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El turismo comunitario en Colombia se ha consolidado como una estrategia esencial para reducir las desigualdades territoriales, fomentar el desarrollo económico local y fortalecer el vínculo de las comunidades con sus territorios. En este contexto, el “Reto de Innovación: Turismo Comunitario: Colombia” se presentó como una valiosa oportunidad para reconocer y promover emprendimientos que, mediante su trabajo con las comunidades, fomentan la conservación de los recursos naturales y culturales del país, posicionando a Colombia como un referente global en turismo sostenible. Esta iniciativa, que tuvo su encuentro durante la 122ª reunión del Consejo Ejecutivo de ONU Turismo, premió a cinco destacados ganadores, quienes mostraron su compromiso con un turismo responsable que mejora la calidad de vida de las comunidades locales.
El reto, liderado por ONU Turismo en colaboración con el Ministerio de Turismo de Colombia y el Fondo Nacional de Turismo (FONTUR), se estructuró en cinco categorías principales: Comunidades rurales y urbanas, Mujeres y jóvenes, Comunidades étnicas, Comunidades que construyen paz y Empresas que promueven el turismo comunitario. Los proyectos ganadores sobresalieron entre 22 finalistas seleccionadas de un total de 570 postulaciones provenientes de diversas regiones del país, abarcando corredores turísticos como el Pacífico, el Eje Cafetero, el Sur y Antioquia-Chocó.
Las propuestas fueron evaluadas bajo estrictos criterios que consideraron su viabilidad, potencial de crecimiento, impacto social y sostenibilidad ambiental, evidenciando su capacidad para transformar realidades y consolidar el turismo comunitario como un eje estratégico para el desarrollo sostenible en Colombia. Según Natalia Bayona, directora ejecutiva de Turismo de la ONU, estos proyectos son importantes debido a que: “el turismo comunitario está empoderando a personas de todos los orígenes, incluidas las mujeres, los jóvenes y los grupos sociales en situación de posconflicto. Estos ejemplos muestran los mejores proyectos y líderes de Colombia, dejando claro que la innovación puede impulsar la creación de oportunidades”.
En la categoría de Comunidades Étnicas, el proyecto ganador fue “Chiritour, la alegría del río Atrato”, una iniciativa de la empresa Ilewa, la cual propone un viaje cultural que destaca las tradiciones locales a lo largo del río Atrato. Según Saulo Guerrero, su fundador, el recorrido ofrece una experiencia cultural a bordo de un bote, acompañada del ritmo de la chirimía, el sabor del viche, y un claro mensaje de conciencia ambiental y respeto por uno de los ríos más significativos de Colombia.
“Esta experiencia se da en el río Atrato, el cual es considerado el río más caudaloso del mundo en relación con su longitud. Durante el recorrido, los participantes disfrutan de la música de chirimía, el ritmo tradicional del Chocó, mientras aprenden sobre la riqueza natural del río y la importancia de su protección. Y es que no olvidemos que, en 2016, el río Atrato fue declarado como el primer río en América sujeto de derechos por la Corte Constitucional de Colombia. Esto implica que el río y sus comunidades deben ser protegidos, lo que significa que el Estado, el sector privado y el público en general deben buscar alternativas para conservar este valioso cuerpo de agua, amenazado por la minería y la deforestación”, explicó Guerrero.
Menciona que el principal objetivo del tour es asegurar su regeneración, para que las comunidades sigan interactuando con él como un integrante más del patrimonio natural, sin comprometer la sostenibilidad y el equilibrio de este.
Conozca más de los ganadores del Reto de Innovación
¿Qué propone Ileewa?
Ileewa es una empresa de turismo y eventos especializada en cultura y naturaleza, con un fuerte compromiso hacia la identidad del Chocó. Su objetivo es transformar la región, sus historias y su gente mediante experiencias que van más allá de lo convencional, empoderando a las comunidades locales como anfitrionas y operadoras. A través de capacitación y acompañamiento, aseguran altos estándares de calidad y satisfacción del cliente.
“La idea de ofrecer este recorrido surgió cuando, en la empresa, buscamos crear productos que no solo fueran culturalmente enriquecedores, sino que también promovieran la conservación del medio ambiente. Después de múltiples pruebas y ajustes, logramos desarrollar una propuesta que ha tenido una gran acogida, dando origen al reconocido y querido ‘Chiri’,” explicó el director.
La experiencia comienza en el malecón de Quibdó, donde un anfitrión recibe a los viajeros con una cálida bienvenida al majestuoso río Atrato, mientras el ritmo vibrante de la chirimía marca el inicio del recorrido. Durante el trayecto en barco, los participantes se sumergen en los paisajes ribereños, pasando por la comunidad de La Molana y el barrio Cavi, mientras observan la vida cotidiana de los trabajadores de la plaza de mercado.
“La música tradicional de chirimía suena de fondo a lo largo de todo el viaje, creando una atmósfera envolvente y auténtica que captura la esencia del Chocó y convierte la travesía en una experiencia cultural única”, enfatizó Guerrero.
Durante el recorrido, los visitantes degustan el Viche, la bebida tradicional del Chocó, mientras escuchan historias cautivadoras sobre el río Atrato: su nacimiento, los municipios que se encuentran a sus orillas, y la manera en que las comunidades locales interactúan con él, ya sea pescando, nadando o utilizándolo como vía de transporte. El propósito es conectar a los viajeros con este río, un símbolo fundamental de la identidad del Chocó, invitándolos a descubrir y apreciar su riqueza cultural y natural.
