Las confesiones de Jhon Viáfara
El campeón de la Copa Libertadores con Once Caldas en 2004, está preso desde el 19 de marzo en un centro penitenciario de Bogotá. La Corte Suprema de Justicia de Colombia aprobó su extradición a Estados Unidos por narcotráfico.
Redacción deportes
Jhon Viáfara fue el héroe del Once Caldas en la Copa Libertadores que le ganó en 2004 a Boca Juniors de Argentina. El vallecaucano hizo un nombre en el fútbol, jugó en Europa y luego regresó al país para darse una nueva oportunidad en equipos como Deportivo Cali y Águilas Doradas. Tuvo una buena carrera, en la que pudo cambiar drásticamente su vida, comparado con lo que tenía su familia cuando él era niño. Desde el 19 de marzo de este año está recluido en un centro penitenciario de Bogotá. La Corte Suprema de Justicia de Colombia aprobó la extradición a Estados Unidos, pues lo requiere la Corte del Distrito Este de Texas por "delitos federales de narcóticos y concierto para delinquir".
Luego de casi cinco meses de silencio, Jhon aceptó a hablar con el periodista de Manizales Osvaldo Hernández, editor de deportes del periódico La Patria. Fue un dialogo humano en el que narró lo que está viviendo en la cárcel y en el que pide que se agilice su proceso, incluso si lo que toca es ir a responder en Estados Unidos. “Lo primero que les pedí a los abogados era que me agilizaran todo para ir lo más pronto posible a solucionar el inconveniente”.
(Puede leer: Jhon Viáfara, de un gol inmortal a un escándalo judicial)
Contó que su día a día en la cárcel comienza a las siete de la mañana, cuando lo llaman a formación para que hagan el conteo de presos. A las ocho va a desayunar y luego va a la celda a orar y leer. A las 10:00 a.m., va al gimnasio y está allí durante tres o cuatro horas. Contó que le ha servido de instructor físico a algunos compañeros, con quienes también comparte vivencias. Más tarde vuelve a la celda, se baña, almuerza y descansa. A las 5:00 p.m., es la comida y más tarde se encierra para protegerse del frío.
Jhon está escribiendo todo lo que está viviendo en la cárcel, sus vivencias y las de las personas que ha conocido en este tiempo en el que ha estado privado de su libertad. “Me tocaba ir a recoger frutas para comprar un par de zapatos, hasta llegar al Once Caldas y ser escogido como el mejor jugador de América. Después de compartir con los mejores del mundo, con Lionel Messi, Martín Palermo o ir a la Selección a lo que vivo ahora. Compartir celda con hombres buscados hasta escuchar a un compañero de patio que me pide que lo meta en mi libro porque tiene pocos días de vida por un cáncer y muere un mes después. Son cosas que te ponen los pies en la tierra y te comprometen. Todo eso me ayuda”, asegura.
(Le puede interesar: El expediente de la DEA contra el exfutbolista John Viáfara)
¿Cómo está de amigos?, le preguntaron. A lo que respondió que “mejor que antes. Cuando uno está acá, uno huele feo, como decimos normalmente y solo se le arrima la gente que es capaz de taparse las narices. De esos hay muchos que se han tapado la nariz, me hablan, están pendientes de mí. Pero también aleja a otros, que uno pensaba y no. Eso es lo bonito de esta experiencia en medio de todo. Sé que cuando salga de acá Dios habrá quitado mucha gente que no necesitaba”.
Sobre si está listo para ser extraditado a Estados Unidos, explicó que “cuando uno llega acá, no está acostumbrado a este voltaje. Lo primero que les pedí a los abogados era que me agilizaran todo para ir lo más pronto posible a solucionar el inconveniente. Acá en Colombia no tengo problemas, entonces pedí eso, agilizar. Estando aquí me di cuenta de que hay gente con año y medio esperando. La última palabra la tiene el presidente y si es necesaria mi ida allá o se aclara desde acá”.
Jhon asegura que es inocente y dice que su cometió un error fue por desconocimiento de las leyes en Estados Unidos. “Al igual que mi familia, me considero inocente. Ignoro las leyes de otros países, en este caso las de los Estados Unidos. Estoy muy tranquilo, más allá de los comentarios amarillistas; la gente que me conoce, la gente que ha estado en mi vida, nunca me ha conocido en las grandes mansiones. Hemos sido una familia humilde y trabajadora, nunca hemos tenido lujos. En la vida hay dos cosas imposibles de esconder: el dinero y una tos”.
