Nueve destinos imperdibles para disfrutar de la época de otoño
El otoño revela destinos cautivadores en todo el mundo, ofreciendo experiencias únicas que celebran la temporada.
El otoño es la joya oculta del calendario viajero, pues mientras muchos anhelan las vacaciones de verano, quienes optan por viajar en esta temporada descubren un mundo renovado, donde los bosques se visten de tonos cobrizos, el aire se vuelve fresco y las ciudades recuperan su ritmo sereno tras el bullicio del verano. Es ese instante en que el clima alcanza el equilibrio perfecto, sin el agobiante calor del verano ni el frío cortante del invierno, es aquí, donde los viajeros aprovechan no solo para obtener tarifas más accesibles, sino que también experimentan una conexión más profunda y tranquila con cada destino.
Para quienes desean sumergirse en la magia del otoño, existen destinos que irradian una esencia única. Desde festivales locales que celebran la temporada con un entusiasmo contagioso, hasta la oportunidad de perderse en bosques teñidos de colores intensos, el viajero puede encontrar en cada rincón una experiencia inolvidable.
Kyoto, Japón
Kioto, una ciudad milenaria que captura la esencia más pura de la cultura japonesa, es un destino en el que tradición y naturaleza se entrelazan de manera perfecta. En otoño, conocido en japonés como aki (秋), este lugar se transforma en un escenario único para quienes buscan vivir una experiencia inolvidable, pues los viajeros pueden ser testigos del Momijigari, la antigua tradición de la “caza de hojas rojas,” una actividad dirigida a la contemplación de la naturaleza.
El otoño en Kioto es una gran oportunidad para explorar la naturaleza, la gastronomía y la espiritualidad japonesa. Durante esta temporada, las hojas de arce no solo adornan el paisaje, sino que también se usan en la cocina, convirtiéndose en crujientes tempuras y dulces típicos. Además, para aprovechar al máximo la experiencia, puede visitar los santuarios, los cuales estarán menos concurridos y disfrutar de las iluminaciones nocturnas.
Borgoña, Francia
París se transforma en otoño, cuando las temperaturas suaves, que oscilan entre 6 y 21 grados, crean el ambiente perfecto para explorar sus encantos. En esta temporada, la Ciudad de la Luz invita a disfrutar de paseos por parques emblemáticos y vivir experiencias únicas que combinan gastronomía, cultura y naturaleza. Aquí se destaca el Jardín Albert-Kahn que ofrece un espectáculo de colores del momiji, además los visitantes pueden refugiarse del fresco clima en el histórico Angelina’s, disfrutando de su famoso chocolate caliente.
Por otro lado, el otoño es la época ideal para explorar la ciudad y sus alrededores a través del senderismo y el ciclismo, pues París cuenta con numerosas rutas pintorescas y carriles para bicicletas que permiten disfrutar de sus parques y jardines, como el Parque de la Villette y el Bosque de Vincennes.
Baviera, Alemania
El otoño alemán despliega un espectáculo natural, pues desde el Parque Nacional de Jasmund en la isla de Rügen hasta la majestuosa Selva Negra, pasando por el Spessart (el mayor bosque mixto caducifolio entre Baviera y Hesse) y el valle del Eder en el norte de Hesse, los visitantes pueden maravillarse con paisajes únicos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Además, el otoño es un momento ideal para el turismo de naturaleza, donde los visitantes pueden disfrutar de excursiones en áreas naturales cercanas. Pues esta época es perfecta debido a que parques nacionales y reservas naturales ofrecen rutas de senderismo que permiten descubrir la fauna y flora local en su esplendor otoñal. Por ejemplo, el Parque Nacional de la Suiza Sajona es perfecto para explorar impresionantes formaciones rocosas y paisajes de ensueño. Otras opciones incluyen paseos en bicicleta a lo largo de ríos y lagos, donde se puede disfrutar de vistas panorámicas y respirar el aire fresco de la temporada.
