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                                                                                                                                Temor e incertidumbre por salida de los excombatientes de Charras

                                                                                                                                Aunque el traslado del espacio de reincorporación no se dará pronto, el anuncio causó preocupación a las comunidades de este corregimiento en Guaviare, a las que no se les han cumplido las promesas del Acuerdo de Paz.

                                                                                                                                Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08

                                                                                                                                Charras queda en zona de reserva forestal, lo cual impide titular la tierra o cultivarla. / Mauricio Alvarado - El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                (Le puede interesar: El retorno al cementerio de Charras (Guaviare))

                                                                                                                                El anuncio lo hizo Andrés Stapper, director de la Agencia de Normalización y Reincorporación (ARN). Serán cinco los espacios de reincorporación que se van a trasladar: Tumaco (Nariño), Pradera (Putumayo), Yarí (Meta), Ituango (Antioquia) y Charras (Guaviare). Colombia 2020 estuvo en esta última zona a comienzos de este año y notó la preocupación que causó este anuncio a la comunidad. “Esta zona volverá a quedar muerta otra vez”, señaló Alberto Cifuentes, uno de los pocos habitantes que regresaron a Charras después del desplazamiento masivo de 2002.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “El Estado nos volteó a mirar”

                                                                                                                                Charras es un caserío que tiene alrededor de 40 casas de madera, varias de ellas abandonadas, y cerca de 200 habitantes. Está a tres horas de San José de Guaviare por vía destapada. El agua no es potable. La recogen de la lluvia en tanques o con motobombas. La energía solo funciona hasta las 8 p.m., para que rinda el ACPM de la planta eléctrica que ellos mismos mantienen. Cada familia paga $50.000 al mes por unas horas de energía al día.

                                                                                                                                Pie de foto: La comunidad se reúne en las tiendas del casería para ver televisión. A las 8 p.m. ya está todo apagado./ Nelsón Cárdenas.

                                                                                                                                Apenas en 2013 ese caserío volvió a levantarse de nuevo, pero no es ni la sombra de lo que fue a comienzos de los años 2000: un pueblo boyante por la bonanza cocalera, con redes eléctricas, repleto de comercios y de gente que usaba relojes y collares de oro. Pero entonces vivía bajo el dominio de grupos paramilitares como el bloque Centauros y los frentes 1, 7 y 44 de las Farc.

                                                                                                                                La vía que comunica a Charras con San José, mejor conocida como la Trocha Ganadera, fue por donde pasaron los paramilitares enviados por Carlos Castaño hacia Mapiripán (Meta) para cometer la masacre ocurrida entre el 15 y el 20 de julio de 1997. Cinco años después, la intensificación de los enfrentamientos entre paramilitares, guerrilla y Ejército provocó el desplazamiento masivo de las familias de Charras. Era un pueblo fantasma.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Contó también que el espacio de reincorporación puso de nuevo a Charras en el panorama nacional, y recordó la visita del expresidente Juan Manuel Santos, en mayo de 2017, cuando lideró la firma de los convenios de sustitución voluntaria de los cultivos de coca con 500 familias. “Ese programa ha fracasado”, agregó. “Nosotros erradicamos, pero no han llegado los proyectos productivos ni tenemos las vías para sacar el plátano o la yuca. Muchos volvieron a resembrar coca”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Caballero explicó que Charras y las veredas de los alrededores aceptaron erradicar sus cultivos de coca y lo hicieron. No quedó mata alguna, según él. Sin embargo, solo recibieron los pagos de $1’800.000 del primer año para seguridad alimentaria. No saben qué pasó con los cultivos y la asistencia técnica que promete el programa.

                                                                                                                                Aun así, cree con que la salida de los excombatientes se alejará mucho más la poca atención del Estado que les llegó.

                                                                                                                                Pie de foto: Jorge Caballero y su esposa, Elena, se dedican a la agricultura en Charras. / Nelson Cárdenas

                                                                                                                                Pero hay una preocupación mucho más grande entre ellos: su seguridad. Así lo expresó Eugenio Tapiero, campesino del caserío: “La Policía y Ejército que cuidan el espacio de reincorporación se irán, lo mismo que la ONU. Después de que ellos se vayan volverán otra vez los grupos armados a tomarse esta región”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Temen que, como en el pasado, los actores armados presentes en el Guaviare tomen represalias con ellos por su cercanía con el espacio de reincorporación y los excombatientes. Según la Defensoría del Pueblo, por el río Inírida y la región del Guayabero están las disidencias de los frentes 1 y 7 de las Farc. También están presentes las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

                                                                                                                                Las razones de los habitantes de Charras justifican su preocupación. El aviso del Gobierno los puso en alerta, pero ante una decisión que ya no puede echarse para atrás piden que les cumplan con las promesas del Acuerdo de Paz y que se den las garantías para que no se repita la historia de violencia que vivieron años atrás.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                ¿Por qué se van los excombatientes?