Jhon Viáfara fue el héroe del Once Caldas en la Copa Libertadores que le ganó en 2004 a Boca Juniors de Argentina. El vallecaucano hizo un nombre en el fútbol, jugó en Europa y luego regresó al país para darse una nueva oportunidad en equipos como Deportivo Cali y Águilas Doradas. Tuvo una buena carrera, en la que pudo cambiar drásticamente su vida, comparado con lo que tenía su familia cuando él era niño. Desde el 19 de marzo de este año está recluido en un centro penitenciario de Bogotá. La Corte Suprema de Justicia de Colombia aprobó la extradición a Estados Unidos, pues lo requiere la Corte del Distrito Este de Texas por "delitos federales de narcóticos y concierto para delinquir".
Luego de casi cinco meses de silencio, Jhon aceptó a hablar con el periodista de Manizales Osvaldo Hernández, editor de deportes del periódico La Patria. Fue un dialogo humano en el que narró lo que está viviendo en la cárcel y en el que pide que se agilice su proceso, incluso si lo que toca es ir a responder en Estados Unidos. “Lo primero que les pedí a los abogados era que me agilizaran todo para ir lo más pronto posible a solucionar el inconveniente”.
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Contó que su día a día en la cárcel comienza a las siete de la mañana, cuando lo llaman a formación para que hagan el conteo de presos. A las ocho va a desayunar y luego va a la celda a orar y leer. A las 10:00 a.m., va al gimnasio y está allí durante tres o cuatro horas. Contó que le ha servido de instructor físico a algunos compañeros, con quienes también comparte vivencias. Más tarde vuelve a la celda, se baña, almuerza y descansa. A las 5:00 p.m., es la comida y más tarde se encierra para protegerse del frío.
Jhon está escribiendo todo lo que está viviendo en la cárcel, sus vivencias y las de las personas que ha conocido en este tiempo en el que ha estado privado de su libertad. “Me tocaba ir a recoger frutas para comprar un par de zapatos, hasta llegar al Once Caldas y ser escogido como el mejor jugador de América. Después de compartir con los mejores del mundo, con Lionel Messi, Martín Palermo o ir a la Selección a lo que vivo ahora. Compartir celda con hombres buscados hasta escuchar a un compañero de patio que me pide que lo meta en mi libro porque tiene pocos días de vida por un cáncer y muere un mes después. Son cosas que te ponen los pies en la tierra y te comprometen. Todo eso me ayuda”, asegura.
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¿Cómo está de amigos?, le preguntaron. A lo que respondió que “mejor que antes. Cuando uno está acá, uno huele feo, como decimos normalmente y solo se le arrima la gente que es capaz de taparse las narices. De esos hay muchos que se han tapado la nariz, me hablan, están pendientes de mí. Pero también aleja a otros, que uno pensaba y no. Eso es lo bonito de esta experiencia en medio de todo. Sé que cuando salga de acá Dios habrá quitado mucha gente que no necesitaba”.
Sobre si está listo para ser extraditado a Estados Unidos, explicó que “cuando uno llega acá, no está acostumbrado a este voltaje. Lo primero que les pedí a los abogados era que me agilizaran todo para ir lo más pronto posible a solucionar el inconveniente. Acá en Colombia no tengo problemas, entonces pedí eso, agilizar. Estando aquí me di cuenta de que hay gente con año y medio esperando. La última palabra la tiene el presidente y si es necesaria mi ida allá o se aclara desde acá”.
Jhon asegura que es inocente y dice que su cometió un error fue por desconocimiento de las leyes en Estados Unidos. “Al igual que mi familia, me considero inocente. Ignoro las leyes de otros países, en este caso las de los Estados Unidos. Estoy muy tranquilo, más allá de los comentarios amarillistas; la gente que me conoce, la gente que ha estado en mi vida, nunca me ha conocido en las grandes mansiones. Hemos sido una familia humilde y trabajadora, nunca hemos tenido lujos. En la vida hay dos cosas imposibles de esconder: el dinero y una tos”.