diseño similar a los dientes de sierra, que proporciona tracción tanto al subir como al bajar pendientes. Este diseño es especialmente importante en los descensos, donde el riesgo de resbalones es mayor. Es importante evitar calzado plano como las zapatillas deportivas convencionales o zapatos casuales, ya que no proporcionan la protección ni el agarre necesarios.
Otro error fundamental que menciona es la falta de preparación adecuada. Pues debe considerar primero lo siguiente:
- Investigación del destino: “Antes de emprender cualquier ruta, es esencial conocer las condiciones climáticas esperadas, el tipo de terreno (bosque, páramo, montaña) y la presencia de obstáculos naturales como ríos o quebradas. También es importante verificar si el sendero está marcado, si requiere equipo especial como cuerdas o si cuenta con infraestructura de apoyo, como barandas. Esta información permitirá prepararse de manera adecuada y minimizar riesgos”, puntualiza la experta.
- Equipamiento adecuado; El equipo correcto es clave para una experiencia segura y cómoda. El calzado debe ser adecuado para el tipo de terreno, preferiblemente botas de senderismo con buen agarre y soporte. Además, es recomendable llevar ropa transpirable y de secado rápido, así como accesorios esenciales como bastones de senderismo, protector solar y una mochila con agua y refrigerios. Aquí le explicamos que herramientas debe llevar.
“Otro aspecto clave es la planificación, se debe realizar un análisis detallado del terreno y definir puntos de descanso regulares a lo largo de la ruta. Las pausas frecuentes son fundamentales para evitar el agotamiento y facilitar la recuperación de los participantes. Además, es imprescindible establecer rutas de evacuación claras y contar con medios de comunicación confiables para garantizar una respuesta rápida en caso de emergencia”, dice Carlos Avellaneda, socio y fundador de Caminantes del Retorno.
Como identificar el tipo de terreno
Cortés explica que, al elegir un sendero, es fundamental considerar las diferencias entre los distintos tipos de terreno, como montaña, selva o desierto. En el caso particular de los páramos, por ejemplo, sus senderos presentan desafíos únicos debido a la presencia de turberas, áreas con suelos altamente saturados de agua, lo que significa que son espacios que se caracterizan por extensas zonas de encharcamiento y terrenos lodosos.
“Uno de los errores más comunes de los caminantes es intentar evitar estas áreas desviándose del sendero principal para no ensuciarse. Sin embargo, esta práctica puede ser perjudicial por dos razones clave: en primer lugar, representa un riesgo para la vegetación endémica, ya que salir del camino demarcado puede causar daños irreversibles al ecosistema. En segundo lugar, aumenta la probabilidad de caídas o accidentes, ya que las rutas no establecidas pueden ser inestables o más peligrosas de lo que aparentan”, sostiene la experta.
Los senderos boscosos, especialmente en zonas montañosas, presentan desafíos particulares. Según la experta, incluso en rutas autorizadas y demarcadas, es común encontrar obstáculos naturales que requieren mayor atención. Las raíces expuestas de los árboles pueden dificultar el paso, generando desniveles y zonas inestables. Además, en algunos tramos, el sendero se define por formaciones rocosas, lo que añade un nivel adicional de complejidad a la caminata y exige mayor precaución al avanzar.
Menciona que Colombia se distingue por su extraordinaria variedad de ecosistemas boscosos, cada uno con características únicas que requieren diferentes aproximaciones y precauciones.
- Bosque seco tropical: Uno de los ecosistemas más particulares es el bosque seco tropical, como el que encontramos en la Tatacoa. Este entorno se caracteriza por temperaturas cálidas, baja humedad y una vegetación adaptada a la aridez. Los senderos en estas zonas presentan desafíos específicos, como la presencia de cactus con espinas pronunciadas y árboles con estructuras defensivas espinosas. Además, muchas plantas pueden provocar reacciones alérgicas en la piel al mínimo contacto, por lo que es fundamental transitar con precaución y utilizar ropa adecuada para minimizar la exposición.
- Bosques de niebla: En contraste, los bosques de niebla ofrecen un ambiente completamente diferente. Estos ecosistemas se caracterizan por una alta humedad y la frecuente presencia de neblina, que puede aparecer incluso en ausencia de lluvia. Esta condición atmosférica, propia del funcionamiento natural del ecosistema, influye directamente en la experiencia del senderismo, ya que reduce la visibilidad y aumenta la humedad en los senderos, volviéndolos resbaladizos. Para transitar con seguridad en estos entornos, es clave utilizar calzado con buen agarre y estar atentos a la señalización para evitar perderse en medio de la bruma.