“Este formato fue el prototipo inicial del proyecto, una prueba piloto diseñada para evaluar su viabilidad. Es importante señalar que, actualmente, el producto no está en funcionamiento. Sin embargo, la experiencia obtenida nos permitirá desarrollar una versión más profesional y refinada. En el futuro, planeamos ampliar la oferta con al menos cuatro recorridos adicionales, cada uno con su propia temática y enfoque, para brindar una experiencia más enriquecedora y diversa del río Atrato. Confiamos de que esto impulsará el desarrollo empresarial en la ciudad, atrayendo a visitantes, tanto nacionales como internacionales. Las ciudades necesitan símbolos turísticos, y el Chiritour tiene todo lo necesario para convertirse en uno de ellos.”, contó el experto.
Entre las nuevas propuestas se incluirá un recorrido llamado “Chirin Ambiental”, enfocado exclusivamente en la educación ambiental para estudiantes. También planean un recorrido tipo crucero, “Chiri Sendero”, que tendrá una duración de 4 a 6 horas, conectando distintos puntos a lo largo del río, con paradas para interactuar con las comunidades locales. Este recorrido más extenso comenzará y terminará en el municipio de Medio Atrato, en la cabecera municipal de Beté, incluyendo visitas a senderos ecológicos.
Resalta, de hecho, que durante su fase piloto, que duró dos meses y medio, el Chiritour movilizó a más de 950 personas, alcanzando un porcentaje de ocupación superior al 75%. Este éxito no solo reflejó el interés de los turistas de otras ciudades, sino que también sorprendió al equipo al ver la gran acogida que tuvo entre la población local de Quibdó. Esto demostró que la comunidad estaba ávida de nuevas actividades que les brindaran bienestar y entretenimiento, ya que las opciones para disfrutar en la ciudad eran limitadas. El Chiritour evidenció cómo, con elementos ya existentes en la ciudad, como el cuidado del medio ambiente, la música, la gastronomía y la gente, se podía crear una propuesta innovadora y atractiva para todos.
Para Guerrero, este proyecto es una fuente de gran ilusión, ya que la comunidad étnica de Quibdó, donde más del 80% de la población es afrocolombiana, tiene una profunda conexión con la música tradicional de la chirimía, que forma parte esencial de su identidad cultural. Sin embargo, aunque esta música cobra especial relevancia durante las festividades de San Pacho, en realidad, los espacios para disfrutarla durante el resto del año son limitados. Por ello, el Chiritour nace como una plataforma permanente para que tanto locales como visitantes puedan disfrutar de la chirimía de manera constante. Este enfoque no solo garantiza la continuidad de la práctica de la chirimía, sino que también ofrece a las nuevas generaciones la oportunidad de conocer, valorar y preservar esta tradición cultural.
“Algo importante es que el proyecto genera empleo, especialmente entre los jóvenes, en una ciudad que, según el DANE, tiene la tasa de desempleo más alta del país. El turismo comunitario ha brindado una oportunidad para crear nuevos puestos de trabajo para que estos jóvenes. Por otro lado, buscamos siempre preservar las cultura de nosotros, es por esto que las bebidas y la decoración del barco están pensadas para resaltar la cultura afro de esta región”, mencionó.
Sin embargo, comenta que si han tenido dificultades, por ejemplo una de las razones que llevaron al que el proyecto se detuviera fue debido a las dificultades para cumplir con todos los requisitos legales y normativos, como la patente fluvial y los permisos para transportar personas con fines turísticos, que son exigidos por el gobierno.
“Aunque estábamos resolviendo un problema importante, como la falta de empleo en la región, nos encontramos con barreras burocráticas. Lo que esperamos, y lo que nos gustaría que sucediera, es que cuando surgen iniciativas que traen beneficios significativos para las comunidades, haya un acompañamiento cercano por parte de las autoridades, para facilitar el cumplimiento de las reglas sin que se frene el desarrollo empresarial. Si bien, reconocemos la importancia de cumplir con la normativa, y nuestra meta es regresar con un proyecto completamente legal, ahora que hemos ganado este premio, creemos que debería haber un acompañamiento mucho más proactivo para iniciativas como esta, que son beneficiosas para las ciudades”, aseguró Guerrero.
Y es que para ellos, agrega el director, el Chiri representa carta que beneficia a la ciudad, genera empleo y mejora la calidad de vida de su población. Es por esto que, al haber ganado este reconocimiento de ONU Turismo, esperan que los ayude a ser más visibles y a encontrar aliados que los apoyen para materializar la fase 2.0, atrayendo así tanto inversionistas dispuestos a aportar recursos como cooperantes internacionales que vean en este proyecto una oportunidad para contribuir al cumplimiento de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, principalmente en lo relacionado con la generación de empleo, el bienestar de la población, el cuidado del medio ambiente y la generación de energías limpias.
Aunque por el momento, han recibido apoyo significativo de instituciones como la Cámara de Comercio del Chocó, la Gobernación del Chocó, Bancolombia a través de su programa En Campo, y la Corporación Manos Visibles necesitan un apoyo más decidido, pues para volver a lanzar esta ruta, necesitan una financiación de 1.100 millones de pesos para construir una segunda versión de su barco turístico, con toda la dignidad que merece este proyecto.
“El turismo es una oportunidad para sanar las heridas de la guerra. A medida que las comunidades se empoderan y desarrollan un turismo comunitario con identidad, este se convierte en un mecanismo para generar bienestar y fortalecer la gobernanza. Cuando las comunidades participan activamente, la paz puede irradiar hacia todo el territorio, y el turismo se convierte en un catalizador poderoso para ese cambio. Nosotros por ejemplo, queremos que el turística vea que las comunidades del Chocó están llenas de resiliencia, solidaridad, identidad y amor por lo colectivo. Queremos que se cuente esa otra cara, la que muestra el empoderamiento, la creatividad y la belleza que emergen incluso en medio de la adversidad” finalizó.
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