Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hace 1.361 días, Colombia se paralizó con la presentación de James Rodríguez en el Real Madrid. Fue todo un acontecimiento: el mejor jugador del seleccionado colombiano en el Mundial de Brasil 2014 llegaba a uno de los equipos más emblemáticos del mundo. El Santiago Bernabéu se llenó ese 22 de julio para ver al nacido en Cúcuta vestir la camiseta número 10 del equipo merengue. “Estoy feliz de estar aquí. Es un sueño hecho realidad”, dijo en la rueda de prensa. (Lea también: Bayern Múnich vs. Real Madrid y
En su primer año con el cuadro blanco, James tuvo una buena temporada: marcó 17 goles y realizó 18 asistencias. Era un jugador clave en el esquema utilizado por el entrenador Carlo Ancelotti. Esa campaña el Real Madrid no logró los grandes objetivos que tenía: quedó eliminado en las semifinales de la Liga de Campeones, en octavos de final de la Copa del Rey y fue segundo en la Liga de España. Solo se quedaron con los títulos de la Supercopa de Europa, la Supercopa de España y el Mundial de Clubes, que se disputó en Marrakech. Por esa razón, Florentino Pérez optó por un cambio de entrenador.
Rafael Benítez fue el elegido a mediados de 2015. El español tomó las riendas y en su idea de juego no entró James Rodríguez. Desde entonces comenzó su viacrucis en el conjunto merengue. Benítez apostó por Isco por encima del colombiano. Sin embargo, los malos resultados terminaron sacando al estratega en enero. Florentino Pérez apostó por el encargado del Real Madrid Castilla, Zinedine Zidane. El francés empezó a dar resultados de inmediato y aunque no ganó la liga de España finalizó en la segunda posición a un punto del Barcelona y además ganó la Liga de Campeones 2015/16 contra el Atlético de Madrid.
Desde su llegada Zidane apostó por el orden y en el mediocampo siempre jugó con Luca Modric, Toni Kroos y Casemiro. Ese fue su tridente por detrás de la BBC, el que cortaba juego y lo creaba. James Rodríguez fue relegado al banco. No había espacio para él. A lo largo de las temporadas 2015/16 y 2016/17 siempre se habló de la indisciplina del colombiano, su bajo nivel y que no se la llevaba bien con el técnico, pero la realidad era que su figura no entraba dentro del módulo táctico del estratega francés, que guió al Madrid a ganar dos Ligas de Campeones seguidas y la última temporada de la Liga de España.
James Rodríguez hizo parte de ese equipo ganador, pero su tiempo de juego siempre fue limitado. Así mismo le sucedió a Álvaro Morata. A final de la campaña del año pasado, buscando más minutos ambos jugadores salieron del club. El delantero español se fue para el Chelsea y el mediocampista colombiano para el Bayern Múnich, donde consiguieron el protagonismo deseado. James potenció su estilo de juego con Jupp Heynckes y se ha convertido en pieza importante del equipo bávaro, que esta temporada sueña con repetir lo logrado en 2013: ganar Liga, Copa y Liga de Campeones.
La Bundesliga la ganaron el fin de semana pasado tras vencer al Ausburgo 4-1 y el miércoles mantuvieron vivo el sueño de ganar la Liga de Campeones después de empatar sin goles con el Sevilla en el Allianz Arena y vencer al equipo español en el marcador global 2-1. Ahora, en el camino se cruza el Real Madrid, es el escollo que debe superar el equipo alemán si quiere seguir encaminado en lograr el triplete. El destino, en su manera indescifrable de actuar, le pone a James Rodríguez el reto de reencontrarse con sus antiguos compañeros pero esta vez para intentar dejarlos eliminados de la Liga de Campeones y evitar que Zidane siga haciendo historia con el conjunto merengue.