La Toscana, Italia
La Toscana es una región que cautiva por su combinación de patrimonio histórico, cultural y natural. Sus paisajes están salpicados de joyas arquitectónicas que van desde fortalezas medievales hasta elegantes villas señoriales. Destacan lugares emblemáticos como Anghiari, con su imponente fortaleza medieval; San Gimignano, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad; Volterra, que fusiona vestigios etruscos con arquitectura medieval.
El otoño es una temporada especialmente mágica para visitar este destino, pues la región despliega una diversidad de experiencias únicas para el turista. Aquí, puede disfrutar de las rutas del vino y las fiestas gastronómicas, como las celebraciones de la castaña en Mugello. Los visitantes también pueden aprovechar los circuitos termales, donde las antiguas tradiciones se combinan con modernos tratamientos en elegantes centros rodeados de paisajes excepcionales, beneficiándose de las propiedades terapéuticas de sus aguas.
Asheville, Carolina del Norte
Asheville, enclavada en las montañas Blue Ridge de Carolina del Norte, se destaca como un destino que fusiona la cultura urbana con la belleza natural. Y es que esta ciudad ha sabido cultivar una vibrante escena artística y gastronómica sin perder su conexión con el entorno natural que la rodea.
Durante el otoño, puede disfrutarse desde diversos puntos emblemáticos. El Blue Ridge Parkway se convierte en una ruta escénica ideal para contemplar el follaje dorado, ya sea en coche o a pie. La histórica Biltmore Estate ofrece una experiencia más refinada, donde los jardines de la mansión se visten con los colores del otoño, mientras que el Pisgah National Forest proporciona una alternativa más aventurera para aquellos que desean explorar senderos naturales mientras disfrutan de panorámicas de las montañas en su esplendor otoñal.
Tierras Altas, Escocia
Las Tierras Altas del norte de Escocia representan la esencia de una nación famosa por sus espacios naturales, áreas salpicadas de islas y románticos castillos que cuentan una rica historia. Esta región, donde aún se habla el gaélico escocés y se preservan tradiciones ancestrales, es el lugar perfecto para visitar en otoño, pues durante esta temporada, los paisajes se visten de tonos cálidos y vibrantes y los senderos de las Highlands se transforman en rutas pintorescas, ideales para caminatas y paseos en bicicleta.
Si desea visitar este destino, en el corazón de las Highlands se encuentra Inverness, la capital de la región y puerta de entrada al famoso Lago Ness. Esta ciudad, que mantiene un aire de pueblo grande adornado con flores, sirve como centro estratégico para explorar la región y destaca por su mercado victoriano y su castillo del siglo XIX, los cuales se adornan de tonos cafés por la época otoñal y la celebración que marcan el fin de la época de cosechas. El lago Ness, además de ser el mayor del Reino Unido en volumen de agua, es famoso por la leyenda de Nessie y alberga en sus orillas el histórico castillo de Urquhart, una fortaleza medieval que ha sido testigo de ocho siglos de conflictos.
Quebec, Canadá
La provincia canadiense de Quebec se convierte en un destino ideal para disfrutar de una amplia variedad de actividades durante el otoño, cuando sus paisajes adquieren una belleza única. Uno de los lugares destacados es Mont Sutton, que alberga el famoso “Fall Festival” entre septiembre y octubre. Durante este evento, los visitantes pueden disfrutar de un sinfín de actividades para toda la familia, además de increíbles puntos panorámicos que permiten admirar los colores otoñales.
Por otro lado, la región de Quebec ofrece experiencias naturales incomparables en dos de sus parques más emblemáticos: El Parc national de la Mauricie, ubicado al norte de Trois-Rivières, es un paraíso de más de 150 lagos rodeados por un paisaje impresionante, donde los visitantes pueden disfrutar de actividades al aire libre como el canotaje, la pesca, y el senderismo. Por su parte, el Parc national du Mont-Tremblant, en Lac-Supérieur, Laurentides, es el parque más antiguo de Quebec y una joya histórica que cautiva con su mezcla de bosques de arces azucareros, lagos cristalinos, ríos y cascadas. Este parque es también un refugio para una rica fauna, donde es posible avistar lobos, alces y ciervos de cola blanca en su hábitat natural.
