¿Planeando viaje? Los Patrimonios de la Humanidad de Argentina lo podrían inspirar
El bosque más antiguo de Suramérica, un camino construido por los Incas entre las montañas y ver pinturas rupestres únicas en el mundo son algunas de las experiencias inolvidables.
Argentina es un país inmenso con cientos de opciones diferentes para recorrerlo, a través de su deliciosa gastronomía, sus ciudades históricas, su cultura única y los increíbles paisajes naturales. Pero una de las propuestas más originales es conocerlo por sus Patrimonios de la Humanidad, que reúnen todas esas opciones típicas del país vecino.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado en total once espacios protegidos en el suelo argentino, que son imperdibles. Desde el norte y hasta el sur, estos lugares están marcados por la magia de la Cordillera de los Andes, el legado de los pueblos originarios, fósiles milenarios y la majestuosidad de la naturaleza en todo su esplendor. ¿Cuál es su favorito?
1. Parque Nacional Iguazú, Misiones (1984)
En el Parque Nacional Iguazú, la naturaleza es protagonista con los 275 saltos de agua de la catarata del Iguazú, que deja atónitos a los visitantes. El más imponente es la Garganta del Diablo, que con sus 30 pisos de alto y 150 metros de ancho arroja la cantidad de agua suficiente para llenar 36 piscinas olímpicas en 1 minuto.
Entre pasarelas, se puede caminar para apreciar de cerca el espectáculo y disfrutar del paisaje de la blanca espuma acompañada por el intenso verde de la vegetación de la selva húmeda subtropical, donde viven tapires, osos hormigueros gigantes y jaguares.
2. Parque Ischigualasto, San Juan; y Parque Talampaya, La Rioja (2000)
Millones de años de historia viven entre las tierras desérticas de los Parques Ischigualasto y Talampaya, en las provincias de La Rioja y San Juan. En ellos se encuentra el conjunto continental de fósiles más completo del mundo correspondientes a dinosaurios y plantas que vivieron durante el periodo Triásico.
Pero los hallazgos paleontológicos no son lo único que los hace imperdibles: los paisajes formados por los cañones y las piedras de formas extrañas lo vuelven único.
3. Península Valdés, Chubut (1999)
Los animales de Península Valdés son un espectáculo imperdible. Las orcas con su técnica única en el mundo para cazar, el varamiento intencional, y las colonias de lobos y elefantes marinos completan los atractivos de este patrimonio.
Las excursiones acuáticas como el buceo o el snorkeling son la propuesta más aventurera para vincularse con estas increíbles especies en su propio hábitat. También se las puede conocer desde los miradores dispuestos cerca de las colonias.
(Lea también: Argentina natural, un destino para todos los gustos y presupuestos)
4. Parque Nacional Los Alerces, Chubut (2017)
El bosque virgen y su tranquilidad son protagonistas entre las montañas y lagos del Parque Nacional Los Alerces, en la Patagonia argentina. Este bosque, llamado Alerzal Milenario, es el más antiguo de Sudamérica y en él vive “Abuelo”, un árbol de más de 2.600 años y 60 metros de alto que todo viajero debe conocer.
Para disfrutar de este lugar se puede hacer trekking, kayak o cabalgatas y, para vivir la experiencia completa, se puede pasar la noche en un hospedaje en medio de estos majestuosos paisajes contorneados por las aguas cristalinas de los lagos, el verde de estos árboles y la magia de los Andes.
5. Parque Nacional Los Glaciares, Santa Cruz (1981)
El Parque Nacional Los Glaciares es el testigo más extenso que queda en el Planeta de la Edad de Hielo Actual. Luego de las glaciaciones, estos gigantes quedaron entre las montañas a las que fueron erosionando, como enormes ciudades blancas rodeadas por hermosos lagos de intensos azules.
Los imperdibles son hacer una caminata sobre el Glaciar Perito Moreno y conocer al segundo más grande del hemisferio sur y más largo de Sudamérica, el Glaciar Viedma.
6. Quebrada de Humahuaca, Jujuy (2003)
Como parte del Camino del Inca, la Quebrada de Humahuaca guarda entre los colores de la Cordillera de los Andes las culturas milenarias de los pueblos que la usaban como vía comercial hace 10 mil años.
Las experiencias excepcionales deslumbran en este valle, donde degustar unos tamales o caminar por las callecitas silenciosas de Purmamarca, escuchar carnavalitos en Tilcara o dejarse llevar en la Serranía del Hornocal son algunos de los atractivos imperdibles.
7. Misiones Jesuíticas Guaraníes, Misiones (1984)
Dice el Ministerio de Cultura de Argentina, que su atractivo reside en el valor testimonial, cultural e histórico, del vínculo entre los pueblos originarios guaraníes y los jesuitas de la Compañía de Jesús en América del Sur.