Por otro lado, la preparación para actividades en zonas selváticas requiere una consideración especial tanto en equipamiento como en autocuidado. Los entornos selváticos presentan desafíos únicos, principalmente por la presencia constante de insectos que pueden representar riesgos para la salud. La protección en estos ambientes debe ser integral, comenzando por el uso de repelentes efectivos y extendiéndose a una vestimenta apropiada.
“La consciencia del entorno natural es fundamental al visitar cualquiera de estos ecosistemas. Cada espacio natural es el hogar de diversas especies. En zonas cálidas, por ejemplo, es común la presencia de fauna como serpientes, arañas y alacranes, especies que requieren respeto y precaución. Por otro lado, los ambientes húmedos suelen albergar una biodiversidad diferente, destacándose la presencia de mariposas coloridas, una variada avifauna y, ocasionalmente, diversos mamíferos”, comenta Cortés.
Considere la preparación de sus implementos
Carlos Avellaneda, destaca que la planificación de actividades es crucial, especialmente cuando estas incluyen a niños y personas mayores, quienes son más vulnerables a las condiciones ambientales extremas. Esta planificación debe ser cuidadosa y abordar diversos aspectos para asegurar que la experiencia sea tanto segura como agradable para todos los participantes.
“El equipamiento adecuado juega un papel vital en la protección contra las condiciones ambientales. Esto incluye la selección cuidadosa de ropa apropiada para el clima, considerando la posibilidad de cambios repentinos en la temperatura. Por ejemplo, en situaciones de frío, es esencial contar con capas de ropa que puedan añadirse o removerse según sea necesario, mientras que en condiciones de calor, la ropa debe ser ligera y protectora contra los rayos solares”, dice el experto.
- Ropa adecuada: Los pantalones largos protegen contra picaduras, rozaduras y lesiones. Se recomiendan materiales de secado rápido, como pantalones holgados con bolsillos o leggins técnicos.
- Sistema de capas para la parte superior: Es clave vestir en capas: una primera capa transpirable, un polar para el frío y un impermeable como protección final. Se deben preferir tonos neutros y evitar colores brillantes o perfumes fuertes.
- Morral y equipo esencial: Un morral debe incluir hidratación, snacks, medicamentos personales, documentación y una bolsa impermeable para proteger electrónicos.
“Un aspecto fundamental de la planificación es la flexibilidad en la toma de decisiones. Debemos estar preparados para modificar o abandonar los planes si las condiciones no son favorables. La capacidad de reconocer cuándo es necesario retirarse de una situación potencialmente riesgosa es tan importante como la preparación inicial”, puntualiza Avellaneda.
Dos herramientas recomendadas son:
- Dispositivos modernos: Los dispositivos móviles modernos, equipados con GPS y aplicaciones especializadas, ofrecen una precisión sin precedentes. Estas herramientas permiten conocer la ubicación exacta en tiempo real y acceder a mapas incluso sin conexión, lo que mejora la seguridad y la planificación de las rutas.
- Lleve un mapa y una brújula: Aunque el GPS es una herramienta útil, siempre es recomendable llevar un mapa físico y una brújula. Estos métodos tradicionales no dependen de la batería ni de la señal y pueden ser clave en caso de emergencia.
“Una ventaja que tenemos es que a diferencia del pasado, cuando la exploración de nuevas áreas requería una aproximación más directa y experimental, ahora podemos obtener datos detallados sobre rutas, condiciones del terreno y características geográficas antes de emprender cualquier expedición. Esta disponibilidad de información permite una planificación más minuciosa y reduce significativamente los riesgos asociados con la exploración de nuevas áreas”, dice el experto.
No obstante, aclara que a pesar de estos avances, el valor del conocimiento local sigue siendo irreemplazable. La participación de guías locales o personas familiarizadas con el territorio aporta una dimensión adicional de seguridad y enriquecimiento a la experiencia. Su conocimiento va más allá de lo que cualquier aplicación puede proporcionar, incluyendo aspectos culturales, históricos y prácticos que son fundamentales para una comprensión completa del entorno y complementar la experiencia.
Preparación física para el senderismo
“Los diferentes tipos de bosques presentan variados niveles de dificultad. Las selvas tienden a tener terrenos más planos, mientras que otros bosques pueden presentar pendientes pronunciadas que aumentan significativamente el esfuerzo requerido. Esta variabilidad en el terreno nos lleva a la importancia de una preparación física adecuada y gradual”, asegura Baleny Cortés.
