Un libro que recoge la obra del poeta y periodista Julio Daniel Chaparro
El reportero, que fue asesinado en Segovia (Antioquia) el 14 de abril de 1991, dejó profusas crónicas y poemas sobre la realidad del país. "Inquieta Certidumbre", como se llama el libro, es la recopilación más completa de sus obras periodísticas y poéticas.
Nicolás Sánchez Arévalo / @ANicolasSanchez
Sin saber que su muerte era inminente, Julio Daniel Chaparro envió un telegrama el 14 de abril de 1991 con las últimas correcciones de su poemario ‘Árbol ávido’ a Villavicencio (Meta). Nunca tuvo ese libro en sus manos, debido a que horas después fue asesinado, junto al fotógrafo Jorge Torres, en la calle La Reina de Segovia (Antioquia). En medio del duelo por su muerte, el documento vio la luz en la Feria Internacional del Libro de Bogotá apenas días después. Tras 28 años, la Fundación Fahrenheit 451 se dio a la tarea de compilar gran parte de su obra poética y periodística en 'Inquieta Certidumbre', compilación que fue lanzada el pasado 5 de diciembre en la capital del país.
(Lea también: Julio Daniel Chaparro: la irreverencia de un poeta)
Cuando Chaparro fue asesinado estaba en medio de la elaboración se una serie de crónicas para el El Espectador, que se llamó ‘Lo que la violencia se llevó’. Por ese trabajo periodístico al reportero le fue concedido como un homenaje póstumo el premio nacional Simón Bolívar. El libro rescata varios textos más que escribió desde su llegada al periódico en 1988.
Por otra parte, también se compilaron muchos de los poemas que escribió Chaparro. Algunos fueron publicados en los libros "Y éramos como soles" (1986) y en "País para mis ojos" (1987), pero otros son inéditos.
Hablamos con Daniel Chaparro, el mayor de los dos hijos que tuvo el periodista y poeta, quien habló de la importancia de "Inquieta Certidumbre" (libro que se puede adquirir en la página web de la Fundación Fahrenheit 451) y se refirió a la pertinencia de este en un país en el que los jóvenes han protagonizado el paro nacional más grande de las últimas décadas. También criticó la decisión de la Fiscalía de ordenar la captura de tres comandantes del ELN por supuestamente ser determinadores del asesinato y le pidió a ese grupo armado que aclare si tuvo que ver con el homicidio de su padre.
¿Cómo dialoga este libro con la realidad actual del país y unos jóvenes que se volcaron a las calles y protagonizan el paro más grande de la historia reciente de Colombia?
En el sentido en que los jóvenes de hoy pueden tener un diálogo con los jóvenes de antaño. En ese espíritu juvenil del quehacer para transformar, para cambiar las cosas. Creo que la obra de Julio Daniel y la esencia de su escritura da mucho para los jóvenes que están saliendo y tomándose las calles con esa intención de transformar el descontento no en desdicha y agobio, sino en algo que cambie las cosas. Esa propuesta, a pesar de ser muy sutil, lo que intentaba era narrar un país para procurar transformarlo. Todos estos gestos, desde cualquier rincón que salgan, surgen con esa intención de modificar esa violencia que nos transcurre a nosotros como una herencia que se podría evitar.
¿Qué significa para la familia la publicación de "Inquieta Certidumbre"?
Es la posibilidad de hacer una obra completa y rendirle tributo a Julio Daniel Chaparro, un hombre que se dedicó a las letras. Es la primera vez que se compila la crónica y la poesía que él escribió. Es un gesto que trasciende el ámbito familiar y que se propone transmitir su obra completa. La noción familiar es superada.
¿Este es el libro más completo sobre la obra de Julio Daniel Chaparro?
Sí, de hecho, es el libro que permite evidenciar cómo la poesía nutre el ejercicio periodístico, cómo la propuesta poética está impregnada de la reportería. Es mostrarle a la gente cómo un joven de los 80 pudo tener un estilo narrativo para contar el país que le tocó en suerte y cómo, para contarlo, acudió a la poesía y al periodismo. Él entendía el periodismo como la oportunidad de hacerse a la cotidianidad del país y específicamente a la de la gente, eso es el motor para que presentara una propuesta de periodismo narrativo como la que tenía y poder nutrirse de estéticas literarias.
¿Sienten que con esta publicación Julio Daniel Chaparro sigue vivo?
