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Hace dos décadas una pasta color azul levantó muertos. Por primera vez, con solo consumirla, hombres con problemas de erección recuperaron su vida sexual. Sí, parecía magia.
Hoy el viagra se consigue fácilmente en las farmacias. Cualquier persona que hable de disfunción eréctil, de inmediato piensa en la medicina.
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Para Louis Kavoussi, director del Servicio de Urología de Northwell Health Group, el viagra ha tenido un impacto similar al de los antibióticos en el tratamiento de infecciones o las estatinas en el de enfermedades cardíacas. "Por lo tanto era el medicamento perfecto para anunciar a los consumidores. Era una especie de medicamento para (mejorar) el estilo de vida", dice el urólogo.
Lo que arrancó como una suerte de cura momentánea terminó convirtiéndose en un potenciador para quienes no la necesitan. Aunque no presenten disfunción, muchos hombres guardan la pasta color en los cajones de sus nocheros.
“El viagra o sildenafil (nombre genérico) tiene efectos secundarios cardiovasculares, por eso es usual encontrar pacientes con arritmias, taquicardias, dolor torácico e incluso pacientes que mueren por su toma indebida. No es un medicamento 100% seguro cuando se usa de forma inadecuada, sin prescripción médica”, sostiene el sexólogo Carlos Quintero Malo.
Recientemente el profesor universitario Javier Navarrete se separó de su novio. Tras un mes de aislamiento, Javier empezó a salir con otro chico que conoció en la aplicación Tinder. Verlo alegraba sus días, incluso hacía el duelo algo más llevadero. Sin embargo, no se sentía cómodo para tener sexo. Aunque le costaba reconocerlo, en realidad tenía miedo de no funcionar en la cama, por lo que un día, luego de meditarlo varias noches, compró en su droguería de confianza dos pastas de sildenafil, por si le llegaba a hacer falta.
“En una erección hay un estímulo que entra por uno o varios de nuestros sentidos, que produce una excitación. El miembro se agranda porque sus vasos sanguíneos se dilatan, situación que permite el ingreso de más sangre de lo habitual”, explica el médico sexólogo Pedro Leguizamón.
Esta acción que para algunos lectores resulta cotidiana para otros es esquiva y traumática. Tanto que se pueden convertir en apáticos sexuales. Con tal de evitar episodios ingratos por la ausencia de erección, cierran las puertas a tener una intimidad activa o, por el contrario, buscan salidas fáciles, como refugiarse en el viagra (también le puede interesar Sexo oral en la primera cita ¿sí o no? ).
Para evitar malas decisiones, el médico Leguizamón recomienda “romper el tabú, cada vez más hombres se atreven a aceptar que tienen disfunción eréctil. No todas son iguales, su origen puede ser distinto, aunque el 80% de las causas son físicas. La idea es que el paciente con este problema desarrolle hábitos de vida saludables en su alimentación y su actividad deportiva”.