Es por esto que, para quien está iniciándose en el senderismo, es fundamental desarrollar un programa de acondicionamiento físico progresivo:
- Entrenamiento cardiovascular progresivo: Incorporar actividades aeróbicas como caminatas urbanas y trote suave es clave para desarrollar la resistencia necesaria en caminatas prolongadas. La natación es otra excelente opción, ya que fortalece el sistema cardiovascular sin generar impacto en las articulaciones, permitiendo mejorar la capacidad respiratoria de manera progresiva.
- Aclimatación a la altitud: Dado que en Colombia existen numerosos páramos y zonas de gran altura, es fundamental incluir un proceso de aclimatación gradual. Esto implica exponerse progresivamente a diferentes altitudes, permitiendo que el cuerpo se adapte y mejore su respuesta respiratoria, reduciendo el riesgo de malestar en caminatas a gran altura. Aquí le explicamos como prevenir el mal de altura.
- Entrenamiento de fuerza para mayor estabilidad: Además del trabajo cardiovascular, fortalecer grupos musculares clave como piernas, core y espalda mejora la estabilidad y reduce la fatiga en caminatas exigentes. Ejercicios como sentadillas, estocadas y planchas ayudan a mejorar el equilibrio y la resistencia, facilitando el desplazamiento en terrenos variados.
- Técnicas de respiración y meditación para el control físico y mental: Practicar ejercicios de respiración consciente y meditación complementa la preparación física, optimizando el control de la respiración y promoviendo una mayor conexión con el cuerpo y el entorno, el yoga puede ser una actividad recomendada. Esto permite mejorar la resistencia, reducir el estrés y reconocer los propios límites para disfrutar plenamente de la experiencia del senderismo.
Selección adecuada del sendero
“La selección adecuada de los primeros senderos es fundamental para desarrollar una experiencia positiva y segura en el senderismo. Un factor primordial es la longitud del sendero: para principiantes, es recomendable comenzar con rutas cortas que permitan familiarizarse con la actividad sin exigir demasiado del cuerpo. Estos senderos iniciales deben contar con características que favorezcan la seguridad y la orientación, como estaciones claramente marcadas y puntos de referencia identificables”, explica Cortés.
Características de un buen sendero:
- Accesibilidad y seguridad en los puntos de entrada y salida: Es recomendable optar por senderos con accesos bien definidos y de fácil retorno. Esto permite a los caminantes abandonar la ruta de manera segura si surge algún inconveniente o si deciden terminar la actividad antes de lo previsto, evitando riesgos innecesarios.
- Legalidad y autorización de las rutas: Es crucial asegurarse de que los senderos elegidos estén oficialmente autorizados para la práctica del senderismo. Esto garantiza un recorrido seguro y reduce riesgos asociados a zonas prohibidas o peligrosas, promoviendo una experiencia más confiable y responsable.
¿Cómo caminar bien en un sendero?
“El senderismo no es una carrera contra el tiempo, sino una actividad de contemplación y conexión con la naturaleza. Sin embargo, es fundamental mantener un ritmo constante y sostenible. Este equilibrio es especialmente importante para asegurar que el regreso se realice con luz natural, particularmente crucial para principiantes que no están familiarizados con el terreno”, insiste la experta.
Tenga en cuenta:
- Paso en Pendientes: En terrenos con pendiente, la técnica correcta comienza con pasos cortos y controlados. Esta aproximación permite mejor control del equilibrio y reduce la fatiga. Los pasos largos, aunque tentadores para avanzar más rápido, pueden comprometer el equilibrio y aumentar el desgaste físico.
- Uso de bastones de Trekking: Los bastones de trekking funcionan siguiendo un patrón de movimiento natural que replica la marcha cruzada humana. Es decir, cuando el pie izquierdo avanza, el bastón derecho se adelanta simultáneamente. Este movimiento cruzado continúa alternadamente: pie derecho con bastón izquierdo, creando un patrón fluido y natural. Este movimiento cruzado no solo mejora el equilibrio, sino que también distribuye el esfuerzo entre las extremidades superiores e inferiores.
- Hidratación: Durante la marcha la hidratación debe ser constante pero moderada. En lugar de grandes cantidades de agua en momentos puntuales, es preferible realizar pequeños sorbos frecuentes durante toda la caminata. Esta estrategia mantiene una hidratación constante que complementa la respiración controlada y ayuda a mantener un rendimiento estable.
La respiración adecuada es fundamental para mantener un rendimiento óptimo durante la caminata. La técnica recomendada sigue un patrón específico:
- Inhalación: Cuente hasta 8-10 segundos, realizando una inspiración profunda
- Retención: Mantenga el aire durante el mismo tiempo que la inhalación
- Exhalación: Libere el aire durante un período ligeramente más largo (10 segundos si inhaló por 8)
“Es crucial evitar tanto la respiración agitada como las retenciones prolongadas (apnea). El objetivo es mantener un flujo respiratorio constante y controlado que permita una oxigenación adecuada. Una respiración inadecuada puede provocar mareos o, en altitudes elevadas, contribuir al mal de altura (soroche)”, explica Cortés.