                                                                                                                                Este espacio de reincorporación no solo beneficia a Charras, sino también a las comunidades de Caño Danta, Caño Rojo, Charrasqueras y Caño Negro. De acuerdo con el coordinador de este espacio, Francisco Gamboa, más conocido como Ricardo Semillas por sus compañeros, decidieron instalarse cerca a Charras justamente porque fue el epicentro de la confrontación armada y porque consideraron que con la implementación del Acuerdo de Paz podrían resarcir el daño causado a estas comunidades.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, la decisión de irse fue estudiada y consensuada con el Gobierno. Se tomó porque ese terreno está dentro de una zona de reserva forestal, es decir, en un área protegida por el Estado donde no se puede cultivar ni titular tierras. “Era inviable adelantar allí proyectos productivos para los excombatientes. Por eso les propusimos que ubicaran un predio más cercano a polos de desarrollo, que tuviera oportunidad de titularidad y vocación productiva del suelo”, explicó Andrés Stapper, director de la ARN.

                                                                                                                                (Lea: Aún hay miedo de contar la verdad del conflicto armado en el sur del Meta)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El predio elegido por los exguerrilleros queda en la vereda Las Lomas, en el corregimiento de Boquerón, ubicado entre Charras y San José del Guaviare, a una hora y media de distancia entre cada uno. Está en zona de reserva campesina y cuenta con mejores suelos para cultivar. Se espera que allá vivan próximamente las 146 personas que habitan el lote en Charras, entre exguerrilleros y sus familias.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                De acuerdo con Stapper, si bien no hay certeza del tiempo exacto que tomará hacer el traslado, sí esperan que no tome más de dos años culminar todo el proyecto: viviendas, servicios públicos, puestos de salud, vías, entre otras.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Resaltó que durante este proceso de transición, el Gobierno seguirá haciéndose cargo de los arriendos, la manutención y los arreglos locales que necesiten los excombatientes que viven en Charras. Y apenas se logre comprar el terreno, se irán adelantando los proyectos productivos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Respecto a las preocupaciones de los habitantes de Charras, Stapper afirmó que la inversión estatal sobre esta comunidad no se irá, ya que es uno de los 170 municipios priorizados en el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). Según información del Gobierno, hay seis obras proyectadas en la vereda de Charras, entre ellas el mejoramiento de la escuela y la construcción de un sistema séptico, que significan una inversión de más de $450 millones.

                                                                                                                                (Vea también: Campesinos vs. indígenas: la pelea por las tierras en Meta y Guaviare)

                                                                                                                                En cuanto a su seguridad, la Defensoría del Pueblo y la Misión de Verificación de la ONU le aseguraron a este medio que seguirán las alertas que puedan presentarse en esta población tras la salida de los excombatientes.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Charras queda en zona de reserva forestal, lo cual impide titular la tierra o cultivarla. / Mauricio Alvarado - El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                (Le puede interesar: El retorno al cementerio de Charras (Guaviare))

                                                                                                                                El anuncio lo hizo Andrés Stapper, director de la Agencia de Normalización y Reincorporación (ARN). Serán cinco los espacios de reincorporación que se van a trasladar: Tumaco (Nariño), Pradera (Putumayo), Yarí (Meta), Ituango (Antioquia) y Charras (Guaviare). Colombia 2020 estuvo en esta última zona a comienzos de este año y notó la preocupación que causó este anuncio a la comunidad. “Esta zona volverá a quedar muerta otra vez”, señaló Alberto Cifuentes, uno de los pocos habitantes que regresaron a Charras después del desplazamiento masivo de 2002.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                “El Estado nos volteó a mirar”

                                                                                                                                Charras es un caserío que tiene alrededor de 40 casas de madera, varias de ellas abandonadas, y cerca de 200 habitantes. Está a tres horas de San José de Guaviare por vía destapada. El agua no es potable. La recogen de la lluvia en tanques o con motobombas. La energía solo funciona hasta las 8 p.m., para que rinda el ACPM de la planta eléctrica que ellos mismos mantienen. Cada familia paga $50.000 al mes por unas horas de energía al día.

