Es conocida como la dieta mediterránea de Messi porque el jugador la implementó y transformó su salud física y rendimiento en la cancha, pero se debe a la buena salud de los habitantes de la cuenca del Mediterráneo.
Son tan efectivos los resultados de la dieta que debe su nombre al régimen alimenticio de los habitantes de la cuenca del Mediterráneo como lo son Italia, Grecia, España, Túnez, Marruecos y Líbano, que fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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Sigue a Cromos en WhatsAppLa dieta mediterránea que se la han acuñado a Messi por ponerla en práctica desde hace 6 años, tiene dos premisas: saludable y sustentable. En realidad, no se trata de un gran secreto. Las personas que deciden llevarla a cabo consumen un porcentaje muy bajo de carnes vacuna y de cerdo -disminuyendo el consumo de agua dulce en el planeta y evita la generación de metano por parte de los bovinos - y a cambio, acuden los frutos del mar en abundancia y a las verduras.
Las críticas al astro argentino luego de perder el partido en el Mundial en Brasil frente a Alemania en 2014, fueron feroces. Las redes se inundaron de insultos, acusándolo de gordo y lento en la cancha. Fue entonces cuando un compañero de la selección argentina le habló del médico italiano Giuliano Poser, un especialista en nutrición deportiva que tenía la receta “milagro” para volver a ponerlo en forma.
Poser le propuso un cambio de hábitos de manera paulatina. Fue sustituyendo la carne roja por otras magras y aumentando el consumo de pescados y verduras. Las harinas refinadas también salieron de su plan alimenticio y terminó por implementar un nuevo estilo mucho más saludable al comer que pronto llevaron a Messi a ser figura en el campo de juego por su buen desempeño.
Protege el sistema cardiovascular
“El pescado aporta Omega 3, vital para las articulaciones y para disminuir los triglicéridos. También, regula la presión arterial aumentando la elasticidad de las arterias”, explica la nutricionista Silvia Tasat. Por su parte Mónica Katz, especialista en la materia, dijo: “Es uno de los patrones más estudiados del mundo. Cada vez es más valorado a nivel internacional. Los beneficios se pueden medir a nivel metabólico, antioxidante y como prevención de enfermedades graves”.
Los 7 datos claves de la dieta:
1. El uso de particulares fuentes de grasas: el aceite de oliva y los frutos secos que se hallan en abundancia en la región Mediterránea.
2. Se agregan otros alimentos considerados saludables como los pescados “azules” (anchoas, caballa, sardina, salmón, pez espada, bonito, cazón, arenque, atún) y la carne roja es reducida al mínimo.
3. Las harinas refinadas son reemplazadas por carbohidratos integrales: panes, pastas y arroz.
4. Debe consumirse entre 1,5 y 2 litros diarios, dependiendo de la actividad física desarrollada y las condiciones climáticas. Se puede complementar estos con infusiones como el mate o el té, sin azúcar adicionada.
5. Los lácteos se deben ingerir a diario. La prioridad es para los quesos y el yogurt que aportan además minerales como el calcio y favorecen la flora intestinal.
6. Los huevos son recomendados, pero con moderación en su ingesta.
7. Finalmente, los vegetales, legumbres y frutas son decisivos tanto en el almuerzo como en la cena.
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