Reconozca señales de deshidratación
“Los efectos del agotamiento y la deshidratación en el cuerpo humano son fenómenos complejo. Cuando una persona experimenta estos estados, el cuerpo manifiesta una serie de señales de advertencia específicas que es importante reconocer y se debe tener en cuenta como principiante”, sostiene Avellaneda.
- Reconozca los síntomas de la deshidratación: Los calambres musculares pueden ser una señal temprana, ya que la pérdida de agua y minerales esenciales afecta el equilibrio electrolítico. Otros síntomas incluyen náuseas y mareos, provocados por la reducción del volumen sanguíneo y la menor irrigación al cerebro.
- Atienda la falta de energía a tiempo: La deshidratación causa una disminución en los niveles de energía, generando sensación de debilidad y agotamiento. En entornos exigentes, como la montaña, esta pérdida de vitalidad puede representar un riesgo, pues en entornos desafiantes como la montaña, el cuerpo necesita mantener un nivel óptimo de funcionamiento. Debe comer bien antes y durante el recorrido e hidratarse bien.
El experto menciona que la gestión de recursos especialmente el agua, merece una atención particular. En zonas donde el acceso al agua potable es limitado, es imprescindible llevar una cantidad suficiente para mantener una hidratación adecuada durante toda la actividad. Este aspecto es especialmente crítico considerando que tanto niños como adultos mayores pueden ser más susceptibles a la deshidratación.
Protocolo ante Extravíos
“Lo primero es siempre ir con guías. No recomiendo ir sin ellos, especialmente para quienes están comenzando, ya que si alguien puede perderse en la ciudad, el riesgo es aún mayor en una zona sin señalización ni referencias claras. En una caminata guiada profesional, se establece una estructura específica diseñada para prevenir extravíos. El grupo se organiza con dos guías: uno al frente (puntero) y otro al final (rastrillo). Esta formación crea un “contenedor humano” que mantiene al grupo unido y seguro. La regla es simple, pero crucial: ningún participante debe adelantar al guía puntero ni quedarse tras el guía rastrillo”, dice Cortés.
Explica que una habilidad fundamental que todo senderista debe desarrollar es la técnica del espejo mental, la cual consiste en voltearse periódicamente (aproximadamente cada 500 metros) para observar el camino desde la perspectiva contraria. Este hábito es crucial porque el sendero puede parecer completamente diferente cuando se mira en dirección opuesta. Esta práctica construye un mapa mental bidireccional del recorrido, fundamental si se necesita retornar por los mismos pasos.
Si a pesar de las precauciones ocurre una separación del grupo, el protocolo a seguir es claro y sistemático:
- Detenerse: Lo primero y más importante es detenerse inmediatamente al notar que se ha separado del grupo. Aunque pueda parecer contrario a la intuición, esta acción es fundamental, ya que evita alejarse aún más, facilita la labor de búsqueda de los guías, ayuda a conservar energía y recursos, y reduce el riesgo de accidentes.
- Identificación de senderos: Si se encuentra en una bifurcación, es posible analizar los caminos en busca de señales de uso reciente, como huellas frescas, vegetación pisada, menor presencia de musgo o acumulación de hojas removidas. No obstante, este análisis debe hacerse sin moverse del punto de detención.
- Comunicación: Los guías profesionales realizan conteos periódicos del grupo y notarán rápidamente la ausencia de un participante. En ese caso, se recomienda realizar llamadas o silbidos para facilitar la localización, mantener la calma y esperar respuesta sin gastar energía en gritos continuos.
Por último, debe tener en cuentas las normas del senderista, las cuales son:
- Respeto por la fauna: No tocar, alimentar ni alterar el comportamiento de los animales con gritos, música o agresiones. La observación debe hacerse con prudencia y sin interferir en su hábitat.
- Cuidado con los residuos: Todos los desechos, incluso los orgánicos como cáscaras de frutas, deben retirarse. Dejar residuos puede afectar el ecosistema y generar enfermedades en la fauna local.
- No extraer elementos naturales; Rocas, fósiles, plantas y cualquier otro elemento del entorno deben permanecer en su lugar. La recolección afecta el equilibrio natural del ecosistema.
- Evitar la contaminación auditiva: No usar parlantes ni gritar. Los sonidos fuertes pueden alterar la comunicación entre especies y afectar sus ciclos naturales.
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