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Recientemente se realizó en Bogotá la Vitrina Turística de Anato 2023, la feria anual de turismo más importante de Colombia, a la que asisten todos los actores involucrados en el encadenamiento turístico a nivel nacional e internacional, y si bien es cierto, que es un espacio de exhibición para la creación de alianzas y ruedas de negocios, también son días que se prestan para la reflexión en torno a la forma en la que se concibe actualmente el turismo.
El modelo de comercialización del turismo implementado por las agencias de viajes, desde hace 150 años, en muchas ocasiones se ha enfocado en un turismo centralizado y masivo, en la promoción de los destinos con la maquinaria turística mejor posicionada, dejando de lado a los emprendedores locales emergentes y más aún, aquellos que son campesinos e indígenas.
Natalia Bendek, CEO de Esariri.com y una de las visitantes profesionales en Anato 2023 explica: “el turismo masivo genera impactos negativos, como la fuga del beneficio, en el 2005 se evidenció que de cada 100 euros gastados por un turista en República Dominicana, al país solo entraban 20 euros, a este hecho se suma la contaminación ambiental de un turismo no controlado y fenómenos sociales como la gentrificación turística o el Síndrome de Venecia”.
En este sentido, se hace necesario visibilizar esas iniciativas que promueven un turismo sostenible y con propósito, en beneficio de las comunidades locales, que protegen al medio ambiente y trabajan por salvaguardar su patrimonio cultural, en esos destinos ocultos, remotos y emergentes de Colombia que esconden experiencias fuera de lo común, auténticas, íntimas y vivenciales, asociadas a turismo comunitario.
(Lea también: Turismo comunitario y rural: ¿Qué hacer en Norcasia? Destino de paz y naturaleza)
Por lo tanto, estos son siete paquetes de viajes en Colombia cuyo portafolio fue expuesto en Anato 2023 y que benefician a las comunidades:
1. Pasadía en Bogotá: 42 familias campesinas beneficiadas
Cuando pensamos qué hacer en Bogotá, los planes usualmente se concentran en la zona urbana y al norte de la capital, pero la capital también es rural y ofrece destinos ocultos y emergentes para desconectar del estrés de la ciudad, por ello, les invitamos a conocer la otra cara de Ciudad Bolívar, que se puede apreciar en la ruralidad y, contrario al imaginario citadino, el visitante se encuentra con un escenario completamente seguro, virgen y lleno de actividades por vivir.
Los paisajes verdes en la ruralidad de Ciudad Bolívar, se asemejan a los de Boyacá, pero no hay que gastar cuatro horas de viaje para encontrarlos, a tan solo 40 minutos de la capital, se puede recorrer el bosque alto andino, cercano a la Localidad 20 de Sumapaz, para adentrarse a un ecosistema de páramo.
Además de sentir la naturaleza, se puede acceder a experiencias de turismo rural comunitario, 42 familias campesinas se unieron y crearon diversas actividades, entre ellas, trekking guiado a través del bosque y las aguas cristalinas del río Tunjuelo, con desayunos, almuerzos y refrigerios típicos del campo, asimismo, en esta travesía se visita un minimuseo en honor a la tradición del campo y se es partícipe de talleres de elaboración de la cuajada y de cultivo en clima frío.
2. Apiturismo y etnoturismo en Guainía: 10 familias indígenas beneficiadas
En este paquete turístico, además de ascender a los famosos Cerros de Mavecure o también conocidas como las montañas de los Dioses, el visitante tendrá la oportunidad de conocer el proyecto de la abeja angelita, llevado a cabo por 10 familias de la comunidad de La Ceiba, que agrupa a 4 etnias indígenas: curripacos, tucanos, puinaves y cubeos; quienes se encargan del cultivo de siete especies de abejas sin aguijón, entre ellas, la abeja angelita.
Un proyecto de emprendimiento social que persigue el empoderamiento económico de la comunidad y el desarrollo de los frutales locales debido a la acción polinizadora de las abejas, además, para las comunidades indígenas esta miel tiene propiedades curativas.
Toda una aventura, en la que se exploran paisajes naturales majestuosos como tepuys, ríos, lagunas, estrellas fluviales y playas de río; realizando diversas actividades, entre ellas: navegar, nadar, recorrer lugares abandonados y avistar delfines rosados.
3. Turismo arqueológico en Ciudad Perdida – Santa Marta: Guías locales indígenas beneficiados
Además de explorar la Ciudad Perdida de Santa Marta, antiguo hogar de la civilización Tayrona, el turista vive una experiencia intercultural con sus descendientes, la etnia indígena Wiwa, quienes comparten sus tradiciones y el significado de esta mítica ciudad, cuyas terrazas intercomunicadas con caminos en piedra, se consideran portales sagrados, con círculos formados en piedra, que indican las delimitaciones donde alguna vez se asentaron viviendas y templos, pero que guardan conexión con lo divino.
