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Dicen que un rasgo que define a las grandes empresas es pensar en el futuro y comenzar a trabajar para alcanzarlo. Para la industria automotriz y la de tecnología es seguro afirmar que la prioridad es la conducción autónoma, donde prácticamente todas tienen algún tipo de avance. Después de todo, van nueve años desde que Google puso el tema en boca de los entusiastas de los motores con su primer Toyota Prius modificado.
Desde entonces, la lista de empresas trabajando en el asunto se engrosó con nombres de compañías excepcionalmente positivas y ambiciosas con respecto a la salida a comercialización de esta tecnología. Algunas, como Ford, han llegado incluso a decir que se daría en 2020.
Sin embargo, desde principios de este año, varias marcas moderaron su discurso por diferentes motivos. Uno de ellos lo develó el portal de reseñas de autos Kelly Blue Book, que a inicios de este año publicó un estudio según el cual seis de cada diez personas no saben qué es un carro autónomo. El mismo informe asegura que el 50 % de los encuestados prefieren tener total control sobre el vehículo.
Otros baches incluyen la poca regulación que existe a nivel internacional frente a estos autos, deficiencias tecnológicas que apenas se están comenzando a suplir y la comunicación entre vehículos autónomos y sus pares, sistemas de tráfico y peatones para evitar accidentes. De ahí que analistas más reservados hablen de una espera de 25 años.
Lo anterior, no obstante, no significa que las empresas no hayan hecho avances significativos durante 2018. Todo lo contrario, se puede hacer una lista de fabricantes que van a la delantera en esta labor y que ya están enfocados en sortear los obstáculos finales, como las mismas Ford y Google, ésta a través de la subsidiaria Waymo; Uber, Chevrolet y Volvo.
Esta última, por ejemplo, tiene tres metas: que para 2020 ninguna persona fallezca o sufra heridas de gravedad en uno de sus vehículos, comercializar su primer autónomo en el mercado para 2021 y que un tercio de sus ventas provengan de este tipo de autos para 2025. Por ello se los ha considerado pioneros en el mundo.
Desde julio pasado, el fabricante sueco invirtió en la compañía Luminar, creadora de la tecnología LiDar, que utiliza señales de láser pulsado para detectar objetos. Esto con el objetivo de acelerar y mejorar el desarrollo de dicha innovación, pues “es un elemento clave para que los vehículos autónomos puedan circular de forma segura en entornos de tráfico complejos y a altas velocidades”, según Henrik Green, vicepresidente de investigación y desarrollo de Volvo Cars.
Por si fuera poco, a inicios de este mes presentaron su nuevo auto concepto, 360C, un autónomo eléctrico que aprovecharía las ventajas de diseño de no tener volante ni motor de combustión para generar espacios de lujo que se adaptan a las necesidades: una oficina, un entorno para dormir o una sala de estar. Además, contaría con un sistema que comprende sonidos externos, colores, imágenes, movimientos, así como combinaciones de estas, para comunicar las intenciones del vehículo a otros autos y peatones.
En consonancia con lo anterior, la propia compañía anunció en junio pasado su alianza con Autoliv, empresa especializada en seguridad automotriz, y Nvidia, experta en inteligencia artificial y computación visual, para desarrollar sistemas avanzados. La idea de esta alianza es crear programas que usen aprendizaje profundo para reconocer su entorno, de forma que puedan anticiparse a amenazas y comparar esa información en tiempo real con un mapa de alta definición para trazar la mejor ruta a cualquier destino. Volvo se siente tan confiado con lo que ha hecho que ya tiene familias enteras probando sus vehículos autónomos en vías transitadas de Gotenburgo.
Por su parte, Ford, que también tiene alianzas con Luminar y Nvidia, está trabajando actualmente en la tecnología que les permitirá a sus vehículos “comunicarse con todo”. Esto a través del sistema C-V2X, que comenzó pruebas en China en abril pasado y que “amplía la capacidad del vehículo para ver, oír y entender el ambiente, incluyendo cruces sin visibilidad y condiciones de mal tiempo. De esta manera, permite que los vehículos, los peatones, los ciclistas y la infraestructura se conecten, colaboren y respondan con más eficiencia en situaciones peligrosas”.
Otro gigante tecnológico que anunció su llegada a China es Waymo, que en agosto confirmó la apertura de una filial en el país asiático, con lo que saldría por primera vez de su base de operaciones en Phoenix (Estados Unidos), donde ya ha recorrido más de doce millones de kilómetros con una flota de 600 prototipos estilo van de Chrysler, a los que pronto se sumarán unidades de la camioneta eléctrica I-Pace de Jaguar.
Ahora si bien algunos de los autos todavía se mueven con supervisión de empleados de Waymo, y se han reportado problemas para girar a la izquierda, cambiar de carril en las horas pico y demoras para arrancar en las señales de pare, el objetivo de la empresa es lanzar su servicio de taxis autónomos comerciales para finales de este año, exclusivamente en Phoenix.
La llegada a otras geografías depende de la creación de regulaciones, tarea para la que existe la Coalición de Vehículos Autónomos para Calles más Seguras, una alianza entre Google, Ford, Volvo, Lyft y Uber que trabaja con legisladores, reguladores y el público en general para educar sobre esta tecnología, generar presión y lograr su reglamentación.
En un panorama muy diferente se encuentra, precisamente, Uber, que desde mayo de 2016 probaba y hasta recogía pasajeros con sus autónomos en las calles de Pittsburgh. Eso hasta marzo de este año, cuando una falla de sistema terminó en la muerte de una peatona, lo que llevó a la cancelación de todas las pruebas. No obstante, a finales de agosto se anunció una inversión US$500 millones en la compañía por parte de Toyota, para juntar y dar un impulso a las estrategias de automatización de ambas empresas. Esto se suma al anuncio del fabricante nipón de convertir cuatro de sus fábricas de piezas en productoras de componentes exclusivos para carros autónomos. La idea es fabricar vans Sienna para usar en servicios de auto compartido.
Finalmente, y como le explica a El Espectador Keyvan Rahmani, ingeniero jefe de General Motors Sudamérica Oeste, Chevrolet no solo ha hecho importantes inversiones en compañías de inteligencia artificial, como Cruise Automotion, sino que a principios de año presentó su primer autónomo, el Cruise AV, “equipado con tecnología de radares, cámaras y sensores LiDar que aportan a su funcionamiento sin volante ni pedales”. Actualmente se encuentran en pruebas y buscando los permisos para ponerlo en las calles en 2019.
Con tanto adelanto logrado, dice Rahmani, el balón está ahora en el campo de los gobiernos nacionales. “En el caso de Colombia, la mejora en la infraestructura vial es indispensable, ya que los sensores del vehículo se guían por las señales de tránsito y las demarcaciones de las carreteras”, concluye.