                                                                                                                                Pie de foto: La comunidad se reúne en las tiendas del casería para ver televisión. A las 8 p.m. ya está todo apagado./ Nelsón Cárdenas.

                                                                                                                                Apenas en 2013 ese caserío volvió a levantarse de nuevo, pero no es ni la sombra de lo que fue a comienzos de los años 2000: un pueblo boyante por la bonanza cocalera, con redes eléctricas, repleto de comercios y de gente que usaba relojes y collares de oro. Pero entonces vivía bajo el dominio de grupos paramilitares como el bloque Centauros y los frentes 1, 7 y 44 de las Farc.

                                                                                                                                La vía que comunica a Charras con San José, mejor conocida como la Trocha Ganadera, fue por donde pasaron los paramilitares enviados por Carlos Castaño hacia Mapiripán (Meta) para cometer la masacre ocurrida entre el 15 y el 20 de julio de 1997. Cinco años después, la intensificación de los enfrentamientos entre paramilitares, guerrilla y Ejército provocó el desplazamiento masivo de las familias de Charras. Era un pueblo fantasma.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Contó también que el espacio de reincorporación puso de nuevo a Charras en el panorama nacional, y recordó la visita del expresidente Juan Manuel Santos, en mayo de 2017, cuando lideró la firma de los convenios de sustitución voluntaria de los cultivos de coca con 500 familias. “Ese programa ha fracasado”, agregó. “Nosotros erradicamos, pero no han llegado los proyectos productivos ni tenemos las vías para sacar el plátano o la yuca. Muchos volvieron a resembrar coca”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Aun así, cree con que la salida de los excombatientes se alejará mucho más la poca atención del Estado que les llegó.

                                                                                                                                Pie de foto: Jorge Caballero y su esposa, Elena, se dedican a la agricultura en Charras. / Nelson Cárdenas

                                                                                                                                Pero hay una preocupación mucho más grande entre ellos: su seguridad. Así lo expresó Eugenio Tapiero, campesino del caserío: “La Policía y Ejército que cuidan el espacio de reincorporación se irán, lo mismo que la ONU. Después de que ellos se vayan volverán otra vez los grupos armados a tomarse esta región”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Las razones de los habitantes de Charras justifican su preocupación. El aviso del Gobierno los puso en alerta, pero ante una decisión que ya no puede echarse para atrás piden que les cumplan con las promesas del Acuerdo de Paz y que se den las garantías para que no se repita la historia de violencia que vivieron años atrás.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Este espacio de reincorporación no solo beneficia a Charras, sino también a las comunidades de Caño Danta, Caño Rojo, Charrasqueras y Caño Negro. De acuerdo con el coordinador de este espacio, Francisco Gamboa, más conocido como Ricardo Semillas por sus compañeros, decidieron instalarse cerca a Charras justamente porque fue el epicentro de la confrontación armada y porque consideraron que con la implementación del Acuerdo de Paz podrían resarcir el daño causado a estas comunidades.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Lea: Aún hay miedo de contar la verdad del conflicto armado en el sur del Meta)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El predio elegido por los exguerrilleros queda en la vereda Las Lomas, en el corregimiento de Boquerón, ubicado entre Charras y San José del Guaviare, a una hora y media de distancia entre cada uno. Está en zona de reserva campesina y cuenta con mejores suelos para cultivar. Se espera que allá vivan próximamente las 146 personas que habitan el lote en Charras, entre exguerrilleros y sus familias.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                De acuerdo con Stapper, si bien no hay certeza del tiempo exacto que tomará hacer el traslado, sí esperan que no tome más de dos años culminar todo el proyecto: viviendas, servicios públicos, puestos de salud, vías, entre otras.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Resaltó que durante este proceso de transición, el Gobierno seguirá haciéndose cargo de los arriendos, la manutención y los arreglos locales que necesiten los excombatientes que viven en Charras. Y apenas se logre comprar el terreno, se irán adelantando los proyectos productivos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Vea también: Campesinos vs. indígenas: la pelea por las tierras en Meta y Guaviare)

                                                                                                                                En cuanto a su seguridad, la Defensoría del Pueblo y la Misión de Verificación de la ONU le aseguraron a este medio que seguirán las alertas que puedan presentarse en esta población tras la salida de los excombatientes.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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