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Este 25 de diciembre comenzó la edición número 67 de la Feria de Cali, una de las celebraciones más emblemáticas de la capital del Valle del Cauca en donde turistas y locales podrán disfrutar de desfiles llenos de color, conciertos, espectáculos de luces y la riqueza gastronómica y cultural de la región.
Este evento es el más importante de la ciudad, pues reúne más de 54 actividades, de las cuales el 96% son gratuitas, ofreciendo a sus habitantes y visitantes la oportunidad de reafirmar su pasión por la salsa y la alegría. Entre sus eventos más emblemáticos se destacan el ‘Salsódromo’, la ‘Fiesta de Mi Pueblo’, el ‘Desfile del Carnaval de Cali Viejo’ y el ‘Desfile de Autos Clásicos y Antiguos’
Su relevancia en el turismo es indiscutible: proyecciones del Observatorio de Turismo de la ciudad estiman que la Feria atraerá a más de 112,000 visitantes, superando ampliamente los 95,000 registrados en 2023. De estos, un 25% serán turistas internacionales, un 43% nacionales y un 32% provenientes de municipios del Valle del Cauca. Este notable crecimiento ha sido impulsado por estrategias como la campaña ‘Cali es donde debes estar’ y ‘Colombia El País de la Belleza’ del Fondo Nacional de Turismo (Fontur) y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, consolidando a la ciudad como un destino turístico líder en Colombia y el mundo.
“Estamos listos para recibirlos con los brazos abiertos en esta ciudad que camina bailando, la que nutre de bailarines el mundo. Estamos esperando miles turistas que impactarán nuestra economía local y se irán con la experiencia de una metrópoli que reivindica su posicionamiento internacional”, afirmó Mábel Lara, secretaria de Turismo de Cali.
El sector hotelero también anticipa un rendimiento excepcional durante la Feria de Cali, con proyecciones de ocupación cercanas al 80%, alcanzando picos de hasta 90% entre el 28 y 29 de diciembre. Este notable flujo de visitantes ha generado un fuerte impacto económico, con ingresos proyectados superiores a los 3 millones de dólares solo por concepto de alojamiento. Además, los ingresos totales derivados del turismo durante el evento podrían superar los 12 millones de dólares.
El Espectador habló con Leydi Higidio, secretaria de Cultura de la Alcaldía de Cali, sobre la importancia que este evento representa para la ciudad y las metas que se ha trazado para aprovechar al máximo esta oportunidad de exaltar las raíces culturales y salseras de la ciudad.
¿Cómo ha impactado la Feria de Cali en la cultura y en la economía local de la ciudad?
En esta versión 67 de la Feria, y basándonos en el impacto de ediciones anteriores, este año esperamos llegar a más de un millón de personas. Contamos con 54 eventos distribuidos por toda la ciudad, de los cuales un 96% son gratuitos. De hecho, como lo ha destacado el señor alcalde, se está brindando un apoyo decidido a los artistas locales, quienes, tras las dificultades de años anteriores, tienen ahora la oportunidad de presentarse y circular ampliamente por toda Cali.
Buscamos también rememorar esa feria antigua, “volver a nuestras sus raíces”. Y es que la Feria, desde sus inicios, surgió como un esfuerzo por darle a la ciudad una nueva perspectiva luego de los sucesos del 7 de agosto que marcaron la ciudad. Buscaba ser símbolo de resiliencia, diseñado para levantar el ánimo de la ciudad y fomentar nuevas formas de cohesión social y cultural.
Por otro lado, este año, la Feria quiere reforzar la identidad caleña al vincularse con el reconocimiento del Plan Especial de Salvaguardia de la Salsa, destacando este patrimonio como parte esencial de lo que somos. En esta edición, celebramos esa ciudad recuperada, comprometida con proteger y exaltar su patrimonio inmaterial, especialmente la salsa, como un símbolo vivo de nuestra identidad.
¿Qué medidas se han implementado para garantizar que esta celebración contribuya al desarrollo económico sostenible del municipio?
Las medidas que hemos implementado han sido estructuradas a través de tres pilares fundamentales. El primer pilar posiciona a la cultura como un elemento cohesionador social, especialmente relevante considerando los desafíos que ha enfrentado el distrito. El segundo pilar establece a la cultura como garante de los derechos culturales de toda la ciudadanía. El tercer pilar reconoce a la cultura como un motor fundamental para el desarrollo social y económico de la región.
Esta estrategia se materializa a través de doce ferias y festivales que han generado un impacto significativo en la ciudad. Por ejemplo, el Festival Petronio Álvarez ha logrado congregar a más de 600.000 asistentes, generando un impacto económico superior a los 60 mil millones de pesos. En conjunto, estos eventos han facilitado la participación de más de 16.000 artistas, creando una red de actividades culturales que se distribuyen a lo largo del año.
Estos festivales y ferias no solo fortalecen la identidad cultural y celebran la diversidad de la región, sino que también generan una importante cadena de valor económico. Crean oportunidades de empleo, impulsan el turismo y generan ingresos sustanciales, mientras preservan y promueven el patrimonio inmaterial de la ciudad. Este modelo demuestra cómo la cultura puede ser simultáneamente un motivo de orgullo colectivo y un catalizador para el desarrollo económico sostenible.
¿Qué desafíos logísticos enfrenta la organización de un evento de esta magnitud y cómo se abordan?
Los desafíos logísticos de organizar la Feria de Cali, el evento cultural más importante que cierra el año en el país, son considerables y multifacéticos. La gestión del evento implica un proceso meticuloso que comienza con la selección artística a través de convocatorias abiertas, donde un comité especializado evalúa y selecciona las diferentes manifestaciones artísticas que se presentarán en cada escenario.
