Las pruebas de los vetos en la selección de Colombia femenina

Carlos González Puche (c), presidente de Acolfutpro, junto a las jugadoras colombianas, este jueves en Bogotá. / Gustavo Torrijos - El Espectador

Todo comenzó con un video difundido a través de redes sociales en el que Isabella Echeverri y Melissa Ortiz denunciaron las irregularidades que se presentan en las selecciones de Colombia femeninas. Uniformes en mal estado y con tallas de hombres, convocatorias paralelas, falta de viáticos y vetos, algunos de los aspectos que denunciaron las futbolistas. Luego El Espectador reveló los testimonios de otras jugadoras que se sentían inconformes con el manejo de los combinados nacionales y, además, salió a la luz pública el tema de supuestos acosos sexuales.

Este jueves en Bogotá, el presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), Carlos González Puche, acompañó a trece futbolistas en una rueda de prensa en la que ratificaron las denuncias realizadas y expusieron un audio en el que se prueba la existencia de los vetos en las selecciones femeninas. En la pieza, Álvaro González Álzate, presidente de Difútbol (ente rector del balompié aficionado en Colombia), muestra su inconformismo porque la jugadora Daniela Montoya fue a la prensa a “envenenar los medios en contra de la Federación”.

“Me parece que utilizó mal medio. No sé por qué se enojaron por lo de Daniela, si me debió haber buscado a mí. Pero, entonces, ¿qué buscaba con eso? Encasillar a la dirigencia deportiva contra ella. Entonces si llegan y le dicen a Felipe Tarboda: ‘Si la llega a llamar, hasta luego usted’. ¿Qué  hago?”, dice González Álzate, miembro del comité ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol, en el audio.

“Nosotros no queremos destruir. Esto es para construir y por eso el lunes vamos a presentar las denuncias con los hechos. Debemos tener una Liga Profesional Femenina y queremos llegar a un acuerdo con la dirigencia”, agregó Isabella, quien públicamente le pidió disculpas a Daniela Montoya por no haberla apoyado y “no haber hecho lo correcto en el momento. Eres y serás la mejor 6 que tiene Colombia”.

Montoya, a quien se refirió González Álzate en el audio, no pudo contener las lágrimas y dijo: “Para los que tenían alguna duda, está más que comprobado. Uno escucha declaraciones de que no hubo veto, y no fue así. Yo duré año y medio mal, porque teníamos la ilusión de estar en los Olímpicos. Le mandé una carta al presidente Luis Bedoya, a Álvaro González y Jesurún. Ellos nunca me respondieron. Yo hablaba con Felipe y me engañaron todo el tiempo, hasta que al final dijeron que solamente era una decisión técnica, cuando era un veto que me dieron durante año y medio. Uno quiere que las cosas mejoren. Lo de nosotras nunca vale, no me parece justo que las cosas sean así”.

Melissa Ortiz recalcó que “todas las denuncias están sustentadas por pruebas y no son chismes”, y habló del tema de los tiquetes aéreos, los viáticos y el pago incompleto del premio del Mundial de Canadá 2015 por quedar de séptimas, además del hecho del “uso indebido” de su imagen en el álbum Panini de dicho Mundial. (Le puede interesar: FIFA y Conmebol: "Condenamos cualquier tipo de acoso sexual o laboral")

La excapitana de la selección de Colombia, Natalia Gaitán, desmintió la versión de los dirigentes sobre una falta de comunicación por parte de las jugadoras hacia la Federación. Habló de una carta con sello de recibido del 14 de febrero del 2012 y recalcó: “Siempre será un honor competir por la camiseta de Colombia. No lo hacemos por dinero, pero necesitamos unas condiciones dignas”.

Además, el presidente de Acolfutpro agregó: “Quien se atreve a hablar y reclamar no hace parte de las selecciones de Colombia, de mujeres y de hombres, porque esto mismo ha pasado con los hombres. No parece, pero la Federación es una entidad sin ánimo de lucro. Lo que produce la Federación debe invertirse en la Federación”. En tono irónico aseveró: “A las jugadoras les negaron 60 mil pesos de viáticos porque la Federación se iba a quebrar”. Y concluyó: “Ellos las consideran problemáticas por exigir unas condiciones mínimas”.