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La semana pasada debió ser la peor semana para los directivos de EPM. Tomar una decisión como cerrar las compuertas de una hidroeléctrica y provocar una disminución brutal del caudal del segundo río más importante de un país no es algo para lo que un gerente esté entrenado o preparado. Cada centímetro cúbico menos de agua en el río Cauca se fue convirtiendo en un centímetro cúbico más de presión política, social y mediática sobre la empresa. El otro escenario, no cerrarlas, al parecer podía conducir a un colapso de todo el proyecto.
El viernes, cuando el caudal del río Cauca había bajado a menos de 50 metros cúbicos por segundo, siendo el caudal mínimo 450 metros cúbicos por segundo, el país entero estaba en un estado de crispación muy alto. Nunca nadie pensó que la construcción de esa hidroeléctrica podía terminar en una catástrofe de esta dimensión.
En medio de la angustia nacional, una fotografía apareció para apaciguar un poco los ánimos. Un túnel borroso, con una bóveda intacta y unas columnas a lado y lado perfectamente en pie eran la señal de que todos los sacrificios que se hicieron y las decisiones difíciles tenían una compensación: la casa de máquinas de la que promete convertirse en la hidroeléctrica más grande del país y va a suplir un 20% de la energía que necesitan los colombianos estaba relativamente sana.
Prácticamente todos los medios de comunicación divulgamos la imagen. También figuras políticas como el expresidente Uribe. EPM nunca lo hizo oficialmente, pero casi en sincronía con la reproducción de las fotos por todas partes su gerente Jorge Londoño resaltó tres aspectos del cuarto de máquinas:
2. Las vigas que soportan la estructura resisten el caudal.
3. El puente grúa se encuentra perfectamente instalado.
De manera indirecta Londoño nos reveló que su atención estaba en el mismo lugar de la foto: una caverna, con vigas y un puente al fondo. Que es precisamente las tres cosas que vemos en la foto filtrada a la prensa.
Pero con el paso de las horas aparecieron dudas. La imagen se parecía mucho más a los “render” que usan geólogos y arquitectos para simular escenarios en computador que a una fotografía común y corriente.
Santiago Ardila Reyes, un animador en programas 3D, fue uno de los primeros en tomarse el trabajo de intentar develar la veracidad de la foto. En un video que difundió a través de redes sociales realizó un análisis en el que planteó varias dudas. La primera fue la cantidad de luz. “Esto no es el flash de una cámara. Esto no se puede lograr con un flash. Si hubiera un concierto sería como tomar la foto e iluminar todo el stage”, argumentó. La segunda duda fue la ausencia de sombras de las columnas. La tercera fue la turbiedad del agua del río Cauca que contrasta con la transparencia de la piscina que se ve en la foto. Además de no observarse la más mínima turbulencia en el agua. Su cuarta crítica apuntó a la profundidad de campo. Cualquiera que ha tomado una foto familiar sabe que unas cosas salen enfocadas y otras no. En esta foto todo el túnel aparece nítido.
Al comparar la imagen con una anterior del cuarto de máquinas, Santiago destaca unos remaches que aparecen al lado contrario. Por último señala que la grúa del fondo es de color amarillo y en la imagen aparece de otro color.
Hasta ahí las dudas de Santiago, el animador 3D.
Se extienden las dudas.
Ante los rumores que se multiplicaban el fin de semana, Blu Radio contactó a Empresas Públicas de Medellín para confirmar la veracidad. La fotografía, le dijeron, sí es real pero no reconocieron la autoría. “EPM dijo que la fotografía no fue ordenada por la compañía y que, al parecer, fue filtrada por uno de los geólogos y técnicos que ingresaron al sitio para ir asegurando el ingreso definitivo allí”.
¿Es o no es real la imagen?
