Bolsonaro, el candidato a la presidencia de Brasil que quiere talar el Amazonas
Mientras el 70 % del bioma amazónico está en territorio brasileño, el candidato a la presidencia Jair Bolsonero (quien lleva una ventaja de votantes) descarta entre sus políticas al medio ambiente. El Acuerdo de París, entre otras cosas, no son de su interés.
Redacción Medioambiente
Faltan menos de 20 días para que Brasil elija a su nuevo presidente. Esta será la segunda vuelta para definir quién se queda con el título: si el ultraderechista Jair Bolsonaro (con 48 % de los votos) o el candidato puesto por Lula da Silva, Fernando Haddad (26 % de los votos). Con una alta probabilidad de ganar, el primero de ellos luce como un villano del medio ambiente. En su discurso no cabe ni el acuerdo de París, ni un Ministerio de Ambiente para el país, ni remedios contra la deforestación, quedan por fuera ONGs internacionales y hasta los territorios indígenas de su nación. (Lea: Habrá segunda vuelta presidencial en Brasil: Bolsonaro vs.Haddad)
La posición de Bolsonaro no es solo implacable con los recursos naturales. La comunidad LGBT, afro e incluso las mujeres llevan las de perder con este capitán retirado del ejército. Aunque la Amazonía, con un 70 % de su bioma en territorio brasileño, está en riesgo, empezando por la alianza del candidato con el sector de carne y en su apuesta minera.
Su idea, previamente anunciada, es: eliminar casi todas las políticas en pro del medio ambiente. Un ejemplo de ello fue su compromiso con Estados Unidos, en el momento en el Trump determinó su renuncia del Acuerdo de París. Es decir, Bolsonaro pretende liquidar cualquier esfuerzo por reducir las emisiones de carbono en Brasil. Un asunto crucial para el problema de la deforestación en esta región.
Porque, apesar que el gobierno ha logrado reducir hasta el 16 % de este problema en los últimos dos años, el ultraderechista está decidido. La selva, a sus ojos, es un lugar que permite el crecimiento desmedido de la población. Y que, incluso, la solución para la tala es una política de planificación familiar que reduzca las presiones sobre la selva y el calentamiento global.
Sonaría bien. Sin embargo, sostiene el periódico The Guardian, el enfoque de medio ambiente de Bolsonaro proviene de una actitud racista. ¿Con quién? Con los pueblos indígenas de Brasil y con las otras minorías. "Las minorías tienen que inclinarse hacia la mayoría ... Las minorías [deberían] adaptarse o simplemente desaparecer", citó ese diario el año pasado. De manera que el panorama no es nada prometedor si el 28 de octubre, este excapitan se lleva la presidencia.
Faltan menos de 20 días para que Brasil elija a su nuevo presidente. Esta será la segunda vuelta para definir quién se queda con el título: si el ultraderechista Jair Bolsonaro (con 48 % de los votos) o el candidato puesto por Lula da Silva, Fernando Haddad (26 % de los votos). Con una alta probabilidad de ganar, el primero de ellos luce como un villano del medio ambiente. En su discurso no cabe ni el acuerdo de París, ni un Ministerio de Ambiente para el país, ni remedios contra la deforestación, quedan por fuera ONGs internacionales y hasta los territorios indígenas de su nación. (Lea: Habrá segunda vuelta presidencial en Brasil: Bolsonaro vs.Haddad)
La posición de Bolsonaro no es solo implacable con los recursos naturales. La comunidad LGBT, afro e incluso las mujeres llevan las de perder con este capitán retirado del ejército. Aunque la Amazonía, con un 70 % de su bioma en territorio brasileño, está en riesgo, empezando por la alianza del candidato con el sector de carne y en su apuesta minera.
Su idea, previamente anunciada, es: eliminar casi todas las políticas en pro del medio ambiente. Un ejemplo de ello fue su compromiso con Estados Unidos, en el momento en el Trump determinó su renuncia del Acuerdo de París. Es decir, Bolsonaro pretende liquidar cualquier esfuerzo por reducir las emisiones de carbono en Brasil. Un asunto crucial para el problema de la deforestación en esta región.
Porque, apesar que el gobierno ha logrado reducir hasta el 16 % de este problema en los últimos dos años, el ultraderechista está decidido. La selva, a sus ojos, es un lugar que permite el crecimiento desmedido de la población. Y que, incluso, la solución para la tala es una política de planificación familiar que reduzca las presiones sobre la selva y el calentamiento global.
Sonaría bien. Sin embargo, sostiene el periódico The Guardian, el enfoque de medio ambiente de Bolsonaro proviene de una actitud racista. ¿Con quién? Con los pueblos indígenas de Brasil y con las otras minorías. "Las minorías tienen que inclinarse hacia la mayoría ... Las minorías [deberían] adaptarse o simplemente desaparecer", citó ese diario el año pasado. De manera que el panorama no es nada prometedor si el 28 de octubre, este excapitan se lleva la presidencia.