Valle del Duero, en Portugal
El Valle del Duero, reconocido como Patrimonio Mundial y hogar de una de las regiones vinícolas más antiguas del mundo, ofrece múltiples formas de exploración desde Oporto: por carretera, tren, crucero o helicóptero. La región es famosa por sus vinos de Oporto, que tradicionalmente se transportaban en barcos rabelo desde las fincas productoras hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia, donde hoy se pueden visitar y degustar mientras se admiran las embarcaciones históricas que ahora se utilizan principalmente para el turismo.
La zona se destaca por sus paisajes otoñales de tonos ocres y anaranjados, además también por sus diversas actividades, desde la gastronomía local en las tradicionales “adegas” hasta deportes de aventura, incluyendo la posibilidad de cruzar el impresionante puente colgante del geoparque de Arouca, considerado la pasarela peatonal más larga del mundo con 516 metros de longitud y 175 metros de altura.
Valle de Jiuzhaigou, en China.
El Valle de Jiuzhaigou, ubicado en la provincia china de Sichuan y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992, es un extraordinario paraíso natural que abarca 72.000 hectáreas de paisajes espectaculares. Este valle, cuyo nombre significa “Valle de las Nueve Aldeas” en referencia a los pueblos tibetanos que lo habitan, destaca por su rica biodiversidad que incluye 122 especies de vertebrados terrestres, entre ellos el panda gigante, 114 lagos cristalinos (llamados “Haizi” por los locales), cascadas impresionantes como la Norilang, y picos nevados que se elevan entre los 2.000 y 4.500 metros sobre el nivel del mar.
El valle alcanza su máximo esplendor durante el otoño, especialmente entre mediados de octubre y principios de noviembre, cuando los bosques se tiñen de colores que se reflejan en sus famosos lagos, como el lago de las Cinco Flores y el Estanque de los Cinco Colores, conocidos por sus sorprendentes tonalidades que van desde el turquesa hasta el amarillo dorado. Esta combinación de aguas cristalinas, follaje otoñal, montañas nevadas y la cultura tradicional tibetana que se puede experimentar en aldeas como Shuzheng, crea un paisaje extraordinario.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.
El otoño es la joya oculta del calendario viajero, pues mientras muchos anhelan las vacaciones de verano, quienes optan por viajar en esta temporada descubren un mundo renovado, donde los bosques se visten de tonos cobrizos, el aire se vuelve fresco y las ciudades recuperan su ritmo sereno tras el bullicio del verano. Es ese instante en que el clima alcanza el equilibrio perfecto, sin el agobiante calor del verano ni el frío cortante del invierno, es aquí, donde los viajeros aprovechan no solo para obtener tarifas más accesibles, sino que también experimentan una conexión más profunda y tranquila con cada destino.
Para quienes desean sumergirse en la magia del otoño, existen destinos que irradian una esencia única. Desde festivales locales que celebran la temporada con un entusiasmo contagioso, hasta la oportunidad de perderse en bosques teñidos de colores intensos, el viajero puede encontrar en cada rincón una experiencia inolvidable.
Kyoto, Japón
Kioto, una ciudad milenaria que captura la esencia más pura de la cultura japonesa, es un destino en el que tradición y naturaleza se entrelazan de manera perfecta. En otoño, conocido en japonés como aki (秋), este lugar se transforma en un escenario único para quienes buscan vivir una experiencia inolvidable, pues los viajeros pueden ser testigos del Momijigari, la antigua tradición de la “caza de hojas rojas,” una actividad dirigida a la contemplación de la naturaleza.
El otoño en Kioto es una gran oportunidad para explorar la naturaleza, la gastronomía y la espiritualidad japonesa. Durante esta temporada, las hojas de arce no solo adornan el paisaje, sino que también se usan en la cocina, convirtiéndose en crujientes tempuras y dulces típicos. Además, para aprovechar al máximo la experiencia, puede visitar los santuarios, los cuales estarán menos concurridos y disfrutar de las iluminaciones nocturnas.