Discernir si una imagen es un render o una foto real debería ser una tarea fácil. Pero no lo es. Decidí enviársela junto a un video filmado con un dron por periodistas de El Tiempo a dos astrofísicos: Juan Diego Soler y Jorge Zuluaga. ¿Por qué astrofísicos? Porque su profesión consiste básicamente en obtener y analizar imágenes de objetos distantes en la oscuridad usando instrumentos que registran la luz, mucha veces en frecuencias que van más allá de las percepción natural del ojo humano. También a un grupo de ingenieros electrónicos y a otro animador que trabaja con 3D.
Primera pregunta: ¿Con qué cámara se tomó la foto?
Las posibilidades, me explicó Soler, se reducen a una cámara digital con sensores de luz visible, como la que tiene un celular, o a una cámara que registre la luz infrarroja cercana. Mientras las primeras captan un espectro de luz entre 300 y 800 nanómetros de longitud de onda, casi el mismo rango que el ojo humano, la segunda captan entre 750 y 1400 nanómetros, que es usa para transmisión de información en fibra óptica y en cámaras de visión nocturna.
Hubo consenso en que una cámara de luz visible en esas circunstancias (una enorme caverna oscura) no permitiría tomar una foto como esa sin echar mano de una gran fuente de luz capaz de iluminar toda la caverna. Un flash enorme. Ese fue el error que cometió Santiago Ardila en su análisis. Sus dudas estaban basadas en la suposición de que EPM usó una cámara de luz visible.
Pero existe otra posibilidad para tomar una foto como esa: una cámara de infrarrojos cercanos. Jorge Zuluaga me explicó que “el infrarojo cercano tiene las mismas propiedades en términos ópticos de la luz visible”. Un buen ejemplo son las cámaras de vigilancia que funcionan en ese espectro de luz y por eso pueden captar imágenes aunque sea de noche y muchos detalles se escapen a la visión normal del ojo humano.
En este caso el agua sería un elemento clave para juzgar la fotografía. El agua no deja pasar los infrarrojos y se convierte en un espejo. En ese sentido no estamos viendo agua transparente, ni columnas debajo del agua como argumenta Santiago Ardila. Aquí va un ejemplo de una piscina retratada con una cámara de luz visible en contraste con una tomada con cámara de infrarrojos.
Estamos viendo entonces un espejo casi perfecto. Fíjese en el reflejo final de la grúa o el reflejo de las columnas. César Aceros, ingeniero electrónico colombiano le pidió a un grupo de ingeniería de la Universidad de Puerto Rico donde hace un doctorado que analizaran la foto. Para ellos la conclusión es que la foto sólo podía ser tomada con infrarrojos. “Es una muy buena foto pero no es fácil tomar imágenes en infrarrojo en esas circunstancias. Hay que ajustar muy bien parámetros de longitud de onda pues pueden salir muy saturadas. Hay que hacer muchos ajustes para tener una foto como esa”. Coincidieron con los astrofísicos en que es imposible tomar esa imagen con una cámara de luz visible.
Segunda pregunta: ¿Dónde estaba la cámara?
La casa de máquinas es un cuarto gigantesco de 240 metros de largo, 23 de ancho y 49 de alto. ¿Cómo instalaron la cámara? Es difícil pensar que un dron permita tomar una foto como esa porque no da la estabilidad suficiente para evitar que la imagen resulte borrosa. ¿Un túnel de ventilación por el que introdujeron la cámara? “Sin esa información especularía que fue tomada desde una línea de ventilación cerca al techo. Bajaron un robot o un aparato con fibra óptica. No creo que hagan falta muchas maniobras. Esto no fue tomado con dron”, apuntó Zuluaga.
El que hayan usado una cámara de infrarrojos no anula completamente el problema de iluminación que sugería Santiago el diseñador 3D. "La iluminación es un problema tanto para la luz visible como para el infrarrojo cercano. Incluso en el infrarrojo cercano tendrían que haber utilizado una fuente de luz muy potente para iluminar el fondo de la enorme cavidad. De hecho es difícil encontrar un precedente de una foto similar con un campo de visión tan amplio y profundo", dice Soler. Y las dudas renacen.
