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Carolina y Byron hacen tareas escuchando la radio. Ella está en noveno grado y él cursa sexto, y dicen con certeza que el COVID-19 cambió su forma de aprender. Viven en el municipio de Nuevo Colón, Boyacá, estudian en el colegio Llano Grande y en medio de la contingencia por la cuarentena ahora sus clases no son virtuales sino radiales. “Teniendo en cuenta que tenemos dificultades con el acceso a internet, hemos recurrido a la educación radial”, afirma Carolina.
Luz Mery Contreras, su madre, se sienta junto a ellos a escuchar los programas radiales cuando su trabajo en el campo recogiendo peras se lo permite. De lunes a viernes de 9:00 a 10:00 a.m. sintonizan Recreo al aire, un programa creado por los profesores para explicar las actividades de las cartillas que entrega el colegio cada quince días. “Escuchamos el programa y los niños reciben información de cómo hacer las guías. También hay proyectos de educación ambiental, se realizan actividades con los padres y recibimos apoyo de la psicoorientadora”, explica Contreras.
La Institución Educativa Llano Grande, del municipio Nuevo Colón, tiene 245 alumnos y cinco sedes rurales. La radio se ha convertido en un canal de comunicación en el que cada profesor, el día de la semana que le corresponde, puede comunicarse con sus estudiantes. La estrategia se apoya en una biblioteca itinerante, para que todos tengan acceso a los libros.
Alexánder Mojica, docente del colegio Llano Grande y coordinador del programa, comenta que Recreo al aire se sintoniza en la emisora Manzanar Estéreo. En cada emisión participan un docente de bachillerato, uno de primaria y la psicoorientadora. Además, en el programa se están realizando dos actividades para todos los cursos: “Los estudiantes están desarrollando una huerta y también estamos construyendo El diario de la experiencia de estudiar en casa. Esta es una forma de darles vida a las guías y de decirles a los niños que no están solos”, afirma Mojica.
En tiempos de incertidumbre y de grandes cambios por cuenta de la pandemia, en Boyacá la nostalgia del pasado revive y la clave, para muchos, ha sido precisamente volver a las raíces. Así lo cree Arnoldo Candela, un hombre de 88 años de edad que se siente orgulloso de que la radio siga siendo una herramienta para educar, el medio más democrático. Candela participó en 1959 en el proceso de capacitación de los campesinos con Acción Cultural Popular (ACPO), entidad gestora de Radio Sutatenza, y desde 1962 trabajó once años como líder de las escuelas radiofónicas en varias regiones del país. “En ese momento se necesitaba solo una persona que supiera leer y escribir para que sirviera de puente entre el profesor locutor y los alumnos”.
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Radio Sutatenza surgió en 1947 en el Valle de Tenza, liderada por monseñor José Joaquín Salcedo, quien vio en la radio una oportunidad para llegar a los campesinos. Hernando Fernández, educador y oriundo de Sutatenza, resalta que el municipio es recordado como la cuna de las escuelas radiofónicas de Colombia. Para él, es un patrimonio histórico, por eso 73 años después sobrevive en la memoria de los boyacenses como un proyecto que rompió fronteras e implicó una revolución para el campo colombiano.
ACPO, entidad de origen católico, tuvo como objetivo mejorar la calidad de vida rural. Por medio de alianzas con varias entidades, estableció medios educativos en más de 900 municipios. Radio Sutatenza enseñó escritura, lectura, matemáticas y biología; abordaba temas como salud, cuidado de la tierra, espiritualidad y cultura. La iniciativa acercó la educación a la gente, convirtiendo a campesinos en alumnos y maestros. “Había mucha dificultad. Imagínese usted: uno con sesenta años y sin entender las letras y con lámparas de petróleo. Miles de campesinos salimos de la ignorancia con la radio”, afirma Candela.
La iniciativa hizo ver a los campesinos el potencial de la educación. Al comienzo se crearon las escuelas radiofónicas, después hubo una organización por medio de las parroquias para controlar las clases y luego se creó la formación en los institutos, para robustecer la labor en el resto del país.
De ahí que hayan tenido tanto éxito los proyectos actuales para volver a la educación radial en medio de la crisis mundial de salud. “No todos tienen acceso a internet. Buscamos un medio que llegara a cualquier rincón y nos dimos cuenta de que tenemos un potencial grandísimo con Radio Sutatenza, la primera promotora de educación por radio a nivel mundial”, asegura Fernando Zárate, rector de la Institución Educativa Técnica Valle de Tenza, en donde crearon la estrategia Colvatenza en casa.
La institución tiene 804 estudiantes tanto del área rural como urbana y está ubicada en Guateque, Boyacá, a pocos kilómetros de Sutatenza. El programa se emite a través de Sutatenza Estéreo de lunes a viernes de 8:30 a 9:30 a.m., media hora asignada para un docente de primaria y media hora para uno de bachillerato. Édison Piñeros, locutor de la emisora, afirma que los oyentes de mayor edad han manifestado que el programa les evoca recuerdos, además dice que la audiencia no se limita a los estudiantes, pues la señal llega a doce municipios del Valle de Tenza.
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En Guateque, por ejemplo, Katherine Celis y su hija Salomé, estudiante de preescolar, han adquirido el hábito de escuchar la radio. A pesar de que ella y su esposo trabajan, han encontrado un espacio para compartir: “Muchos pensábamos que la radio era algo que ya se había dejado atrás, pero en este momento ha servido mucho. Para mi hija, escuchar a su profe en la radio es una motivación”.
La educación por radio también es un reto para los docentes, pues implica creatividad y organización, como asegura María Inés Salinas, profesora de preescolar que en su primer programa recopiló las experiencias de padres y niños: “La radio se convirtió en una herramienta indispensable. Yo alcanzo a recordar cuando vivía en el campo y mis abuelos llegaban a escuchar radionovelas, otros escuchaban programas sobre cultivos. Yo nunca imaginé tener que idearme algo así para llegar a los niños”. También les leen cuentos y les explican a los padres cómo crear un ambiente escolar en casa.
Desde la Secretaría de Educación de Boyacá también se creó un programa de radio que se emite enlazando las emisoras comunitarias de los 123 municipios, llegando a 254 Instituciones Educativas. “La población rural de estudiantes es cercana a los 50 mil, la conectividad urbana fija es del 44% y la rural del 1.2%, por lo tanto, nuestras estrategias van más allá del uso de las TIC”, afirmó Jaime Raúl Salamanca, Secretario de Educación de Boyacá. El programa sale al aire cada ocho días, con orientaciones a la comunidad educativa sobre el proceso de formación en casa y ha tenido invitados como la Ministra de Educación, María Victoria Ángulo.
Las experiencias de los colegios Valle de Tenza, de Guateque, y Llano Grande, en Nuevo Colón, son un ejemplo de cómo se puede reinventar la educación radiofónica.
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