Borgoña, Francia
París se transforma en otoño, cuando las temperaturas suaves, que oscilan entre 6 y 21 grados, crean el ambiente perfecto para explorar sus encantos. En esta temporada, la Ciudad de la Luz invita a disfrutar de paseos por parques emblemáticos y vivir experiencias únicas que combinan gastronomía, cultura y naturaleza. Aquí se destaca el Jardín Albert-Kahn que ofrece un espectáculo de colores del momiji, además los visitantes pueden refugiarse del fresco clima en el histórico Angelina’s, disfrutando de su famoso chocolate caliente.
Por otro lado, el otoño es la época ideal para explorar la ciudad y sus alrededores a través del senderismo y el ciclismo, pues París cuenta con numerosas rutas pintorescas y carriles para bicicletas que permiten disfrutar de sus parques y jardines, como el Parque de la Villette y el Bosque de Vincennes.
Baviera, Alemania
El otoño alemán despliega un espectáculo natural, pues desde el Parque Nacional de Jasmund en la isla de Rügen hasta la majestuosa Selva Negra, pasando por el Spessart (el mayor bosque mixto caducifolio entre Baviera y Hesse) y el valle del Eder en el norte de Hesse, los visitantes pueden maravillarse con paisajes únicos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Además, el otoño es un momento ideal para el turismo de naturaleza, donde los visitantes pueden disfrutar de excursiones en áreas naturales cercanas. Pues esta época es perfecta debido a que parques nacionales y reservas naturales ofrecen rutas de senderismo que permiten descubrir la fauna y flora local en su esplendor otoñal. Por ejemplo, el Parque Nacional de la Suiza Sajona es perfecto para explorar impresionantes formaciones rocosas y paisajes de ensueño. Otras opciones incluyen paseos en bicicleta a lo largo de ríos y lagos, donde se puede disfrutar de vistas panorámicas y respirar el aire fresco de la temporada.
La Toscana, Italia
La Toscana es una región que cautiva por su combinación de patrimonio histórico, cultural y natural. Sus paisajes están salpicados de joyas arquitectónicas que van desde fortalezas medievales hasta elegantes villas señoriales. Destacan lugares emblemáticos como Anghiari, con su imponente fortaleza medieval; San Gimignano, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad; Volterra, que fusiona vestigios etruscos con arquitectura medieval.
El otoño es una temporada especialmente mágica para visitar este destino, pues la región despliega una diversidad de experiencias únicas para el turista. Aquí, puede disfrutar de las rutas del vino y las fiestas gastronómicas, como las celebraciones de la castaña en Mugello. Los visitantes también pueden aprovechar los circuitos termales, donde las antiguas tradiciones se combinan con modernos tratamientos en elegantes centros rodeados de paisajes excepcionales, beneficiándose de las propiedades terapéuticas de sus aguas.
Asheville, Carolina del Norte
Asheville, enclavada en las montañas Blue Ridge de Carolina del Norte, se destaca como un destino que fusiona la cultura urbana con la belleza natural. Y es que esta ciudad ha sabido cultivar una vibrante escena artística y gastronómica sin perder su conexión con el entorno natural que la rodea.
Durante el otoño, puede disfrutarse desde diversos puntos emblemáticos. El Blue Ridge Parkway se convierte en una ruta escénica ideal para contemplar el follaje dorado, ya sea en coche o a pie. La histórica Biltmore Estate ofrece una experiencia más refinada, donde los jardines de la mansión se visten con los colores del otoño, mientras que el Pisgah National Forest proporciona una alternativa más aventurera para aquellos que desean explorar senderos naturales mientras disfrutan de panorámicas de las montañas en su esplendor otoñal.
Tierras Altas, Escocia
Las Tierras Altas del norte de Escocia representan la esencia de una nación famosa por sus espacios naturales, áreas salpicadas de islas y románticos castillos que cuentan una rica historia. Esta región, donde aún se habla el gaélico escocés y se preservan tradiciones ancestrales, es el lugar perfecto para visitar en otoño, pues durante esta temporada, los paisajes se visten de tonos cálidos y vibrantes y los senderos de las Highlands se transforman en rutas pintorescas, ideales para caminatas y paseos en bicicleta.
