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Durante décadas, el turismo ha experimentado un continuo crecimiento y una profunda diversificación, hasta convertirse en uno de los sectores económicos que crecen con mayor rapidez en el mundo. Así, como lo asegura la Organización Mundial del Turismo (OMT), este sector guarda una estrecha relación con el desarrollo y se inscriben en él un número creciente de nuevos destinos. Esta dinámica ha convertido el turismo en un motor clave del progreso socioeconómico.
De igual forma, y demostrando la constante evolución en la que se encuentra, últimamente ha cobrado relevancia un término que propone que al viajar haya un balance neto positivo como resultado de la actividad turística y de esta manera transformar a las personas y al planeta. Este es el turismo regenerativo.
Para entender más sobre su importancia, Julián Guerrero, director del programa Destino Naturaleza de Usaid, exviceministro de Turismo de Colombia y quien ha centrado sus esfuerzos en proyectos para la conservación de la naturaleza tanto en África como en Colombia, habla más sobre los principios y componentes del turismo regenerativo, un concepto que permite hacer parte del cambio viajando.
¿Qué es turismo regenerativo?
Lo primero que hay que decir es que el turismo regenerativo no está en contraposición al turismo sostenible, lo incorpora y va un paso más allá. Es pensar que no es suficiente no hacerle daño al medio ambiente, a las personas o a las comunidades, sino que es necesario que haya un balance neto positivo como resultado de la actividad turística, es decir, no es no hacer el mal, sino es hacer el bien.
Los desafíos ambientales que tiene el planeta son tan graves, que necesitamos cambiar de paradigma en la forma de resolverlos, y esa es la transición que debe haber entre la sostenibilidad y la regeneración.
¿Desde hace cuánto se empezó a hablar de la regeneración en el turismo?
Esto hace parte de un proceso de hace muchos años, desde 1972, cuando se creó el Club de Roma, que empezó a hablar de los desafíos ambientales, pasando por el Convenio sobre la Diversidad Biológica, las Cumbres de la Tierra, etcétera. Y hoy en día, desde hace unos años, estamos empezando a hablar de las culturas regenerativas… pero esa idea apenas está empezando a permear el mundo del turismo. Entonces, por la naturaleza misma de la regeneración, no hay una definición única estandarizada, ni fechas precisas. Tiene varios principios y componentes, y la gente la puede interpretar de diferentes formas. Yo me atrevería a decir que hay gente que se define como sostenible que hace regeneración; y gente que se define como regeneración que hace turismo sostenible, porque no son términos unívocos, son equívocos.
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¿Cuáles son los componentes?
En términos generales, el turismo regenerativo tiene cuatro: el primero de ellos es la salud de los ecosistemas naturales; en segundo lugar, el bienestar de la comunidad; en tercer lugar, la experiencia de alta calidad de los viajeros; y el cuarto componente es la sostenibilidad financiera o económica de los negocios.
Y acá vale la pena mencionar algo del tercer punto, porque debe ser un tema central, aunque muchas veces ni siquiera aparezca. Si no hacemos que la experiencia del viajero sea única, memorable, significativa y transformadora, no se va a profundizar en la apreciación de la naturaleza y no va a haber mayor demanda para estos atractivos. Y, entre otras cosas, si no logramos esa apreciación de la naturaleza por parte del viajero y de los prestadores de servicios turísticos, no vamos a ser capaces de resolver los problemas ambientales. Porque solo se protege lo que se ama y solo se ama lo que se conoce y hay que conocer las cosas para tener la motivación de quererlas y que eso traiga como consecuencia el cuidado y la conservación.
Y claro, volviendo al tema de los cuatro componentes, es fundamental que estén comunicados entre sí, lo importante son las conexiones que se establezcan entre ellos y que no sean silos aislados.
¿Y cuáles son los principios?
Son varios, pero también hay cuatro principales. El primero de ellos es entender el turismo no solo como una industria, que también lo es, sino como un sistema vivo y cambiante que está inmerso dentro de los sistemas naturales y culturales, y en ese sentido, la aproximación para resolver los desafíos del turismo regenerativo tiene que ser holística, tiene que ser integral, tiene que ser comprensiva y verse de manera sistémica.
Segundo, partir del potencial de las comunidades y los destinos turísticos. Muchas veces creemos que, sentados en una oficina con un grupo de cinco ‘gatos‘, pseudoexpertos, incluido yo, en Bogotá, o en el ministerio, o en no sé dónde, vamos a encontrar soluciones para implementarlas de manera uniforme en territorios que tienen características enteramente distintas. Esto hay que construirlo de abajo para arriba, atendiendo a las aspiraciones, posibilidades, necesidades y al potencial de cada una de las comunidades en cada territorio, y de esta manera diseñar soluciones alternativas a la medida de cada región.
