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La Fundación Colombiana para la Investigación y Conservación de Tiburones y Rayas (Squalus) y la organización Wildlife Conservation Society (WCS), acaban de presentarle al país un valioso documento. Bajo el nombre de “Lista de verificación de elasmobranquios marinos de Colombia” resumieron los resultados de un esfuerzo por calcular el número de especies de tiburones y rayas que hay en nuestro territorio. (Lea Apple se asocia con comunidades colombianas para proteger los manglares del Caribe)
Según sus registros, hoy Colombia tiene, en total, hay 76 especies de tiburones y 62 de rayas. Son un par de cifras que, sumadas, equivalen al 12% de las especies conocidas en el planeta. (Lea La destrucción del hielo de Groenlandia se aceleró 6 veces en medio siglo)
El estudio, liderado por Paola A. Mejía-Falla y Andrés Felipe Navia y publicado en la revista Universitas Scientiarium, de la Universidad Javeriana, tiene varios datos curiosos. Uno de ellos indica que 26 de las especies de este nuevo cálculo son nuevas en los registros de Colombia. Otro, señala que, al parecer, los conteos anteriores no se habían hecho de manera muy juiciosa.
¿La razón? Hace un poco un más de 10 años el número de especies de tiburones y rayas que tenía el país era de 206, mientras que el cálculo actual es de 138. Es posible, como lo dice un artículo de la página de WCS, que en otras ocasiones se hubiesen cometido errores al incluir en los mares colombianos a algunas especies que se ven en otros lugares del continente.
Saltándonos los detalles de la investigación, Mejía y Navia llevaron a cabo una compleja tarea para poder realizar este cálculo. Registros en museos, fotos, videos, tesis universitarias, informes técnicos y testimonios de buzos fueron algunas de las herramientas de las que se valieron para poder hacer esta lista que, a los ojos de Mejía, quizás pueda incrementar en la medida que se hagan más estudios en zonas oceánicas.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Hay dos especies de rayas que, posiblemente, se consideren como extintas en un futuro. Se trata de la Pristis pristis y la Pristis pectinata.
“La primera habita solo en el Caribe y la segunda en ambas costas colombianas. Las dos están dotadas con una sierra larga y cortante que, al ser peligrosa, no permite que sean manipuladas para liberarlas cuando caen en mallas o anzuelos. Para este caso, y cuando han sido capturadas, los pescadores suelen matarlas por temor a que sus pares de dientes (que más parecen una espada flexible), los lastimen. Y también porque en muchas ocasiones encuentran personas que pagan por adquirir su sierra. Estas prácticas han diezmado sus poblaciones, llevando a estas especies a ser consideradas en ‘Peligro Crítico’”, señala Zaira Ríos en el artículo publicado en el portal de WCS.