(Lea también: 15 récords mundiales que lo convencerán de viajar a Argentina)
8. Manzana y Estancias Jesuíticas, Córdoba (2000)
En Córdoba las misiones también dejaron huellas de su paso en La Manzana y Estancias Jesuíticas. La universidad, la iglesia, la residencia de los padres jesuitas y el colegio Montserrat reflejan su paso por la capital provincial, mientras que en el camino de las Estancias Jesuíticas se pueden conocer los cinco establecimientos agropecuarios y manufactureros que forman parte del patrimonio: Alta Gracia, Santa Catalina, Jesús María, La Candelaria y Caroya.
Según el Ministerio de Cultura de Argentina, la Manzana y Estancias Jesuíticas son un ejemplo excepcional de experiencia religiosa, social y económica sin precedentes, que se llevó a cabo entre los siglos XVII y XVIII y duró más de 150 años.
9. Cueva de las Manos, Río Pinturas, Santa Cruz (1999)
Entre los años 13 mil y 9.500 a.C, los habitantes del noroeste de lo que hoy es la provincia de Santa Cruz, dejaron su huella en la Cueva de las Manos Río Pinturas. Con pigmentos minerales naturales, plasmaron sus manos sobre la roca, trazaron escenas de cacería y siluetas de guanacos, animales que todavía viven en la región.
Conocer estas pinturas rupestres es una experiencia imperdible en Argentina ya que son únicas en el mundo.
10. Qhapaq Ñan, Sistema vial andino (2014)
Sería difícil definir con palabras lo impresionante del Sistema vial andino Qhapaq Ñan, ese gran camino de 30.000 kilómetros construido por los Incas entre las montañas durante varios siglos, valiéndose de infraestructuras creadas por otros pueblos.
En Argentina, se encuentra con el imponente espectáculo de desiertos, valles y montañas, a lo largo de siete provincias bordeando la Cordillera desde Jujuy hasta Mendoza. Atraviesa 32 sitios arqueológicos y algunos de los puntos más recomendados son el Puente del Inca, la Quebrada Grande y Santa Rosa de Tastil.
(Lea también: Vino argentino, un placer para los sentidos)
11. Obra arquitectónica de Le Corbusier (2016)
En un paisaje bien urbano de la ciudad de La Plata, se encuentra otro Patrimonio de la Humanidad, declarado como tal por su contribución excepcional al Movimiento Moderno. La casa del Dr. Curuchet fue diseñada por el internacionalmente reconocido arquitecto suizo-francés Le Corbusier y se ha convertido en el Museo Provincial de Arquitectura y Urbanismo.
Algunos de sus rasgos más característicos son un árbol especialmente plantado en el patio que atraviesa la casa y forma parte de su interior y las vistas a una plaza y el bosque desde los principales ambientes.
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Argentina es un país inmenso con cientos de opciones diferentes para recorrerlo, a través de su deliciosa gastronomía, sus ciudades históricas, su cultura única y los increíbles paisajes naturales. Pero una de las propuestas más originales es conocerlo por sus Patrimonios de la Humanidad, que reúnen todas esas opciones típicas del país vecino.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado en total once espacios protegidos en el suelo argentino, que son imperdibles. Desde el norte y hasta el sur, estos lugares están marcados por la magia de la Cordillera de los Andes, el legado de los pueblos originarios, fósiles milenarios y la majestuosidad de la naturaleza en todo su esplendor. ¿Cuál es su favorito?
1. Parque Nacional Iguazú, Misiones (1984)
En el Parque Nacional Iguazú, la naturaleza es protagonista con los 275 saltos de agua de la catarata del Iguazú, que deja atónitos a los visitantes. El más imponente es la Garganta del Diablo, que con sus 30 pisos de alto y 150 metros de ancho arroja la cantidad de agua suficiente para llenar 36 piscinas olímpicas en 1 minuto.
Entre pasarelas, se puede caminar para apreciar de cerca el espectáculo y disfrutar del paisaje de la blanca espuma acompañada por el intenso verde de la vegetación de la selva húmeda subtropical, donde viven tapires, osos hormigueros gigantes y jaguares.
2. Parque Ischigualasto, San Juan; y Parque Talampaya, La Rioja (2000)
Millones de años de historia viven entre las tierras desérticas de los Parques Ischigualasto y Talampaya, en las provincias de La Rioja y San Juan. En ellos se encuentra el conjunto continental de fósiles más completo del mundo correspondientes a dinosaurios y plantas que vivieron durante el periodo Triásico.
Pero los hallazgos paleontológicos no son lo único que los hace imperdibles: los paisajes formados por los cañones y las piedras de formas extrañas lo vuelven único.
3. Península Valdés, Chubut (1999)
Los animales de Península Valdés son un espectáculo imperdible. Las orcas con su técnica única en el mundo para cazar, el varamiento intencional, y las colonias de lobos y elefantes marinos completan los atractivos de este patrimonio.
Las excursiones acuáticas como el buceo o el snorkeling son la propuesta más aventurera para vincularse con estas increíbles especies en su propio hábitat. También se las puede conocer desde los miradores dispuestos cerca de las colonias.
