Turismo de naturaleza, oportunidad de las regiones para la reactivación del sector
La biodiversidad de los Llanos Orientales y de la Amazonía es una ventaja competitiva para que Colombia capture los flujos de turistas extranjeros que se reactivarán una vez pase la crisis sanitaria y económica desatada por el COVID-19.
Redacción Especiales / mcastano@elespectador.com
Uno de los sectores económicos más afectados por la epidemia del COVID-19 ha sido el turismo. Las restricciones a la movilidad y las cuarentenas obligatorias bloquearon uno de los sectores que más divisas atrae para la economía colombiana, y que, según el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, fue el que más incidió para que la economía colombiana creciera un 3,3 % en el 2019, con una tasa de crecimiento del 4,9 % en toda la cadena de valor (comercio, transporte, alojamiento y servicios de alimentación).
No obstante, desde las regiones de Colombia, ya empiezan a surgir ideas y proyecciones de destinos que, por sus características, tienen el potencial para protagonizar la reactivación del sector.
La biodiversidad de los Llanos Orientales y de la Amazonía puede ser una ventaja competitiva para que Colombia capture los flujos de turistas extranjeros que se reactivarán una vez pase la crisis sanitaria y económica desatada por el COVID-19. Esa es la perspectiva sobre la cual trabajan las pymes y cámaras de comercio de Casanare y Putumayo, con el respaldo de la cooperación suiza y el Gobierno nacional.
Durante los últimos 10 años, Colombia ha vivido un crecimiento exponencial de visitantes extranjeros. Ese incremento ha demandado el fortalecimiento de la infraestructura y la formación del talento humano en los destinos. También, para consolidarse como un destino competitivo a nivel global, uno de los retos que afronta el país y que cobra mayor relevancia con la pandemia del COVID-19, es construir y consolidar productos turísticos únicos, que satisfagan la demanda de los viajeros internacionales por experiencias únicas con los más altos estándares de bioseguridad.
En Casanare y Putumayo, son conscientes desde hace varios años de que la biodiversidad de sus territorios y la riqueza cultural de sus comunidades constituyen su ventaja competitiva. En ambas regiones, los pequeños empresarios del transporte, la gastronomía, el hotelería, los tour-operadores, las artesanías, los guías turísticos y otros sectores asociados a la cadena de valor del turismo se asociaron en clústers, cuya principal misión ha sido la construcción de productos competitivos en los mercados domésticos e internacional.
Casanare y su Safari Llanero
En el Casanare, los empresarios trazaron una ruta de crecimiento que les permitiera aprovechar lo mejor de su territorio y unificarlo en un producto distintivo. El punto de partida fue encontrar un objetivo común: diseñar un producto y posicionarlo como distintivo del departamento. Se trata del Safari Llanero.
En este camino, reservas naturales conservadas por empresas privadas y fincas tradicionales llaneras conectan a tour-operadores, empresas de transporte, restauranteros, guías y hospedajes en un recorrido en el que, en promedio, un turista nacional gasta $500.000/día y el internacional $750.000.
La ruta, que empezó hace 5 años, empezaba a dar sus frutos antes de la pandemia. De hecho, de cerca de 700 visitantes extranjeros al año que llegaban en 2018, pasaron a más de 1700 en 2019. Los principales países emisores de estos turistas fueron Holanda, Estados Unidos, Francia, Alemania, España e Inglaterra, lo que muestra la potencialidad del producto.
El potencial del Safari Llanero para diversificar la economía de una región enfocada tradicionalmente en la extracción de petróleo está asociado a la generación de empleo. El manejo de hatos, el desarrollo de artesanías, la operación de toures y transporte, entre otros oficios asociados al turismo, requieren capacitaciones menos intensivas que los hidrocarburos y se relacionan con el conocimiento que tienen los casanareños de su región.
“Si bien algunas de las empresas, ante la falta de visitantes durante la pandemia, han tenido que tomar decisiones difíciles como reducir su personal, los empresarios del clúster están enfocados en la adaptación de sus negocios a los protocolos de bioseguridad. Además, se han enfocado en crear nuevas estrategias de mercadeo y, de hecho, ya tenemos reservas desde Europa para febrero de 2021”, afirma Horacio Wilches de la Cámara de Comercio de Casanare.
Putumayo, un destino entre la naturaleza y la espiritualidad
En el extremo sur del país, el clúster de turismo se ha concentrado en fortalecer tres productos con potencial en el mercado internacional. El aviturismo, un segmento de alto valor en el que Colombia es líder; el turismo de aventura, que en la región tiene gran potencial con lugares emblemáticos como la cascada del fin del mundo; y experiencias de introducción a la medicina tradicional y los saberes de las comunidades indígenas de la zona.
(Lea también: Turismo de emociones, Putumayo es vida)
Los empresarios tienen motivos para creer en el futuro de sus negocios y del destino. En 2017, Putumayo recibió 1072 visitantes extranjeros, mientras que en 2019 fueron 2942. De igual manera, conforme han avanzado los encadenamientos alrededor del turismo, se ha consolidado un estimado del gasto diario de los turistas extranjeros alrededor de los $300.000 diarios, una cifra muy atractiva para la dinámica económica de la región, vinculada, sobretodo, al petróleo.
