Bogotá, la ciudad más insegura para niñas y mujeres por acoso sexual a nivel mundial
De acuerdo con el reporte de Plan International "Seguridad de las niñas en ciudades del mundo", Bogotá es la peor ciudad para vivir debido al acoso sexual a niñas y mujeres jóvenes.
-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
El reporte de Plan International (una ONG que promueve los derechos de los niños y la igualdad de las niñas), se identificó que Bogotá reúne todas las características para ser la ciudad con mayor riesgo de acoso sexual para niñas y mujeres jóvenes en el mundo.
De acuerdo con el informe, el acoso sexual se describe como piropos, burlas, contacto físico y miradas fijas, y se determina como el principal riesgo que enfrentan las mujeres al salir solas en espacios públicos.
Durante el estudio se encuestaron a casi 400 expertos en 22 ciudades de los seis continentes, con el fin de examinar los riesgos de seguridad a los que se someten.
(LEA:Bogotá, una de las ciudades con más violencia infantil)
Se determinó que Lima (Perú), ocupando el cuarto puesto a nivel general, es la ciudad más peligrosa del mundo para que las niñas salgan solas, ya sea durante el día o la noche, mientras que Johannesburgo (Sudáfrica) en el segundo puesto, es la más peligrosa por robos y violación sexual.
Estocolmo ocupó el último puesto, siendo la ciudad más segura para que las niñas salgan solas de su casa o utilicen el transporte público, debido a sus bajos índices de acoso sexual.
(LEA:Una de cada diez niñas o jóvenes ha sufrido algún tipo de acto sexual forzado)
Las vías de solución que más se resaltaron fueron abordar las normas de género, donde la mujer aún se cataloga como población vulnerable, mediante la pedagogía y sensibilización de niños y hombres, también pensar en la necesidad de mejorar la infraestructura de la ciudad, como la iluminación adecuada en las noches, la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en espacios públicos, y sobre todo contar con una mayor voluntad política que permita mejorar la aplicación de la ley al respecto.
El 60% de los expertos aseguran que el acoso sexual casi nunca se denuncia a las autoridades. Esto sucede por el miedo de ser juzgadas y por los traumas que les puede representar el hecho.
El reporte de Plan International (una ONG que promueve los derechos de los niños y la igualdad de las niñas), se identificó que Bogotá reúne todas las características para ser la ciudad con mayor riesgo de acoso sexual para niñas y mujeres jóvenes en el mundo.
De acuerdo con el informe, el acoso sexual se describe como piropos, burlas, contacto físico y miradas fijas, y se determina como el principal riesgo que enfrentan las mujeres al salir solas en espacios públicos.
Durante el estudio se encuestaron a casi 400 expertos en 22 ciudades de los seis continentes, con el fin de examinar los riesgos de seguridad a los que se someten.
(LEA:Bogotá, una de las ciudades con más violencia infantil)
Se determinó que Lima (Perú), ocupando el cuarto puesto a nivel general, es la ciudad más peligrosa del mundo para que las niñas salgan solas, ya sea durante el día o la noche, mientras que Johannesburgo (Sudáfrica) en el segundo puesto, es la más peligrosa por robos y violación sexual.
Estocolmo ocupó el último puesto, siendo la ciudad más segura para que las niñas salgan solas de su casa o utilicen el transporte público, debido a sus bajos índices de acoso sexual.
(LEA:Una de cada diez niñas o jóvenes ha sufrido algún tipo de acto sexual forzado)
Las vías de solución que más se resaltaron fueron abordar las normas de género, donde la mujer aún se cataloga como población vulnerable, mediante la pedagogía y sensibilización de niños y hombres, también pensar en la necesidad de mejorar la infraestructura de la ciudad, como la iluminación adecuada en las noches, la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en espacios públicos, y sobre todo contar con una mayor voluntad política que permita mejorar la aplicación de la ley al respecto.
El 60% de los expertos aseguran que el acoso sexual casi nunca se denuncia a las autoridades. Esto sucede por el miedo de ser juzgadas y por los traumas que les puede representar el hecho.