En los primeros meses de vida los bebés aún están aprendiendo a controlar su organismo, por lo que dependerán al 100% de ti para ayudarlos en sus diferentes necesidades. Una de estas se da después de terminar de comer, ya que no saben cómo eructar.
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Por la velocidad a la que comen o por soltar el agarre del pecho o tetero, es normal que el estómago del bebé se llene de aire, por lo que es necesario sacarle los gases. Cuando esto no se hace tu bebé estará quejándose y se notará que no está cómodo.
¿Cuándo deben sacarse?
Sea que tu bebé tome pecho o le des tetero, lo mejor es que le saques los gases en la mitad de la toma, para poder ayudarle a liberar espacio en el estómago y podrá saciarse más, y también al haber finalizado.
Si amamantas a tu bebé la probabilidad de que le den gases es menor a comparación de cuando toma tetero. Si tu bebé se ve contento o se queda dormido durante la toma, no es necesario que le saques los gases, ya que hay ocasiones en las que no tragan mucho aire.
Sacar los gases será necesario especialmente durante el primer medio año, pero entre los 4 y 6 meses ya irán aprendiendo a succionar mejor y será menos necesario sacarle los gases.
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Las mejores posiciones para sacar los gases de tu bebé
Cada bebé es distinto y con el paso de las semanas irás descubriendo la manera que más te funcione para sacarle los gases. Estas son algunas de las posiciones más efectivas para hacerlo:
Sobre el hombro
Pon a tu bebé recostado en tu pecho, haciendo que su barbilla quede apoyada en tu hombro. Sostén su cabecita con tu mano y con la otra soba su espalda suavemente o dale palmaditas pequeñas.
Esto lo puedes hacer sentada, si te sientes más cómoda para que no se te vaya a resbalar, o caminando en círculos. Puedes aprovechar este momento para hablarle y cantarle a tu bebé para calmarlo. Te recomendamos que pongas una toallita sobre tu hombro ya que puede sacar un poco de leche.
Barriguita contra hombro
Esta posición es similar a la anterior. Pones a tu bebé un poco más arriba, de manera que su barriguita quede apoyada contra tu hombro.
Asegúrate de que no está haciendo demasiada presión para que pueda respirar bien y cuida su cabecita. Puedes usar esta posición cuando hayan pasado un par de meses y tenga mejor control para sostener su cabeza y su cuello.
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Sentado
Sienta a tu bebé en tus piernas, mirando hacia el frente. Ubica su cuerpo inclinado hacia adelante y, con tu mano abierta con los dedos hacia arriba, apoya su pecho en tu palma mientras le sostienes el mentón suavemente con tus dedos.
Cuando tengas bien agarrado a tu bebé, soba suavemente su espalda con tu otra mano o da palmaditas muy pequeñas.
Boca abajo
Acuesta a tu bebé sobre tus rodillas o tu brazo boca abajo, haciendo que la mandíbula quede apoyada en tu mano.
Asegúrate de que su cabeza no esté más abajo que el resto de su cuerpo, sino alineada o un poco más arriba. Dale palmaditas suaves con tu otra mano en la espalda.
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Masajes circulares
Acuesta a tu bebé boca arriba y haz masajes circulares alrededor del ombligo con las yemas de tus dedos, en el sentido de las agujas del reloj. Inicia con círculos pequeños y poco a poco ve haciéndolos más grandes, por toda su barriguita.