Si desea visitar este destino, en el corazón de las Highlands se encuentra Inverness, la capital de la región y puerta de entrada al famoso Lago Ness. Esta ciudad, que mantiene un aire de pueblo grande adornado con flores, sirve como centro estratégico para explorar la región y destaca por su mercado victoriano y su castillo del siglo XIX, los cuales se adornan de tonos cafés por la época otoñal y la celebración que marcan el fin de la época de cosechas. El lago Ness, además de ser el mayor del Reino Unido en volumen de agua, es famoso por la leyenda de Nessie y alberga en sus orillas el histórico castillo de Urquhart, una fortaleza medieval que ha sido testigo de ocho siglos de conflictos.
Quebec, Canadá
La provincia canadiense de Quebec se convierte en un destino ideal para disfrutar de una amplia variedad de actividades durante el otoño, cuando sus paisajes adquieren una belleza única. Uno de los lugares destacados es Mont Sutton, que alberga el famoso “Fall Festival” entre septiembre y octubre. Durante este evento, los visitantes pueden disfrutar de un sinfín de actividades para toda la familia, además de increíbles puntos panorámicos que permiten admirar los colores otoñales.
Por otro lado, la región de Quebec ofrece experiencias naturales incomparables en dos de sus parques más emblemáticos: El Parc national de la Mauricie, ubicado al norte de Trois-Rivières, es un paraíso de más de 150 lagos rodeados por un paisaje impresionante, donde los visitantes pueden disfrutar de actividades al aire libre como el canotaje, la pesca, y el senderismo. Por su parte, el Parc national du Mont-Tremblant, en Lac-Supérieur, Laurentides, es el parque más antiguo de Quebec y una joya histórica que cautiva con su mezcla de bosques de arces azucareros, lagos cristalinos, ríos y cascadas. Este parque es también un refugio para una rica fauna, donde es posible avistar lobos, alces y ciervos de cola blanca en su hábitat natural.
Valle del Duero, en Portugal
El Valle del Duero, reconocido como Patrimonio Mundial y hogar de una de las regiones vinícolas más antiguas del mundo, ofrece múltiples formas de exploración desde Oporto: por carretera, tren, crucero o helicóptero. La región es famosa por sus vinos de Oporto, que tradicionalmente se transportaban en barcos rabelo desde las fincas productoras hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia, donde hoy se pueden visitar y degustar mientras se admiran las embarcaciones históricas que ahora se utilizan principalmente para el turismo.
La zona se destaca por sus paisajes otoñales de tonos ocres y anaranjados, además también por sus diversas actividades, desde la gastronomía local en las tradicionales “adegas” hasta deportes de aventura, incluyendo la posibilidad de cruzar el impresionante puente colgante del geoparque de Arouca, considerado la pasarela peatonal más larga del mundo con 516 metros de longitud y 175 metros de altura.
Valle de Jiuzhaigou, en China.
El Valle de Jiuzhaigou, ubicado en la provincia china de Sichuan y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992, es un extraordinario paraíso natural que abarca 72.000 hectáreas de paisajes espectaculares. Este valle, cuyo nombre significa “Valle de las Nueve Aldeas” en referencia a los pueblos tibetanos que lo habitan, destaca por su rica biodiversidad que incluye 122 especies de vertebrados terrestres, entre ellos el panda gigante, 114 lagos cristalinos (llamados “Haizi” por los locales), cascadas impresionantes como la Norilang, y picos nevados que se elevan entre los 2.000 y 4.500 metros sobre el nivel del mar.
El valle alcanza su máximo esplendor durante el otoño, especialmente entre mediados de octubre y principios de noviembre, cuando los bosques se tiñen de colores que se reflejan en sus famosos lagos, como el lago de las Cinco Flores y el Estanque de los Cinco Colores, conocidos por sus sorprendentes tonalidades que van desde el turquesa hasta el amarillo dorado. Esta combinación de aguas cristalinas, follaje otoñal, montañas nevadas y la cultura tradicional tibetana que se puede experimentar en aldeas como Shuzheng, crea un paisaje extraordinario.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.