Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El bloguero de viajes Christian Byfield recomienda los 5 elementos imprescindibles para un buen viaje. El colombiano, que decidió dejar atrás la cotidianidad para embarcarse en una aventura alrededor del mundo, ha recorrido hasta la fecha 64 países.
Usando sus redes sociales como diario de campo, Byfield publica fotografías de la arquitectura, flora y fauna de los lugares que visita. Estos son sus elementos recomendados para quienes desean recorrer, como él, el mundo.
La mochila: Se convierte en nuestro hogar durante el viaje. No debe ser muy grande y ojalá que tenga un forro impermeable en caso de que llueva. Entre menor el tamaño de la mochila, mejor, pues uno viaja más ligero y libre. Cuando hay que cargar la maleta por las selvas de Uganda, el metro de París o en un volcán en Indonesia, uno agradece haber llevado estrictamente lo necesario. Yo le di una vuelta al mundo durante 25 meses con una mochila de 90 litros que no superó los 16 KG y nunca me hizo falta nada. Un viaje largo hace que uno se desapegue de lo material y se enfoque en lo realmente importante. Adicional a esta mochila, siempre viajo con un canguro pequeño para cargar mi pasaporte, una tarjeta de crédito y algo de efectivo. Este canguro se mete debajo del pantalón y las probabilidades de pérdida o robo son casi nulas. Por nada del mundo uno quiere perder su pasaporte (en especial si es un pasaporte colombiano con visas impresas, pues la expedición de estos documentos en otros países es compleja).
Smartphone: Un smartphone con sus aplicaciones viajeras puede ser un gran aliado de viaje siempre y cuando no sea para estar chateando todo el tiempo. Ojalá el smartphone esté sin roaming para que lo usemos solo cuando haya Wifi pues uno viaja para vivir cosas nuevas, no para estar pegado al celular durante su aventura. Teniendo eso claro, estos dispositivos pueden ser muy útiles a la hora de viajar, en especial para reservar vuelos, hoteles, restaurantes y demás planes que vayan surgiendo. Es una herramienta que nos saca de aprietos. Sirve, entre otras cosas, para descargar los mapas de las ciudades que se visitan, para estar siempre ubicados (sin necesidad de internet) y saber la forma más eficiente de moverse en bicicleta de un punto a otro, sobre todo en ciudades como San Francisco, donde las curvas y las lomas pueden poner a sufrir a más de uno.
Gafas: Al viajar, necesitamos unas gafas bien guerreras, con lentes resistentes que aguanten todo tipo de condiciones para que todo quede bien grabado en nuestra cabeza (las fotos más importantes de todas). Es muy incómodo que los lentes estén llenos de gotas de agua mientras uno está en una lancha buscando ballenas en el Chocó, o que tengan rayones que distorsionen la visión y dañen la experiencia. Así estemos en sitios húmedos, lluviosos, con polvo, siempre es bueno tener unos lentes que nos permitan ver la vida con claridad, que nos den todo el apoyo necesario para que nuestros ojos, que son nuestra ventana hacia el mundo, estén en óptimas condiciones durante el viaje (los que yo utilizo son lentes Crizal). Mis gafas me dan claridad visual y ¡claridad visual genera claridad mental y satisfacción con el viaje!
Bloqueador solar: Suena simple, pero es muy importante. Al visitar un destino es probable que el sol lo esté consintiendo y calentando gran parte del día, así que hay que estar preparados. En cada lugar varía la intensidad del sol, en territorios como las montañas bolivianas los rayos son tan intensos que hasta los labios se queman. Hay otros muy peligrosos como Australia, debido al enorme hueco en la capa de ozono, el bloqueador es de vida o muerte. Así que para que todo el cuerpo esté en armonía, la piel tiene que estar contenta. Para mí ya es una rutina diaria que no puede faltar o mi salud me lo reprochará.
Para finalizar, lo más importante: la mejor actitud y energía del mundo. El ser humano es un animal muy buena onda. Lastimosamente las noticias nos hacen creer que muchas cosas malas pasarán en un viaje, asumiendo que gran parte de los humanos son malos. Por mi experiencia con todo tipo de personas en 64 países, puedo decir que el 99,6% de los humanos te ayudarán en lo que necesites (entre más pequeño el pueblo, la gente es más amable y sonriente). Así que es muy importante viajar con buena actitud, abrirse sin temores a una buena charla y aprender así de los otros viajeros y de los locales.