Los jugadores de Argentina se negaron a jugar el amistoso contra Israel
El encuentro, programado para este sábado en Jerusalén, no se realizará. Varios de los jugadores habían sido amenazados por la tensa situación que vive ese país con Palestina.
Redacción deportes
Politizar el fútbol, utilizarlo como trampolín para lograr intereses particulares y no como mecanismo de construcción social. Eso hicieron los gobiernos de Argentina e Israel con el amistoso entre ambas selecciones a pocos días del Mundial de Rusia. Los jugadores argentinos, junto a su técnico Jorge Sampaoli, se negaron a disputar el partido, programado para este sábado en Jerusalén, ciudad que aparte fue declarada hace poco por Donald Trump como capital de ese país, en contravía de la visión de las Naciones Unidas.
Leer más: Claves para entender el conflicto de Palestina e Israel
Y así políticos como la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, aseguraran que una cosa no tenía que ver con la otra, el partido emitía un mensaje simbólico en medio de un conflicto que lleva más de 70 años. Hace un par de días, a la concentración de la selección de Argentina, llegaron varios palestinos y personas de otros países con camisetas quemadas y manchadas de sangre. Una manifestación que tocó a los jugadores y cuerpo técnico de la albiceleste, quienes habían sido amenazados y se opusieron rotundamente a disputar el encuentro amistoso.
Ahora, el gobierno argentino y la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) deberán solucionar los problemas económicos y diplomáticos que lleguen, pues los contratos ya estaban firmados. Ese es el precio que deberán pagar los directivos y políticos involucrados en la realización de este compromiso.
Leer más: cuando el deporte ha sido un vehículo de apoyo a la política
La noticia fue confirmada por Hugo Moyano, vicepresidente segundo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), quien dijo este martes que se suspendió el amistoso que iban a jugar Argentina ante Israel en Jerusalén este sábado.
"Me parece bien que se haya suspendido el partido de la Argentina con Israel. Se ha hecho lo correcto, no valía la pena. Lo que pasa en esos lugares, donde matan tanta gente, no se puede aceptar de ninguna manera. Las familias de los jugadores estaban sufriendo por las amenazas", dijo Moyano a Radio 10 en medio de los rumores que daban por cancelado el partido.
Politizar el fútbol, utilizarlo como trampolín para lograr intereses particulares y no como mecanismo de construcción social. Eso hicieron los gobiernos de Argentina e Israel con el amistoso entre ambas selecciones a pocos días del Mundial de Rusia. Los jugadores argentinos, junto a su técnico Jorge Sampaoli, se negaron a disputar el partido, programado para este sábado en Jerusalén, ciudad que aparte fue declarada hace poco por Donald Trump como capital de ese país, en contravía de la visión de las Naciones Unidas.
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Y así políticos como la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, aseguraran que una cosa no tenía que ver con la otra, el partido emitía un mensaje simbólico en medio de un conflicto que lleva más de 70 años. Hace un par de días, a la concentración de la selección de Argentina, llegaron varios palestinos y personas de otros países con camisetas quemadas y manchadas de sangre. Una manifestación que tocó a los jugadores y cuerpo técnico de la albiceleste, quienes habían sido amenazados y se opusieron rotundamente a disputar el encuentro amistoso.
Ahora, el gobierno argentino y la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) deberán solucionar los problemas económicos y diplomáticos que lleguen, pues los contratos ya estaban firmados. Ese es el precio que deberán pagar los directivos y políticos involucrados en la realización de este compromiso.
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La noticia fue confirmada por Hugo Moyano, vicepresidente segundo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), quien dijo este martes que se suspendió el amistoso que iban a jugar Argentina ante Israel en Jerusalén este sábado.
"Me parece bien que se haya suspendido el partido de la Argentina con Israel. Se ha hecho lo correcto, no valía la pena. Lo que pasa en esos lugares, donde matan tanta gente, no se puede aceptar de ninguna manera. Las familias de los jugadores estaban sufriendo por las amenazas", dijo Moyano a Radio 10 en medio de los rumores que daban por cancelado el partido.