Para los descendientes de los Tayronas, el uso de las terrazas y los círculos responden a la idea de la creación en base a la Diosa Aluna, la madre creadora que trazaba círculos en la superficie para los habitantes, creando espacios sagrados y de protección del mundo exterior, el uso del círculo simboliza protección y fue usado en toda Ciudad Perdida.
4. Turismo arqueológico en Guaviare: 70 familias rurales beneficiadas
En este plan se recorre los murales en roca de pinturas rupestres de diez mil años de antigüedad, con una extensión de más de 150 metros, con el acompañamiento de un guía de la comunidad indígena Tucanos, una de las etnias a nivel lingüístico más ricas de la región de la Amazonía Colombiana.
Durante esta travesía el visitante explora formaciones rocosas, jacuzzis naturales, ríos, cañones, miradores, cascadas y cavernas; nadando, navegando, haciendo trekking y presenciando el avistamiento de aves y delfines rosados.
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5. Agroturismo en Pasto: 2 familias campesinas y 4 familias artesanas beneficiadas
En esta experiencia, además de visitar el majestuoso Santuario de Las Lajas, la Laguna de la Cocha y el Cementerio de Tulcán, el turista comparte con familias campesinas, quienes dan a conocer sus tradiciones del campo, técnicas de cultivo, platos típicos e incluso, la forma en la que obtienen gas haciendo uso de energía de biomasa por medio de un biodigestor, una buena práctica autosustentable.
Asimismo, estas familias campesinas exponen al visitante sus proyectos socioambientales, uno de ellos, está siendo usado para rescatar semillas que se creían perdidas tras la industrialización, semillas que fueron rechazadas por especies de hortalizas más bonitas y vistosas, enseñándonos a consumir un solo tipo de plátanos, un solo tipo de papas, pero lo cierto es, que existe una gran variedad de hortalizas de diferentes colores, formas y sabores que se desconocen.
6. Turismo gastronómico en Tumaco: 300 familias del pacífico beneficiadas
En este plan el visitante comparte con mujeres emprendedoras piangueras, quienes están usando al turismo de una forma regenerativa para proteger la piangua, un tipo de molusco con el que se prepararan exquisitos platos típicos del pacífico colombiano, además, están rescatando recetas gastronómicas que se creían perdidas tras el conflicto, toda una experiencia en la que el visitante puede pescar sus propias pianguas en el manglar y ayudar a preparar su ceviche directamente en la cocina de estas emprendedoras.
Otra experiencia gratificante que se puede vivir en este destino, es la ruta del cacao, el turista conocerá a campesinos que reemplazaron sus cultivos de coca por cultivos de cacao, en un recorrido por una fábrica de chocolate, hasta llegar a una destiladora de panela, para descubrir el proceso de fermentación y elaboración de la bebida típica “chapil”.
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7. Turismo de naturaleza y etnoturismo en Amazonas: 3 comunidades indígenas beneficiadas
En esta aventura, se comparte con la comunidad indígena Tikuna, quienes guían al visitante por su maloca (un espacio comunal ancestral), sus chagras (una forma de cultivo itinerante), sus artesanías, danzas y degustación de bebidas tradicionales, hasta se le enseña a pescar y en compañía de un mamo o sabio, aprende a hacer medicina ancestral como el “mambe”, “ambil” y “rapé”, productos obtenidos de plantas sagradas, algunas cargadas de energía femenina y otras de energía masculina.
Una aventura atravesando ríos, selva y lagos; escalando árboles de más de 26 metros de altura, yendo a una experiencia de biocontacto con los monos ardillas en la isla de los micos, navegando, pescando, avistando delfines rosados, visitando jardines botánicos donde se cultiva la flor de loto sudamericana o mejor conocida como Victoria Regia y recorriendo pueblos en 3 países diferentes en un mismo día: Colombia - Brasil - Perú.
Apueste por un turismo con propósito
Para obtener mayor información de estas iniciativas, puedes ingresar a Esariri.com, una plataforma digital que apoya, visibiliza e impulsa los proyectos turísticos de 50 emprendedores indígenas y campesinos ubicados en todos los departamentos de Colombia, que están trabajando arduamente para transformar la imagen de sus territorios y reducir la pobreza y el éxodo rural al que se enfrentan, ofreciendo al turista experiencias fuera de lo común, únicas y vivenciales que los conecta con los valores locales, culturales y ambientales de nuestra amada Colombia.
“Los territorios son el fruto de las luchas de nuestros mayores, cuidarlos, protegerlos y conocerlos es nuestro deber”. Palabras de Eliana Muchachasoy, artesana y maestra de artes plásticas en Sibundoy Putumayo.
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