Tercero, privilegiar la armonía sobre la competencia. No porque la competencia esté mal; está bien y es necesaria, pero hay un beneficio mayor como resultado del trabajo armónico, colaborativo, de cooperación entre los diferentes actores públicos y privados de la cadena de valor del turismo, que si nos estamos atacando todos entre sí. Y eso aplica para la relación entre el sector público y el privado, para los privados entre sí y para el público entre sí. Gran parte de los desafíos de ordenar el turismo y los territorios es el resultado de la desarticulación y el turismo regenerativo se enfoca en privilegiar el trabajo armónico y no de envidias, de celos o de competencia entre los actores de la cadena de valor.
Y cuarto, muy importante, porque es quizá lo más claro que lo diferencia de la sostenibilidad, ya lo mencioné antes, y es el resultado neto positivo: que con la actividad turística no solamente no hagamos daño y estemos en ceros, sino que subamos esa escala y que haya un resultado neto positivo.
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El programa que ahora estoy dirigiendo, que se llama Destino Naturaleza, tiene ese propósito y esa meta. Los indicadores del éxito no son solamente generación de ingresos para los prestadores o listas de registros de participantes en una capacitación, no. Son áreas de importancia biológica bajo manejo mejorado, reducción de gases de efecto invernadero o CO2, y eso es lo bonito, demostrar que a través de un turismo responsable, sostenible y regenerativo es posible mejorar las condiciones de nuestro entorno natural, proteger la biodiversidad y contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cuál es la importancia del turismo regenerativo en Colombia?
Es fundamental por varias razones, la primera de ellas es que Colombia es uno de los 17 países megadiversos del planeta; no somos un destino cualquiera, somos uno que tiene una riqueza natural impresionante; pero también somos uno de los más vulnerables al cambio climático, entonces, si no protegemos ese patrimonio que es el que nos hace ser un país rico, no estamos apostándole a ningún tipo de futuro.
Segundo, Colombia es un país que está en pañales en materia de turismo. Solo para dar una idea del potencial y ver dónde estamos, nuestro país es del tamaño de España, Francia y Portugal solo en su porción terrestre, sin el mar, un millón de kilómetros cuadrados. Esos tres países europeos tienen 125 millones de habitantes, Colombia tiene 50. Esos tres países recibieron el año pasado 179 millones de turistas, o sea casi un 50 % más que su población. Colombia, que además logró un récord en visitantes internacionales, tuvo 4.6. Entonces, en el papel, podemos crecer 40 o 50 veces, pero claro, no queremos asemejarnos a Barcelona, Venecia o París que tienen una cantidad enorme de problemas por el exceso de turistas, porque el país está en las primeras décadas del turismo y no nos podemos dar el lujo de cometer los errores que otros países ya han cometido desarrollando un turismo completamente contrario a la sostenibilidad.
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Entonces, Colombia se tiene que posicionar como un destino turístico, pero no como uno cualquiera, sino uno de altísima calidad y enfocado en los temas sostenibles. Eso es lo que va a convertir a Colombia en un país atractivo para el turismo. Si seguimos los pasos de los que se han equivocado, vamos a acabar con el país, y sí, vamos a tener turismo para los próximos 10, 20 o 30 años; pero si queremos tenerlo para los próximos 300, necesitamos apostarle firmemente al tema de la sostenibilidad.
¿Entonces hay que priorizar calidad por cantidad?
Sí, pero hay que hacer una salvedad: calidad no es lo mismo que lujo. Hay turismo mochilero de buena y mala calidad, así como hay turismo de cinco estrellas de buena y mala calidad. No importa, todo cabe, lo que vale es que sea sostenible y de calidad en cualquier nivel.
La sostenibilidad dejó de ser filantropía, amor por la naturaleza, responsabilidad por las nuevas generaciones… claro, eso también nos debe motivar, pero la sostenibilidad pasó a ser un elemento esencial y determinante de la competitividad de los destinos turísticos. Entonces por eso es que tenemos que hablar del tema de la regeneración y ponerlo en el corazón del sistema del turismo en Colombia.
Turismo sostenible vs. Turismo regenerativo
Características compartidas por Julián Guerrero durantes su charla en la versión número 27 del Congreso Nacional de Agencias de Viajes y Turismo de Anato, celebrado en San Andrés.
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