El objetivo de narrar el país, de contarlo, sigue vigente. El espíritu de un joven que vivió su vida con mucho vigor sigue latente en un país donde a pesar de las distancias que nos alejan, casi 30 años de la década de los 80, hay muchas continuidades de ciclos de violencia que siguen acontenciendo. Creo que esa posibilidad de narrar desde una mirada que no es compasiva ni que genera asimetría con el dolor ajeno, sino que está compenetrada con él. Es una mirada y una escucha que sigue vigente. Sobre todo, hay un vigor juvenil de la obra de él que nos seguirá acompañando.
En octubre ordenaron la captura de tres jefes del Eln por el asesinato de su padre ¿Sintieron eso como un avance de la justicia?
Eso es un avance que va hacia atrás porque es una decisión que la justicia había tomado como en el 92. Si uno mira el expediente y el proceso, la sindicación al Eln se había hecho en los primeros años de investigación, pero que la misma justicia había negado y que ahora retoma. El esclarecimiento de los responsables sigue pendiente, ya casi se cumplen 30 años de los asesinatos de Julio Daniel y Jorge Torres, no tenemos respuestas claras, no hay reconocimiento. La justicia sindica al Eln como responsable, ese actor armado debería rechazar o reconocer esa sindicación que se les hace.
(Lea también: El expediente por el asesinato de los periodistas Julio Daniel Chaparro y Jorge Torres)
¿La justicia a la memoria de su padre ha venido más de la gente que se ha propuesto recuperar la memoria que de la rama judicial?
Sí. Estos gestos son más precisos y justos con la obra y la vida de él, creo que se convierten en la posibilidad que tiene la gente que lo apreció. En ese sentido sí creo que contribuye un poco más que la justicia misma, la cual, 30 años después de una espera muy larga, no augura mucho éxito.
¿Qué espera que logre el libro?
Hay una intención grande y es que dialogue con los jóvenes, que se haga un vínculo de transmisión generacional. En un principio la idea es que las facultades de comunicación social retomen a alguien que tuvo una propuesta periodística que vale la pena ser actualizada. Pero va más allá, creo que no sólo tiene que ver con los jóvenes que están estudiando periodismo, la posibilidad de acudir a estéticas narrativas para contar lo que está a su alrededor es algo que no sólo le incumbe a la gente que se está formando para eso, sino a la sociedad en general. Creo que Julio Daniel pone una propuesta ahí de una forma de contar las vidas. La forma en que nos narramos es muy importante para comprendernos como sociedad.
Sin saber que su muerte era inminente, Julio Daniel Chaparro envió un telegrama el 14 de abril de 1991 con las últimas correcciones de su poemario ‘Árbol ávido’ a Villavicencio (Meta). Nunca tuvo ese libro en sus manos, debido a que horas después fue asesinado, junto al fotógrafo Jorge Torres, en la calle La Reina de Segovia (Antioquia). En medio del duelo por su muerte, el documento vio la luz en la Feria Internacional del Libro de Bogotá apenas días después. Tras 28 años, la Fundación Fahrenheit 451 se dio a la tarea de compilar gran parte de su obra poética y periodística en 'Inquieta Certidumbre', compilación que fue lanzada el pasado 5 de diciembre en la capital del país.
(Lea también: Julio Daniel Chaparro: la irreverencia de un poeta)
Cuando Chaparro fue asesinado estaba en medio de la elaboración se una serie de crónicas para el El Espectador, que se llamó ‘Lo que la violencia se llevó’. Por ese trabajo periodístico al reportero le fue concedido como un homenaje póstumo el premio nacional Simón Bolívar. El libro rescata varios textos más que escribió desde su llegada al periódico en 1988.
Por otra parte, también se compilaron muchos de los poemas que escribió Chaparro. Algunos fueron publicados en los libros "Y éramos como soles" (1986) y en "País para mis ojos" (1987), pero otros son inéditos.
Hablamos con Daniel Chaparro, el mayor de los dos hijos que tuvo el periodista y poeta, quien habló de la importancia de "Inquieta Certidumbre" (libro que se puede adquirir en la página web de la Fundación Fahrenheit 451) y se refirió a la pertinencia de este en un país en el que los jóvenes han protagonizado el paro nacional más grande de las últimas décadas. También criticó la decisión de la Fiscalía de ordenar la captura de tres comandantes del ELN por supuestamente ser determinadores del asesinato y le pidió a ese grupo armado que aclare si tuvo que ver con el homicidio de su padre.
