Cuando René Higuita hizo el escorpión para el papa polaco Juan Pablo II

A propósito del juego entre Polonia y Colombia, en el Mundial de Rusia, la historia de cómo se conocieron dos arqueros: Karol Wojtyla y "El Loco".

Nelson Fredy Padilla
23 de junio de 2018 - 12:00 a. m.
Juan Pablo II fue guardameta en su juventud. Aquí con Joao Havelange, entonces presidente de la FIFA. De su encuentro con Higuita no se conocen fotos. / Archivo
Juan Pablo II fue guardameta en su juventud. Aquí con Joao Havelange, entonces presidente de la FIFA. De su encuentro con Higuita no se conocen fotos. / Archivo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El papa polaco Juan Pablo II designó al 2000 el “año jubilar de los deportistas” y para ello invitó a atletas de todo el mundo a audiencias privadas en la sala Pablo VI del Vaticano, en Roma. El día anterior a uno de esos encuentros se apareció en la Embajada de Colombia ante la Santa Sede el arquero René Higuita. Todos los funcionarios corrieron a tomarse fotos con él y pedirle autógrafos. Pensaron que iba en busca de asesoría turística, como hacen muchos católicos colombianos que van a conocer ese pequeño Estado dentro del Estado italiano. No era el caso. “Me regaló una camiseta suya y me rogó que le consiguiera una boleta para el evento de las leyendas”, me contó el embajador Guillermo León Escobar Herrán, quien falleció el año pasado.

Él fue a la Casa Pontificia y uno de los religiosos organizadores le dijo que no había ninguna posibilidad de conseguirle la entrada. Pero cuando el diplomático le explicó que el personaje interesado era Higuita, lo identificó de inmediato y lo puso en primera fila, “porque al santo padre le gusta especialmente el fútbol y se alegrará de verlo”. Al día siguiente la estrella del evento fue el exguardameta, que se emocionó el doble de lo que estaba desde que entró a la Basílica de San Pedro cuando le contaron que el papa sabía de él porque fue arquero en su juventud en Polonia. (Le puede interesar: los papas y el fútbol).

Sí. Karol Wojtyla fue un apasionado del fútbol, jugaba de guardameta en el Wadowice y es el aficionado más famoso del equipo MKS Cracovia. En una de sus biografías se lee que organizaba partidos entre judíos y cristianos y reforzaba al equipo hebreo cuando le faltaban jugadores. El médico Jerzy Kluger, amigo de juventud, define su capacidad futbolística con la palabra “coraje”. “Era un excelente portero, podía salir a los pies de los contrarios sin importar cuán fuerte fuera el ataque”. Lo apodaban Lolek.

Y Lolek conoció al Loco Higuita, del que se hizo seguidor en el Mundial de Italia-90 y por el famoso escorpión en Wembley en 1995. En el Vaticano nadie pensó en Higuita como un católico pecador. Nadie recordó su amistad con el narcoterrorista Pablo Escobar ni su lío judicial. Aunque las palabras del papa incluyeron: “por desgracia, algunas veces en el ámbito deportivo suceden episodios que humillan el verdadero significado de la competición y no sólo afectan a los atletas, sino también a la comunidad”.

Circularon entre los asistentes una cartilla con sus discursos sobre el deporte, que incluye varios sobre el fútbol: En 1987 les dijo a los jugadores del club romano Lazio: “Amadísimos atletas: el fútbol es una palestra de adiestramiento de la voluntad, una escuela de promoción humana y espiritual”.  En el 2000 les dijo a los de la Roma: “Por su índole popular, el fútbol responde a múltiples expectativas y ofrece un entretenimiento sereno tanto a aficionados como a familias enteras. ¡Cuán urgente es la responsabilidad de los directivos, de los atletas, de los cronistas y de los aficionados! Pienso, sobre todo, en los atletas que tienen ante sí un público, especialmente formado por jóvenes, que los ve como modelos para imitar. Con su ejemplo pueden transmitir mensajes de alto valor humano y espiritual. Al contrario, los comportamientos incorrectos causan efectos nocivos que, por desgracia, se amplifican con una resonancia negativa imprevisible. Siempre hay que ser conscientes de esto”. (La lección mundialista de Nigeria e Islandia).

Enterado de los rumores mafiosos dentro de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), también en 2000 les dijo a sus directivos en cabeza del ahora destronado Joseph Blater: “El fútbol es un deporte de alcance mundial, y esto es mucho más evidente aún en la actualidad debido al gran interés popular y a la cobertura de los medios de comunicación social con que se sigue el deporte. Vuestra responsabilidad tiene una dimensión mundial, ya que más de doscientos países y ciento veinte millones de jugadores forman parte de vuestra asociación. Tenéis un inmenso poder y debéis usarlo para el bien de toda la familia humana. Ciertamente, sois administradores; pero también sois educadores, dado que el deporte puede transmitir efectivamente muchos valores elevados, como la lealtad, la amistad y el espíritu de equipo. Es muy importante tener presente esto en un tiempo en que el fútbol se ha convertido, por decirlo así, en una industria mundial. Es verdad que el éxito financiero del fútbol puede ayudar a sostener nuevas y valiosas iniciativas, como el ‘Proyecto caridad’ de la FIFA. Pero también puede contribuir a una cultura del egoísmo y de la avidez”. 

René Higuita no olvidará haber tenido ese privilegio y oír el sermón de voz del pontífice. Le dijo al embajador Escobar que salía reconfortado. Y cuando se despedía, allegados al papa polaco le pidieron que hiciera la jugada del escorpión. El colombiano soltó la carcajada y les preguntó dónde, pues estaban en medio de una solemnidad monacal. Ellos le pidieron unos minutos y aparecieron con un balón y se lo llevaron hasta las afueras del Vaticano al primer pedazo de césped que encontraron. Según el embajador Escobar, “lo pusieron a hacer la famosa jugada en un prado, hasta ese momento intocable, frente al castillo de Sant’Angelo”, el mismo lugar que aparece en Ángeles y demonios, la novela de Dan Brown. Tomaron fotos y grabaron un video para el papa. Juan Pablo II quedó feliz, le mandó la bendición a su arquero colega y otra para la selección Colombia.

(Todos los detalles del Mundial de Rusis en el especial de El Espectador).

Por Nelson Fredy Padilla

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar