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Michael Woods (Education First) se quedó con el triunfo en la etapa 17 de la Vuelta a España. Apenas pudo levantar un brazo cuando pasó la línea de meta en la llegada al Balcón de Bizkaia, una subida dura en la que hubo momentos parecía quedarse frenado en el pavimento. Tras quedarse con el triunfo el llanto inundó su cara. En los últimos meses vivió una serie de episodios que salieron con a la luz pública con las lágimas: su esposa recién perdió a su hijo cuando llevaba 37 semanas embarazada y su suegro falleció hace un mes.
De los tres se acordó a falta de 500 metros para coronar la subida. Cuando se vio completamente roto, sin fuerzas junto con Dylan Theuns, quien lo seguía de cerca. Solo en cabeza de carrera, después de un ataque que hizo, las figuras de su suegro y su esposa invadieron su mente. De igual manera apareció el nombre de su hijo. "Pensé que quedaba menos para alcanzar la llegada, pero en esos instantes solo ellos estaban en mi cabeza. Por lo duro que ha sido este año. Quería ganar por ellos", dijo.
Un recuerdo triste para el canadiense, quien tras revelar lo que tuvo que vivir, habló sobre Simon Clarke. Su compañero de equipo siempre lo motivó para que buscase la victoria". "Él nos levantó los ánimos a todo el equipo con su triunfo", recordó. De igual manera, sobre la carrera, dijo que fue "a 2/3 kilómetros de meta, tras un ataque de Alessandro de Marchi (BMC) cuando noté que tenía fuerzas y que podía ir a por la victoria", la primera en su palmarés como corredor World Tour.
Woods confesó que este triunfo le supone "un momento muy especial" y además especialmente por conseguirlo en el País Vasco, donde le "gusta mucho correr por su afición". "Es muy difícil no emocionarse cuando gritan tu nombre de esa manera", valoro. En cuanto a la vertical subida a Oiz, con rampas de hasta el 24 por ciento de desnivel, dijo que su "dificultad es proporcional al estado de forma" en la que se encare.