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Las autoridades japonesas pondrán en marcha un sistema de reservas en línea para acceder al sendero más popular del famoso monte Fuji con el fin de luchar contra la sobreocupación.
Los senderos que recorren la cumbre más alta de Japón son cada vez más frecuentados durante la temporada de verano, lo que hace temer consecuencias nefastas para el medio ambiente.
El máximo de escaladores diarios aceptados en el volcán por la prefectura de Yamanashi es de 4.000. Con el nuevo método, 3.000 plazas podrán reservarse a través de la web oficial del Monte Fuji, mientras que las 1.000 restantes las cubrirán alpinistas que acudan directamente a la montaña y paguen la tarifa el mismo día del ascenso, según informó la agencia de noticias Kyodo. El nuevo método de reserva busca descongestionar el punto de partida del sendero Yoshida, permitiendo a los escaladores pagar la tasa por adelantado, en lugar de una vez en el enclave, como las autoridades venían anunciando hasta ahora.
También se establecerá un sistema de reservas en línea. Esto permitirá a los excursionistas "planificar por adelantado" su salida, explicó a la AFP Katsuhiro Iwama, un funcionario del gobierno local de Yamanashi.
Las reservas para escalar el pico más alto de Japón, de 3.776 metros de altura, podrán empezar a hacerse el próximo 20 de mayo (para la temporada que va de julio a septiembre), mediante pagos con tarjeta de crédito o de un sistema de códigos QR, en principio no reembolsables en caso de cancelación.
Además, para evitar la “escalada bala”, en la que los alpinistas ascienden sin descanso hasta la cumbre de noche, la ruta Yoshida permanecerá cerrada entre las 16:00 y las 3:00 horas a los escaladores que no se alojen en refugios de montaña, restricción que la prefectura de Shizuoka aplicará también en sus tres senderos.
El monte Fuji está cubierto de nieve la mayor parte del año, pero durante el verano más de 220.000 visitantes se lanzan al asalto de esta montaña, cuya cumbre culmina a 3.776 metros.
Los turistas extranjeros también acuden a los alrededores para fotografiar la cima de este mítico volcán, considerado un emblema de Japón. Esta afluencia masiva disgusta a las poblaciones locales, que se quejan de los residuos dejados por los turistas.
En Fujikawaguchiko, una pequeña ciudad japonesa cerca del monte Fuji, las autoridades locales decidieron levantar una valla para obstruir un punto de vista especialmente buscado por los turistas y disuadirlos de afluir.
Más de 3 millones de visitantes extranjeros entraron en Japón en marzo, un récord mensual absoluto para el país, durante mucho tiempo cerrado al turismo internacional durante la pandemia de covid-19.