Además, la selección de proveedores, responsables de elementos clave como sonido, pantallas, iluminación, estética y conceptualización, es fundamental para garantizar la calidad del evento. Por otro lado, un desafío es la innovación y la creatividad, este año, el enfoque conceptual se ha inspirado en un poema que refleja nuestra identidad, combinado con los aprendizajes y experiencias recientes, como los retos y logros destacados en la COP16.
Se trata de la canción En Cali se quedó, nacida del poema que guía esta edición. Por otro lado, un elemento que buscamos también resaltar es el despliegue del Salsódromo, un espacio que resalta los procesos vividos a lo largo de 2024. Este esfuerzo creativo ha requerido de un equipo dedicado a imaginar, conceptualizar e inspirar, asegurando que cada detalle del evento conecte con la esencia cultural de la ciudad y su proyección internacional.
¿Qué medidas están tomando para incentivar la participación de la comunidad local en los preparativos y actividades de esta feria?
Desde el comienzo del año, hemos trabajado intensamente en la recuperación de la confianza con las escuelas de salsa, las orquestas y diversas comunidades artísticas. Este esfuerzo ha sido clave para consolidar propuestas sólidas y proyectar nuevas realidades en torno a la Feria. La experiencia de la COP16 nos brindó un espacio de encuentro con las comunidades y territorios que representan estas manifestaciones culturales, fortaleciendo la integración que hemos avanzado este año.
Además, ya estamos proyectando iniciativas para 2025, como la Ruta Americana de la Salsa y rutas locales que permitirán un trabajo continuo durante los 365 días del año. Estas rutas no solo ampliarán la selección de artistas de danza y música, sino que también consolidarán procesos culturales y turísticos en barrios emblemáticos como El Obrero. Allí, además de trabajar con la comunidad, estamos desarrollando infraestructura que resalta el potencial cultural y turístico del sector.
Este año ha sido intenso en diálogos con diversos actores, y el próximo traerá acciones más específicas que afiancen este trabajo colectivo. Desde la Secretaría de Cultura, nos hemos planteado metas ambiciosas, como impulsar el reconocimiento de la salsa como patrimonio inmaterial de la humanidad, fortaleciendo su lugar como eje cultural del continente a través de la Ruta Americana de la Salsa.
¿Qué futuro visualizan para estas rutas? ¿Planean expandirlas a otros territorios?
La Ruta Americana de la Salsa busca conectar al continente a través de esta manifestación cultural, inspirada en la idea de que la salsa, aunque viaja por diversas geografías, ha decidido “anidar” en Cali, como lo expresa la canción En Cali se quedó. Este concepto refleja que, mientras haya un caleño o caleña, la salsa seguirá viva.
Actualmente, estamos desarrollando alianzas institucionales con diferentes países, creando plataformas para la circulación de artistas y consolidando el sueño colectivo de reconocer la salsa como patrimonio inmaterial de la humanidad. Esto no solo beneficia a Cali, sino que también articula esfuerzos internacionales para fortalecer un festival mundial de salsa con mayor integración, nuevas versiones y creaciones de orquestas salseras.
Además, estamos respondiendo a las solicitudes de la comunidad salsera, que pide nuevas letras y grupos que se sumen al legado de grandes orquestas como Grupo Niche o Guayacán. Este proyecto busca dignificar el trabajo de los artistas y continuar promoviendo la creatividad en este género, cumpliendo así los objetivos planteados por el alcalde desde el inicio del año.
¿Cuáles son los eventos destacados y qué novedades habrá en comparación con ediciones anteriores?
Este año, la Feria de Cali trae sus eventos tradicionales como el Salsódromo, el desfile de carros antiguos, Cali Viejo, la Fiesta de mi Pueblo y el Encuentro de Melómanos. A esto se suma la Feria Rural y Comunera, que llegará a las 22 comunas y 15 corregimientos del distrito de Santiago de Cali. Esta descentralización permitirá que cada espacio de la ciudad viva la feria con talento local e invitados seleccionados a través de la convocatoria que abrió Corfecali en noviembre.
Además, en colaboración con la Secretaría de Deportes, hemos diseñado experiencias integrales en cada comuna y corregimiento para que los asistentes disfruten durante todo el día. La idea es que esta celebración no sea solo una fiesta, sino una oportunidad para conectarnos con nuestro patrimonio inmaterial, con nuestras raíces y con ese legado que muchos recordamos como un momento familiar.
Este año ha sido especialmente significativo para los caleños, ya que hemos recuperado el orgullo por nuestra identidad como ciudad distrital. Desde el inicio de diciembre, Cali se transforma: el ambiente cambia con las novenas, el alumbrado, y la llegada de la feria, que se vive intensamente del 25 al 30 de diciembre, aunque su espíritu se extiende durante todo el mes. Es por esto que también buscamos extender una invitación contundente: Cali es el destino imprescindible en diciembre.
Esto se debe a que la Feria, con su energía, exalta nuestra identidad y raíces, ofreciendo una rica variedad de eventos abiertos al público y conciertos privados que abarcan desde la salsa y el vallenato hasta el reguetón. Esta diversidad garantiza una experiencia para todos los gustos, consolidando a la Feria como una de las celebraciones más completas y emblemáticas de los últimos años. Además, este evento, que ha atraído a millones de turistas anualmente, se presenta como una oportunidad para reafirmar a Cali como una auténtica capital cultural y un referente de tradición y modernidad.
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