(Lea también: Argentina natural, un destino para todos los gustos y presupuestos)
4. Parque Nacional Los Alerces, Chubut (2017)
El bosque virgen y su tranquilidad son protagonistas entre las montañas y lagos del Parque Nacional Los Alerces, en la Patagonia argentina. Este bosque, llamado Alerzal Milenario, es el más antiguo de Sudamérica y en él vive “Abuelo”, un árbol de más de 2.600 años y 60 metros de alto que todo viajero debe conocer.
Para disfrutar de este lugar se puede hacer trekking, kayak o cabalgatas y, para vivir la experiencia completa, se puede pasar la noche en un hospedaje en medio de estos majestuosos paisajes contorneados por las aguas cristalinas de los lagos, el verde de estos árboles y la magia de los Andes.
5. Parque Nacional Los Glaciares, Santa Cruz (1981)
El Parque Nacional Los Glaciares es el testigo más extenso que queda en el Planeta de la Edad de Hielo Actual. Luego de las glaciaciones, estos gigantes quedaron entre las montañas a las que fueron erosionando, como enormes ciudades blancas rodeadas por hermosos lagos de intensos azules.
Los imperdibles son hacer una caminata sobre el Glaciar Perito Moreno y conocer al segundo más grande del hemisferio sur y más largo de Sudamérica, el Glaciar Viedma.
6. Quebrada de Humahuaca, Jujuy (2003)
Como parte del Camino del Inca, la Quebrada de Humahuaca guarda entre los colores de la Cordillera de los Andes las culturas milenarias de los pueblos que la usaban como vía comercial hace 10 mil años.
Las experiencias excepcionales deslumbran en este valle, donde degustar unos tamales o caminar por las callecitas silenciosas de Purmamarca, escuchar carnavalitos en Tilcara o dejarse llevar en la Serranía del Hornocal son algunos de los atractivos imperdibles.
7. Misiones Jesuíticas Guaraníes, Misiones (1984)
Dice el Ministerio de Cultura de Argentina, que su atractivo reside en el valor testimonial, cultural e histórico, del vínculo entre los pueblos originarios guaraníes y los jesuitas de la Compañía de Jesús en América del Sur.
(Lea también: 15 récords mundiales que lo convencerán de viajar a Argentina)
8. Manzana y Estancias Jesuíticas, Córdoba (2000)
En Córdoba las misiones también dejaron huellas de su paso en La Manzana y Estancias Jesuíticas. La universidad, la iglesia, la residencia de los padres jesuitas y el colegio Montserrat reflejan su paso por la capital provincial, mientras que en el camino de las Estancias Jesuíticas se pueden conocer los cinco establecimientos agropecuarios y manufactureros que forman parte del patrimonio: Alta Gracia, Santa Catalina, Jesús María, La Candelaria y Caroya.
Según el Ministerio de Cultura de Argentina, la Manzana y Estancias Jesuíticas son un ejemplo excepcional de experiencia religiosa, social y económica sin precedentes, que se llevó a cabo entre los siglos XVII y XVIII y duró más de 150 años.
9. Cueva de las Manos, Río Pinturas, Santa Cruz (1999)
Entre los años 13 mil y 9.500 a.C, los habitantes del noroeste de lo que hoy es la provincia de Santa Cruz, dejaron su huella en la Cueva de las Manos Río Pinturas. Con pigmentos minerales naturales, plasmaron sus manos sobre la roca, trazaron escenas de cacería y siluetas de guanacos, animales que todavía viven en la región.
Conocer estas pinturas rupestres es una experiencia imperdible en Argentina ya que son únicas en el mundo.
10. Qhapaq Ñan, Sistema vial andino (2014)
Sería difícil definir con palabras lo impresionante del Sistema vial andino Qhapaq Ñan, ese gran camino de 30.000 kilómetros construido por los Incas entre las montañas durante varios siglos, valiéndose de infraestructuras creadas por otros pueblos.
En Argentina, se encuentra con el imponente espectáculo de desiertos, valles y montañas, a lo largo de siete provincias bordeando la Cordillera desde Jujuy hasta Mendoza. Atraviesa 32 sitios arqueológicos y algunos de los puntos más recomendados son el Puente del Inca, la Quebrada Grande y Santa Rosa de Tastil.
(Lea también: Vino argentino, un placer para los sentidos)
11. Obra arquitectónica de Le Corbusier (2016)
En un paisaje bien urbano de la ciudad de La Plata, se encuentra otro Patrimonio de la Humanidad, declarado como tal por su contribución excepcional al Movimiento Moderno. La casa del Dr. Curuchet fue diseñada por el internacionalmente reconocido arquitecto suizo-francés Le Corbusier y se ha convertido en el Museo Provincial de Arquitectura y Urbanismo.
Algunos de sus rasgos más característicos son un árbol especialmente plantado en el patio que atraviesa la casa y forma parte de su interior y las vistas a una plaza y el bosque desde los principales ambientes.
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