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Las víctimas que fueron secuestradas por las Farc, durante el conflicto armado, desmienten con firmeza que hayan recibido un trato adecuado, como la exguerrilla convertida en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Compun (FARC) mencionó en su primera declaración colectiva sobre este caso que entregó a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y dio a conocer este diario en días pasados.
Para las víctimas, según la JEP, durante su cautiverio fueron recurrentes los malos tratos, como los reportados por Ingrid Betancur, el hambre constante, las marchas sin compasión por el estado físico de los cautivos, el ser observados incluso al hacer sus necesidades físicas, ser objetos de burla e insultos de manera constante y la falta de comunicación con sus familiares. Además, las víctimas reportaron casos de violencia sexual, en especial contra las mujeres. Las víctimas entregaron 272 observaciones en las que, en general, creen que los miembros de la extinta guerrilla no reconocen ni aportan verdad suficiente sobre los vejámenes que padecieron.
Otra de las observaciones más comunes de las víctimas se refiere a preguntas que los miembros de la extinta guerrilla no respondieron, y que las víctimas consideran que son aportes necesarios a la verdad plena dentro de este caso. Y muchas de ellas también pidieron a la Sala de Reconocimiento la práctica de pruebas específicas sobre estos temas.
Así como subrayaron la falta de compasión en las expresiones utilizadas por los exguerrilleros para referirse al secuestro y las palabras utilizadas para minimizar el sufrimiento que padecieron, en especial la comparación de los lugares y condiciones de cautiverio con cárceles del Estado.
(Puede leer también: Las excusas de las Farc)
Además, muchas víctimas consideran que las versiones de los exjefes de las Farc-EP siguen un libreto que tiene la intención de “maquillar la verdad” sobre los secuestros cometidos. Y que es falso que los campesinos apoyaban a las Farc-EP, cuando en realidad durante mucho tiempo estuvieron obligados por la fuerza de las armas y la amenaza del castigo. De acuerdo con cifras de la JEP, el 25% de las víctimas que hicieron observaciones permanecieron en poder del Bloque Oriental de las Farc que operó en los Llanos orientales, entre Caquetá, Meta y Guaviare, principalmente. Las víctimas hicieron más observaciones sobre hechos que comprometen a los frentes que hicieron parte de este Bloque.
Las demás, en su orden, fueron hechas por víctimas del Bloque Sur que operó en Caquetá, Putumayo y sur del Huila, así como del Bloque Noroccidental que operó en Antioquia y sus alrededores. Dentro de estas observaciones, las víctimas allegaron un total de 76 demandas de verdad sobre hechos concretos, la mayoría de ellas dirigidas a estos bloques.
El 28 de febrero culminó la etapa de observaciones a las versiones de las Farc, en la cual se consultó a 1.908 víctimas acreditadas dentro del caso 01, conocido como “retención ilegal de personas por parte de las FARC-EP”, se dio traslado de las versiones a las más de 700 que así lo solicitaron y se recibieron 272 observaciones individuales o grupales. Sin embargo, por problemas en la plataforma electrónica, la Sala de Reconocimiento de la JEP comunicó que extendió hasta el 20 de marzo el plazo para que 60 víctimas acreditadas realicen sus observaciones a estas versiones, incluyendo Ingrid Betancur, una de las víctimas más críticas de este supuesto aporte o contribución a la verdad de lo que padecieron durante el cautiverio.
(Más sobre el tema: La versión libre que entregó el Bloque Oriental de las Farc sobre el secuestro)
Por lo pronto, el tribunal especial continuará con las versiones colectivas de los exmiembros de las Farc. Además, convocará a las víctimas a ampliaciones orales de las observaciones en los meses de abril y mayo para profundizar en estas, si así lo desean. La Sala de Reconocimiento culminará su labor de contrastación con la práctica de pruebas en los temas en los que persistan contradicciones y vacíos antes de llegar a una conclusión sobre cuál es el aporte a la verdad plena de los exjefes de la guerrilla en el caso 01.