Tercera pregunta: ¿Dónde están las sombras?
Los sistemas de visión nocturna funcionan bajo dos principios. El primero es la emisión térmica, “usted y yo brillamos en luz infrarroja lejana y en esas frecuencias nos vemos como veía el extraterrestre a sus víctimas en la película Depredador. Esa no sirve para tomar la foto porque todo en esa cavidad está a casi la misma temperatura”, explica Soler.
La segunda opción es un mejorador de imagen (image enhancer), “que recoge y amplifica la luz en frecuencias más allá del rango visible, incluyendo el infrarrojo cercano”. Pero este segunda opción requiere de una fuente de luz para iluminar los objetos lejanos en esa cavidad, “por eso las cámaras de seguridad de visión nocturna tienen esos bombillitos (LED) como los del control del televisor alrededor del lente” añade el astrofísico.
Cámaras con aplicaciones militares logran observar detalles en objetos alejados hasta 5 kilómetros en condiciones que al ojo humano parecerian de total oscuridad usando sistemas de láser que producen luz en frequencias de infrarrojo cercano. Para tomar una foto como la de la sala de máquinas, también se necesitaría una fuente de luz en infrarrojo cercano. Esa fuente produce sombras, como las que aparecen si usted toma una foto con flash de un corredor oscuro, y esas sombras parecen ausentes de la imagen. Pero el análisis de esas sombras es complejo, para Zuluaga hay unas pequeñas sombras y en efecto si la fuente es frontal, las sombras se proyectarían hacia atrás, dificultando su interpretacion. (Aquí hay un video que da una idea sobre cómo funcionan este tipo de cámaras).
Cuarta pregunta: El agua
Santiago dice en su video que el agua perfectamente quieta no tiene justificación en esta imagen. Es un argumento interesante. Antes de cerrar las compuertas, el tumultuoso río Cauca pasaba por aquí. Pero al cerrarlas, una en enero y la otra la semana pasada, dejó de entrar agua al cuarto de máquinas. La pregunta entonces es por qué no está saliendo por abajo, por donde salía antes.
Santiago Ortega, profesor de la Escuela de Ingeniería de Antioquia me explicó que existen dos clases de turbinas. Las Pelton en cuyo caso el agua sí pasaría directo porque funcionan por presión atmosférica y la casa de máquinas se habría desocupado casi al instante. Y las turbinas Francis, que son las instaladas en Hidroituango, que trabajan sumergidas y funcionan con presión. La casa de máquinas además está por debajo del nivel del río por lo que se necesitarán motobombas para extraer toda el agua. Bajo este argumento es posible que quien entró al cuarto de máquinas encontrara una piscina estancada.
Para Zuluaga y para Soler, los reflejos son consistentes con una imagen en infrarrojo cercano porque esas frecuencias no se transmiten bien a través del agua, impidiendo ver lo que se encuentra bajo su superficie.
Quinta pregunta: ¿Qué tan turbia es el agua?
Este argumento se cae si la foto es con infrarrojos. Como en un charco de petróleo en luz visible, si no se puede ver bajo la superficie el agua se ve como un espejo.
Sexta pregunta. ¿Son las mismas columnas?
En el video con dron de la casa de máquinas que divulgó El Tiempo en mayo de 2018, se puede apreciar que no todas las columnas tienen el mismo grosor. Hay dos que son casi el doble de anchas que las otras. En la foto cuestionada, vemos todas las columnas de la misma dimensión. Salvo una al lado derecho que se ve ligerísimamente más gruesa. Pero no lo suficiente. Un punto por aclarar si lograramos tener acceso a otra imagen. Si EPM entró el viernes al cuarto de máquinas tomaron muchas imágenes.
Con un ejercicio de trigonometría básica sobre la foto que aplicó Soler, para ver si los anchos de las columnas son distintos (como se ve en el video de El Tiempo) la respuesta es si, son distintos. "Como por supuesto lo sería un render de la obra". No nos llevó muy lejos esa pregunta.
