Francia, el primer finalista del Mundial de Rusia 2018

En San Petersburgo, un lugar con gran influencia francesa en su arquitectura, los dirigidos por Deschamps se impusieron 1-0 y están en la final de Rusia 2018.

Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia
10 de julio de 2018 - 11:32 p. m.
Con un solitario gol de Samuel Umtiti, Francia venció a Bélgica y clasificó a la tercera final de su historia.   / AP
Con un solitario gol de Samuel Umtiti, Francia venció a Bélgica y clasificó a la tercera final de su historia. / AP
Foto: AP - Natacha Pisarenko
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Tan fría como majestuosa (en verano su clima promedio es de 18 grados), San Petersburgo flota sobre 44 islas y tiene una arquitectura que recopila las mejores técnicas europeas. El Mar Báltico limita con la tierra en esta parte de la región del Viejo Continente, por lo que el agua toma importancia en la vida de las personas, y de los turistas, y de todo aquel que venga a una población en la que por estos días el sol está presente en 21 de las 24 horas del día. Esta ciudad, con un aire de pasado en todas sus calles, es una de las 11 sedes de la Copa del Mundo Rusia 2018. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

El río Nevá y los canales construidos por el hombre hacen de esta ciudad la Venecia del oriente, un lugar en el que las embarcaciones hacen las veces de autos, en la que la magestuosidad es algo cotidiano. El estadio de San Petersburgo, en el que se disputó la primera semifinal de este Mundial, entre Francia y Bélgica, está a unos cuantos metros del mar, cerca de los imponentes cruceros que surcan las aguas peligrosas, pero apetecidas del Báltico. Para entrar a la zona del escenario deportivo, uno de los más novedosos del mundo, es obligatorio pasar por encima de puentes, también cautivarse con la imponente imagen de postal que combina la naturaleza con la modernidad. 

En esta ciudad todo es perfecto. Se nota su planificación y la manera cómo se organizó cada detalle. Y eso viene desde la época de Pedro Primero de Rusia, mejor llamado como Pedro El Grande. En 1697, siendo parte de un linaje que gobernaba a este país, emprendió un viaje a Europa Oriental para aprender varias artes como la ingeniería, la arquitectura, y la construcción naval. (Lea: Francia acabó con la ilusión belga en Rusia 2018)

Fue un estudioso de la vida estos países y al regresar de su viaje quiso replicar todo en su Rusia. Así que trajo a los mejores arquitectos para que construyeran en San Petersburgo lo mejor. Y no ahorró esfuerzos para modernizar y reformar el orden existente. Impuso elegancia, un nuevo estilo, una nueva vida.

Y este martes los mejores constructores regresaron a la ciudad rusa. La elegancia del fútbol salió a relucir en uno de los partidos más llamativos del torneo. Los franceses y los belgas replicaron el arte, esta vez con la pelota, con la sutileza, con la imaginación en la cancha. Cada jugada fue especial, el encuentro se disfrutó al máximo por los 64.286 espectadores que, a pesar del frío, colmaron las gradas e intentaron calentar el ambiente con sus gritos. (Lea también: Thierry Henry, con el corazón dividido)

El primer tiempo fue muy parejo. Con dos equipos dispuestos a mostrar su estilo en la cancha. En el primer ataque del juego, Francia abrió la cancha por derecha con Mbappé, quien en velocidad llegó al fondo y tiró un centro a ras de piso. Luego, respondió Bélgica con una jugada de velocidad y habilidad por parte de Eden Hazard. Cada uno quería hacer lo mejor, mostrarse, como aquellos artistas que se pueden ver en el Hermitage, uno de los más famosos museos del mundo, en los que están antigüedades y pinturas de los creadores más destacados de la humanidad.

Opciones de gol, regates, atajadas de los arqueros. Sólo faltaba el gol. Un primer tiempo parejo pero que dejó la sensación de que lo mejor sería para el final. Para la parte complementaria los entrenadores soltaron un poco más a sus equipos y eso generó que se vivieran aún muchas más emociones. (Le puede interesar: La carta del alcalde de Kazán, quien quedó encantado con los colombianos en el Mundial)

Al minuto 51 llegó el único gol gracias a un cabezazo de Samuel Umtití, quien ganó le ganó en las alturas a Marouane Fellaini y envió el balón al fondo del arco. Los dirigidos por el español Roberto Martínez intentaron reaccionar. Apostaron al juego que los trajo hasta esta instancia semifinal, con toque rápido y transiciones veloces de defensa a ataque, pero no lograron vencer a un Hugo Lloris, quien se perfila como el mejor arquero del torneo.

Pedro El Grande murió en 1725, dejando a Rusia y a su ciudad como una potencia. Muchas cosas ocurrieron después de él. Mucha sangre rodó, sufrimiento, dolor. Pero al final de todo San Petersburgo siempre se levantó. Y en esta Copa del Mundo Francia demostró que también puede mantenerse, como lo hizo en uno de los mejores encuentros del certamen. Y por eso será recordado. Parte de esta ciudad es francesa y debe estar feliz, pues su arquitectura está inspirada en París, la capital del primer finalista de la Copa del Mundo. (Lea: “Bélgica venció a Brasil y por eso es la favorita”: Hugo Lloris)

El equipo belga quedará con la tranquilidad de tener una generación joven y exitosa que llegará con posibilidades para la próxima Copa del Mundo en Catar 2022. El técnico Martínez ha hecho un proceso serio y debe ser respetado. Ahora, el turno de soñar es para los franceses y para Didier Deschamps, quien buscará levantar la copa por segunda vez, en esta ocasión sin necesidad de pisar el terreno de juego.

Por Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia

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