Durante el semestre previo a la pandemia, los empresarios del departamento lograron consolidar la idea del clúster y empezaron a crear las sinergias para proyectarse ante los turistas internacionales y domésticos como un verdadero destino único. Sin embargo, como la mayoría de los actores locales del turismo son pymes, la adaptación a la pandemia ha sido difícil y muchos de ellos han pasado preocupaciones económicas.
(Lea también: “En Putumayo enfrentamos la violencia, la avalancha y ahora el COVID-19”)
“El clúster está pasando por un momento agridulce. El apoyo del Gobierno departamental a la discusión de la mesa de trabajo departamental, el respaldo de la cooperación suiza al proceso y el respaldo del Ministerio de Comercio y ProColombia nos hacen soñar con la verdadera internacionalización de nuestro destino, pero al tiempo tenemos que afrontar la realidad: la mayoría de empresarios no tienen ingresos y no tienen claro cuándo podrán reactivarse”, afirma Christian Vallejo, del Clúster de Turismo de Putumayo.
Mientras se reactiva el flujo de turistas locales e internacionales, la prioridad de los empresarios es crear canales de mercadeo efectivos para el momento en que acabe la pandemia y analizar fórmulas para que los costos de la implementación de los protocolos de bioseguridad y el parón que tuvo la industria no se trasladen al consumidor final y terminen erosionando la competitividad del departamento.
Tanto Putumayo como Casanare han contado con el apoyo de la cooperación suiza en el desarrollo de las cadenas de valor del turismo. “Nuestro trabajo ha estado orientado a facilitar la conexión entre los empresarios, las autoridades y el mercado internacional del turismo. Entendemos que la competitividad de un destino está asociada a su capacidad de responder adecuadamente a la demanda de los mercados emisores”, señaló Claudia Sepúlveda, Coordinadora General del Programa Colombia Más Competitiva.
Colombia + Competitiva
Es una iniciativa conjunta de la Embajada de Suiza en Colombia – Cooperación Económica y Desarrollo (SECO) y el Gobierno Nacional que orienta sus esfuerzos a mejorar la competitividad en el país y diversificar su economía.
La Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico – Swisscontact es el facilitador nacional del programa. Colombia + Competitiva apoya los sectores de construcción sostenible, ingredientes naturales para la industria cosmética, cacaos especiales, y turismo sostenible, para desarrollar su alto potencial de crecimiento, aprovechando la experticia suiza y la iniciativa nacional en estos campos.
Trabaja de la mano con los aliados en el sector público y el sector privado para crear nuevas oportunidades y acelerar el camino hacia una Colombia + Competitiva.
Uno de los sectores económicos más afectados por la epidemia del COVID-19 ha sido el turismo. Las restricciones a la movilidad y las cuarentenas obligatorias bloquearon uno de los sectores que más divisas atrae para la economía colombiana, y que, según el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, fue el que más incidió para que la economía colombiana creciera un 3,3 % en el 2019, con una tasa de crecimiento del 4,9 % en toda la cadena de valor (comercio, transporte, alojamiento y servicios de alimentación).
No obstante, desde las regiones de Colombia, ya empiezan a surgir ideas y proyecciones de destinos que, por sus características, tienen el potencial para protagonizar la reactivación del sector.
La biodiversidad de los Llanos Orientales y de la Amazonía puede ser una ventaja competitiva para que Colombia capture los flujos de turistas extranjeros que se reactivarán una vez pase la crisis sanitaria y económica desatada por el COVID-19. Esa es la perspectiva sobre la cual trabajan las pymes y cámaras de comercio de Casanare y Putumayo, con el respaldo de la cooperación suiza y el Gobierno nacional.
Durante los últimos 10 años, Colombia ha vivido un crecimiento exponencial de visitantes extranjeros. Ese incremento ha demandado el fortalecimiento de la infraestructura y la formación del talento humano en los destinos. También, para consolidarse como un destino competitivo a nivel global, uno de los retos que afronta el país y que cobra mayor relevancia con la pandemia del COVID-19, es construir y consolidar productos turísticos únicos, que satisfagan la demanda de los viajeros internacionales por experiencias únicas con los más altos estándares de bioseguridad.
En Casanare y Putumayo, son conscientes desde hace varios años de que la biodiversidad de sus territorios y la riqueza cultural de sus comunidades constituyen su ventaja competitiva. En ambas regiones, los pequeños empresarios del transporte, la gastronomía, el hotelería, los tour-operadores, las artesanías, los guías turísticos y otros sectores asociados a la cadena de valor del turismo se asociaron en clústers, cuya principal misión ha sido la construcción de productos competitivos en los mercados domésticos e internacional.
Casanare y su Safari Llanero
En el Casanare, los empresarios trazaron una ruta de crecimiento que les permitiera aprovechar lo mejor de su territorio y unificarlo en un producto distintivo. El punto de partida fue encontrar un objetivo común: diseñar un producto y posicionarlo como distintivo del departamento. Se trata del Safari Llanero.
