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Viajar en un avión puede ser una experiencia de aventura y emoción, pero en cuanto el avión empieza a elevarse o descender, es común notar un molesto zumbido o una sensación incómoda de bloqueo en los oídos. Este fenómeno puede ir desde una leve molestia hasta un dolor agudo, especialmente en quienes son más sensibles a los cambios de presión.
Al ascender y descender, el avión atraviesa varias capas de la atmósfera con presiones muy diferentes. La razón por la que se bloquean los oídos tiene mucho que ver con el oído medio y su capacidad para igualar la presión con el entorno. “El oído medio está conectado a la parte posterior de la nariz a través de un pequeño canal llamado trompa de Eustaquio”, explicó el doctor Carlos Arenas, otorrinolaringólogo de la Secretaria de Salud de la Gobernación de Huila. “Este conducto funciona como una especie de válvula que regula la presión entre el oído y el ambiente exterior, permitiendo que se mantenga el equilibrio”, dijo.
En condiciones normales, las trompas de Eustaquio abren y cierran automáticamente al hablar, tragar o bostezar, pero durante los cambios de altitud tan rápidos como los de un avión, estas trompas pueden no adaptarse tan rápido como lo hace la presión externa, causando una descompensación en los oídos. “Esa diferencia de presión es lo que percibimos como taponamiento en los oídos”, señala Arenas, destacando que los cambios bruscos y la inadecuada adaptación de las trompas de Eustaquio son la causa principal del problema.
Si bien todos pueden experimentar cierto grado de incomodidad en los oídos, existen factores que hacen que algunas personas sean más propensas a esta molestia. “Las infecciones de vías respiratorias superiores, como resfriados, sinusitis o alergias, pueden inflamar las mucosas que rodean la trompa de Eustaquio, dificultando aún más la compensación de la presión”, explica Arenas. Los niños, por ejemplo, son más propensos a sufrir de taponamiento debido a que su sistema auditivo aún se encuentra en desarrollo, y sus trompas de Eustaquio son más cortas y horizontales, lo que reduce su efectividad para equilibrar la presión.
La congestión nasal y los problemas crónicos en los senos paranasales también son factores que aumentan la probabilidad de experimentar problemas auditivos durante los viajes. Arenas afirma que “algunas personas incluso llegan a desarrollar barotrauma, un daño físico en el oído medio debido a una diferencia extrema de presión”. En casos graves, el barotrauma puede causar dolor agudo, pérdida de audición temporal e incluso mareos.
Consejos prácticos para aliviar la presión en los oídos durante el vuelo
Existen varias estrategias sencillas que pueden ayudar a evitar el taponamiento de oídos o al menos minimizar sus efectos. “Una de las recomendaciones más efectivas es el uso de la maniobra de Valsalva”, menciona el doctor Arenas. La maniobra consiste en taparse la nariz y soplar suavemente mientras mantiene la boca cerrada, forzando el aire a través de las trompas de Eustaquio para igualar la presión en los oídos. “Es una técnica segura y fácil de hacer, pero debe aplicarse con cuidado para evitar cualquier daño en los oídos”, añade el experto.
Otra técnica útil es el método de Toynbee, en el cual se tapa la nariz y se traga al mismo tiempo. Este método también ayuda a abrir las trompas de Eustaquio, permitiendo la entrada de aire en el oído medio. “A muchas personas les resulta más cómoda la maniobra de Toynbee porque no requiere forzar tanto la exhalación como la de Valsalva”, afirma Arenas.
El uso de chicles o caramelos durante el ascenso y descenso también puede ser de gran ayuda. “Al masticar o chupar caramelos, se estimula la deglución constante, lo cual favorece la apertura de las trompas de Eustaquio y reduce la sensación de taponamiento”, señala el especialista.
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Además de estas técnicas, Arenas recalca la importancia de mantenerse bien hidratado durante el vuelo. “La deshidratación puede secar las membranas mucosas y dificultar aún más el ajuste de las trompas de Eustaquio”, dijo el doctor. Tomar pequeños sorbos de agua regularmente y evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, que pueden tener efectos deshidratantes, ayuda a minimizar el riesgo de taponamiento.
Para quienes sufren de congestión nasal crónica, Arenas recomienda el uso de descongestionantes nasales antes de volar, aunque aconseja precaución: “Los descongestionantes pueden ser muy efectivos, pero no deben usarse de forma prolongada ni sin consultar a un médico, ya que algunos tienen efectos secundarios y pueden generar dependencia en las mucosas nasales”, expuso. Un aerosol nasal con solución salina también puede ser útil para mantener la nariz despejada sin efectos secundarios adversos.
Para quienes viajan regularmente y padecen sensibilidad en los oídos, Arenas recomienda considerar el uso de tapones auditivos diseñados específicamente para el vuelo. “Estos tapones de presión controlada ayudan a equilibrar la presión en los oídos y son especialmente útiles para quienes tienen oídos sensibles o para quienes padecen ansiedad por el taponamiento en vuelos largos”, mencionó Arenas, explicando que estos tapones pueden ser una inversión valiosa para evitar las molestias durante el viaje.
Otro consejo útil para los viajeros frecuentes es intentar programar los vuelos en momentos en que no padezcan enfermedades respiratorias o alergias activas, ya que esto puede agravar el taponamiento. “Es común que las personas ignoren cómo un simple resfriado puede agravar los efectos del cambio de presión en los oídos”, advierte Arenas, quien también sugiere planificar descansos entre vuelos largos para reducir el impacto en los oídos y en el sistema auditivo en general.
Aunque la mayoría de las personas experimenta solo molestias pasajeras, Arenas advierte que los cambios de presión constantes en vuelos pueden llegar a afectar la salud auditiva a largo plazo, especialmente en aquellos con problemas auditivos preexistentes. “Para viajeros frecuentes, como los pilotos o el personal de cabina, el oído puede llegar a sufrir una fatiga auditiva a causa de los cambios de presión recurrentes”. Aunque esto es raro, es una consideración importante para quienes pasan una gran parte de su tiempo viajando en avión.
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