¿Cómo dialoga este libro con la realidad actual del país y unos jóvenes que se volcaron a las calles y protagonizan el paro más grande de la historia reciente de Colombia?
En el sentido en que los jóvenes de hoy pueden tener un diálogo con los jóvenes de antaño. En ese espíritu juvenil del quehacer para transformar, para cambiar las cosas. Creo que la obra de Julio Daniel y la esencia de su escritura da mucho para los jóvenes que están saliendo y tomándose las calles con esa intención de transformar el descontento no en desdicha y agobio, sino en algo que cambie las cosas. Esa propuesta, a pesar de ser muy sutil, lo que intentaba era narrar un país para procurar transformarlo. Todos estos gestos, desde cualquier rincón que salgan, surgen con esa intención de modificar esa violencia que nos transcurre a nosotros como una herencia que se podría evitar.
¿Qué significa para la familia la publicación de "Inquieta Certidumbre"?
Es la posibilidad de hacer una obra completa y rendirle tributo a Julio Daniel Chaparro, un hombre que se dedicó a las letras. Es la primera vez que se compila la crónica y la poesía que él escribió. Es un gesto que trasciende el ámbito familiar y que se propone transmitir su obra completa. La noción familiar es superada.
¿Este es el libro más completo sobre la obra de Julio Daniel Chaparro?
Sí, de hecho, es el libro que permite evidenciar cómo la poesía nutre el ejercicio periodístico, cómo la propuesta poética está impregnada de la reportería. Es mostrarle a la gente cómo un joven de los 80 pudo tener un estilo narrativo para contar el país que le tocó en suerte y cómo, para contarlo, acudió a la poesía y al periodismo. Él entendía el periodismo como la oportunidad de hacerse a la cotidianidad del país y específicamente a la de la gente, eso es el motor para que presentara una propuesta de periodismo narrativo como la que tenía y poder nutrirse de estéticas literarias.
¿Sienten que con esta publicación Julio Daniel Chaparro sigue vivo?
El objetivo de narrar el país, de contarlo, sigue vigente. El espíritu de un joven que vivió su vida con mucho vigor sigue latente en un país donde a pesar de las distancias que nos alejan, casi 30 años de la década de los 80, hay muchas continuidades de ciclos de violencia que siguen acontenciendo. Creo que esa posibilidad de narrar desde una mirada que no es compasiva ni que genera asimetría con el dolor ajeno, sino que está compenetrada con él. Es una mirada y una escucha que sigue vigente. Sobre todo, hay un vigor juvenil de la obra de él que nos seguirá acompañando.
En octubre ordenaron la captura de tres jefes del Eln por el asesinato de su padre ¿Sintieron eso como un avance de la justicia?
Eso es un avance que va hacia atrás porque es una decisión que la justicia había tomado como en el 92. Si uno mira el expediente y el proceso, la sindicación al Eln se había hecho en los primeros años de investigación, pero que la misma justicia había negado y que ahora retoma. El esclarecimiento de los responsables sigue pendiente, ya casi se cumplen 30 años de los asesinatos de Julio Daniel y Jorge Torres, no tenemos respuestas claras, no hay reconocimiento. La justicia sindica al Eln como responsable, ese actor armado debería rechazar o reconocer esa sindicación que se les hace.
(Lea también: El expediente por el asesinato de los periodistas Julio Daniel Chaparro y Jorge Torres)
¿La justicia a la memoria de su padre ha venido más de la gente que se ha propuesto recuperar la memoria que de la rama judicial?
Sí. Estos gestos son más precisos y justos con la obra y la vida de él, creo que se convierten en la posibilidad que tiene la gente que lo apreció. En ese sentido sí creo que contribuye un poco más que la justicia misma, la cual, 30 años después de una espera muy larga, no augura mucho éxito.
¿Qué espera que logre el libro?
Hay una intención grande y es que dialogue con los jóvenes, que se haga un vínculo de transmisión generacional. En un principio la idea es que las facultades de comunicación social retomen a alguien que tuvo una propuesta periodística que vale la pena ser actualizada. Pero va más allá, creo que no sólo tiene que ver con los jóvenes que están estudiando periodismo, la posibilidad de acudir a estéticas narrativas para contar lo que está a su alrededor es algo que no sólo le incumbe a la gente que se está formando para eso, sino a la sociedad en general. Creo que Julio Daniel pone una propuesta ahí de una forma de contar las vidas. La forma en que nos narramos es muy importante para comprendernos como sociedad.