En este camino, reservas naturales conservadas por empresas privadas y fincas tradicionales llaneras conectan a tour-operadores, empresas de transporte, restauranteros, guías y hospedajes en un recorrido en el que, en promedio, un turista nacional gasta $500.000/día y el internacional $750.000.
La ruta, que empezó hace 5 años, empezaba a dar sus frutos antes de la pandemia. De hecho, de cerca de 700 visitantes extranjeros al año que llegaban en 2018, pasaron a más de 1700 en 2019. Los principales países emisores de estos turistas fueron Holanda, Estados Unidos, Francia, Alemania, España e Inglaterra, lo que muestra la potencialidad del producto.
El potencial del Safari Llanero para diversificar la economía de una región enfocada tradicionalmente en la extracción de petróleo está asociado a la generación de empleo. El manejo de hatos, el desarrollo de artesanías, la operación de toures y transporte, entre otros oficios asociados al turismo, requieren capacitaciones menos intensivas que los hidrocarburos y se relacionan con el conocimiento que tienen los casanareños de su región.
“Si bien algunas de las empresas, ante la falta de visitantes durante la pandemia, han tenido que tomar decisiones difíciles como reducir su personal, los empresarios del clúster están enfocados en la adaptación de sus negocios a los protocolos de bioseguridad. Además, se han enfocado en crear nuevas estrategias de mercadeo y, de hecho, ya tenemos reservas desde Europa para febrero de 2021”, afirma Horacio Wilches de la Cámara de Comercio de Casanare.
Putumayo, un destino entre la naturaleza y la espiritualidad
En el extremo sur del país, el clúster de turismo se ha concentrado en fortalecer tres productos con potencial en el mercado internacional. El aviturismo, un segmento de alto valor en el que Colombia es líder; el turismo de aventura, que en la región tiene gran potencial con lugares emblemáticos como la cascada del fin del mundo; y experiencias de introducción a la medicina tradicional y los saberes de las comunidades indígenas de la zona.
(Lea también: Turismo de emociones, Putumayo es vida)
Los empresarios tienen motivos para creer en el futuro de sus negocios y del destino. En 2017, Putumayo recibió 1072 visitantes extranjeros, mientras que en 2019 fueron 2942. De igual manera, conforme han avanzado los encadenamientos alrededor del turismo, se ha consolidado un estimado del gasto diario de los turistas extranjeros alrededor de los $300.000 diarios, una cifra muy atractiva para la dinámica económica de la región, vinculada, sobretodo, al petróleo.
Durante el semestre previo a la pandemia, los empresarios del departamento lograron consolidar la idea del clúster y empezaron a crear las sinergias para proyectarse ante los turistas internacionales y domésticos como un verdadero destino único. Sin embargo, como la mayoría de los actores locales del turismo son pymes, la adaptación a la pandemia ha sido difícil y muchos de ellos han pasado preocupaciones económicas.
(Lea también: “En Putumayo enfrentamos la violencia, la avalancha y ahora el COVID-19”)
“El clúster está pasando por un momento agridulce. El apoyo del Gobierno departamental a la discusión de la mesa de trabajo departamental, el respaldo de la cooperación suiza al proceso y el respaldo del Ministerio de Comercio y ProColombia nos hacen soñar con la verdadera internacionalización de nuestro destino, pero al tiempo tenemos que afrontar la realidad: la mayoría de empresarios no tienen ingresos y no tienen claro cuándo podrán reactivarse”, afirma Christian Vallejo, del Clúster de Turismo de Putumayo.
Mientras se reactiva el flujo de turistas locales e internacionales, la prioridad de los empresarios es crear canales de mercadeo efectivos para el momento en que acabe la pandemia y analizar fórmulas para que los costos de la implementación de los protocolos de bioseguridad y el parón que tuvo la industria no se trasladen al consumidor final y terminen erosionando la competitividad del departamento.
Tanto Putumayo como Casanare han contado con el apoyo de la cooperación suiza en el desarrollo de las cadenas de valor del turismo. “Nuestro trabajo ha estado orientado a facilitar la conexión entre los empresarios, las autoridades y el mercado internacional del turismo. Entendemos que la competitividad de un destino está asociada a su capacidad de responder adecuadamente a la demanda de los mercados emisores”, señaló Claudia Sepúlveda, Coordinadora General del Programa Colombia Más Competitiva.
Colombia + Competitiva
Es una iniciativa conjunta de la Embajada de Suiza en Colombia – Cooperación Económica y Desarrollo (SECO) y el Gobierno Nacional que orienta sus esfuerzos a mejorar la competitividad en el país y diversificar su economía.
La Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico – Swisscontact es el facilitador nacional del programa. Colombia + Competitiva apoya los sectores de construcción sostenible, ingredientes naturales para la industria cosmética, cacaos especiales, y turismo sostenible, para desarrollar su alto potencial de crecimiento, aprovechando la experticia suiza y la iniciativa nacional en estos campos.
Trabaja de la mano con los aliados en el sector público y el sector privado para crear nuevas oportunidades y acelerar el camino hacia una Colombia + Competitiva.