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Numerosos expositores del salón del automóvil de Ginebra se preocuparon esta semana del olfato del público. "Cuando uno se acerca a un coche, su aspecto es muy importante, pero cuando uno entra, una de las primeras cosas que percibe es el olor", explica Hartmut Kovacs, responsable del equipo encargado de controlar las emisiones en los habitáculos del constructor alemán Mercedes-Benz.
El olfato posee un lugar aparte entre los cinco sentidos, explica Annick Le Guérer, antropóloga y filosofa, autora del libro "Los poderes del olor".
"Está vinculado a las zonas del cerebro implicadas en la memoria y en la afectividad, las emociones". "Si en el coche se ponen olores que le recuerdan a uno momentos felices de su vida, eso, de forma inconsciente, tiene un impacto y uno querrá quedarse en el coche", asegura.
Sin embargo, "no se ha identificado ningún perfume que haga comprar un coche", matiza Emmanuel Boudard, responsable del área "innovación, térmica, habitáculo y calidad del aire" en el constructor francés PSA Peugeot Citroen.
Pero sí "hay estudios que demuestran que cuando el olor es demasiado fuerte, disminuye el confort", indica Juliette Quatararo, encargada de las problemáticas de olor en PSA. "El segundo aspecto es el tipo (de olor), hay que evitar que huela demasiado a plástico o a escay".
Aromas "a la carta"
Para Renault, el objetivo "es que huela lo menos posible en el coche", explica la compañía francesa. Los constructores se muestran exigentes con sus proveedores en este aspecto. "Algunas sustancias muy malolientes quedan fuera del pliego de condiciones", asegura Quatararo.
Una vez superado ese obstáculo, algunas marcas recurren a los aromas en sus concesionarios para relajar a sus clientes potenciales. "El aspecto olfativo es tan importante o incluso más que el aspecto visual, ya que un olor que da buenos recuerdos llevará a la gente a regresar a un lugar", indica Cyrille Gerhardt, gerente de la empresa "Smell Marketing", especializada en esta técnica muy extendida en los hoteles o tiendas de lujo.
Pero, cuidado, "se puede tener el mejor olor del mundo, si el aspecto visual no se cuida y si el aspecto sonoro no es adecuado, no será propicio para el bienestar del cliente", añade Gerhardt, que insiste en la "sutileza" del conjunto.
Mercedes dio otro paso para seducir el olfato de sus clientes, al proponer un difusor de aromas "a la carta" como opción en sus coches. Los pasajeros pueden elegir olores clásicos como un aroma a cuero o fragancias más inesperadas en un vehículo como Chanel nº5.PSA, pionero de la personalización olfativa en Francia con el Citroen C4, también tiene previsto vender en 2016 un difusor de perfumes y trabaja con diseñadores de la ciudad de Grasse, en el sur de Francia, para elaborar fragancias para sus coches, señala Boudard.
Pero se trata de una labor complicada, ya que el resultado depende de la experiencia de cada individuo. "No hay un consenso absoluto sobre los buenos y los malos olores", avisa Le Guérer.