Séptima pregunta: Los brillos de los objetos
Ante las dudas en los brillos de la roca, las columnas y los pernos “argumentaría que es otra longitud de onda”, repite Zuluaga y eso obliga a no juzgar la imagen como lo haríamos con cualquier fotografía familiar.
Octava pregunta. Los pernos.
En la foto filtrada aparecen a la derecha de la caverna. En el video de El Tiempo, los mismos pernos aparecen a la izquierda. Pero aquí hay un problema: no sabemos dónde estaba la cámara. Es una pista que indica que fue tomada del lado totalmente contrario al del dron de El Tiempo. Es lo único que explicaría esa inconsistencia.
Novena pregunta. Rayas en la bóveda
Cuando otro colega colombiano que trabaja con programas de animación y 3D vio la fotografía su atención se centró, además de las sombras y una perfección sospechosa de las columnas, en la bóveda. “Parecen rayas sobrepuestas y no de la roca natural”, dijo. Aparecen sobre todo en el lado derecho.
Décima pregunta: Color de la grúa
Zuluaga dice que el elemento que más lo convence para pensar que la foto es real, tomada con una cámara infrarroja, es el color de la grúa. “El amarillo es demasiado notorio en luz visible y aquí no se ve”. En efecto en frecuencias distintas a la luz visible, los colores como los vemos los humanos no existen, “en el infrarrojo cercano las hojas de los árboles tienen el mismo color que el tronco y los ríos son espejos” añade Soler.
Undécima pregunta. La textura de los muros y el ruido
Precisamente esa propiedad del infrarrojo haría que cualquier mancha de humedad en las paredes de la cavidad tuviera un alto contraste con respecto a las rocas secas. "Las vetas de humedad y las irregularidades se verían claramente en el infrarrojo cercano, pero en la imagen se parecen a los polígonos que se utilizan para simular texturas en la animación por computador", apunta Soler. Además, la imagen no tienen ninguna señal del ruido que tienen las imágenes en el infrarrojo, especialmente en condiciones de baja luminosidad. “Si está imagen es real, está fuertemente procesada digitalmente”, concluye el astrofísico.
La respuesta inaudita.
Después de tres días intentando encontrar en la fotografía una pista incuestionable de su veracidad o falsedad, seguíamos sin esa certeza. Pero al menos algunas cosas estaban claras. Si la foto es real fue tomada con una cámara de infrarrojos. Nada más podría explicar los elementos ya mencionados. También que ya había sido procesada y retocada digitalmente lo que hace aún más dificil juzgar su originalidad.
Quedaba entonces el camino corto. Preguntarle a EPM por el origen de la foto. Las respuestas de su gerente habían sido ambiguas en otros medios de comunicación. Todo lo que queríamos saber era el tipo de cámara que usaron. Eso nos despejaría casi todas las dudas.
La persona encargada de comunicaciones que respondió nuestra llamada insistió en que no sabían quién había tomado la foto pero afirmó que era real. Insistimos en que no tiene sentido que digan eso teniendo en cuenta que el lugar está bajo absoluto control de EPM y nadie anda como turista tomando fotos por ahí del cuarto de máquinas inundado en medio de una tragedia.
Finalmente nos dijo que lo iba a consultar. Minutos más tarde nos llamó, luego de consultar con el vicepresidente de ingeniería, para asegurar que la foto debió ser tomada con un “celular”.
En este punto puede ser que resulte bastante difícil discernir la veracidad de la foto, pero lo que sí está claro es que no existe un celular en el mundo capaz de tomar una foto como esa. Si los ingenieros de EPM tienen uno, cambiarían para siempre la historia de la fotografía. Sería sin duda una tecnología más valiosa que vender electricidad.
*Si encuentra alguna pista sólida que nos permita resolver estas preguntas escríbame a pcorrea@elespectador.com
Lea: Más pistas sobre la foto de EPM que nos tiene confundidos.
Lea: Comunicado de EPM sobre la foto cuestionada