¿Cómo manejar las finanzas para sobrevivir la cuarentena?

Este puede ser un período para reorganizar gastos y deudas. Se vale romper algunas reglas de oro con tal de superar la crisis provocada por el Covid-19. Vea cómo debe planificar.

Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092
22 de abril de 2020 - 02:00 a. m.
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La cuarentena, que se sigue alargando, representa un verdadero reto para el bolsillo. Los mejores preparados en esta coyuntura son aquellos que tienen una estructura de gastos saludables. Esto se logra cuando 60 % de los ingresos mensuales se destinan a gastos vitales (mercado, arriendo, etc), 25 % en gastos no vitales (recreación, ciertas comodidades y gusticos), 10 % para el pago de las cuotas mensuales de las deudas y se puede ahorrar al menos 5 %. Sin embargo, este es el escenario ideal, pues siendo realistas pocos están en esta situación.

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Pero aunque se tenga una mala salud financiera, la estrategia es igual que para el resto: lo importante en esta coyuntura es sobrevivir con el menor daño posible a las finanzas en el mediano y largo plazo. En este período, desde el punto de vista de finanzas personales, lo único que importa es cubrir los gastos vitales, el resto puede esperar o se puede omitir para ahorrar y así tener un colchón en caso de que la situación se deteriore.

Es importante tener claro las prioridades en los gastos: alimentos, productos de higiene y la cobertura de salud deben estar al principio de la lista. El arriendo, los servicios públicos y las deudas más importantes son cuentas que en lo posible hay que procurar cubrir, pero en un estado de emergencia es válido recurrir a los alivios que el Gobierno ha anunciado en las últimas semanas, como los períodos de gracia en los préstamos, las pagos diferidos en las facturas de servicios y entrar en un proceso de conciliación para acordar un plan de pagos con el arrendador.

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En caso de que exista incertidumbre sobre los ingresos, se pueden romper algunas reglas de oro para financiar la cuarentena: por ejemplo, pagar el mercado con la tarjeta de crédito a más de una cuota. Es algo que en un escenario normal no se recomienda pues estos instrumentos deben usarse con bienes o servicios que duren más que el crédito: un computador, un curso de varios meses (mayor a las cuotas), o incluso la ropa. Por esto, el mercado, las cenas de restaurante o incluso las vacaciones no deben ser financiados por créditos de consumo, pues tienen los intereses más altos, de cerca del 27 % E.A. Pero en una situación de pocos ingresos, y de emergencia, es válido financiar los bienes básicos para sobrevivir la cuarentena por medio de un tarjetazo.

Y si no queda más remedio se pueden tomar los ahorros (o cesantías, que se pueden retirar en esta emergencia) para financiar las necesidades vitales durante la cuarentena. De hecho, para estos momentos es que se ahorra, es la principal herramienta para enfrentar las emergencias, y permite salir bien librado o, incluso, fortalecidos en momentos en los que la economía nacional y mundial está débil. Pero precisamente por ser tan importantes es que se deben cuidar, usando solo lo necesario para no perder todos estos recursos.

Después de la cuarentena

Si bien en este período es válido acomodar las finanzas para sobrevivir, contemplando casos en los que se pueden dejar de pagar facturas y recurrir al endeudamiento, se debe pensar en el futuro. Es decir, se debe hacer un plan para reparar las finanzas. Por ejemplo, en caso de que se hayan acumulado varias deudas se pueden comenzar trámites para pedir una reestructuración: agrupando todas las que se puedan por medio de una compra de cartera y fijando cuotas que pesen el 10 % de los ingresos mensuales (máximo el 20 %).

Esta también puede ser una oportunidad para repensar todos los egresos. Por ejemplo, cancelar todas esas membresías a servicios que tal vez no utiliza, o que no disfruta lo suficiente como para renunciar a su salud financiera. Lo mismo para los gastos hormigas, pues los dos cafés de $2.000 que se compran en días laborales pueden equivaler a más de $960.000 en un año. Incluso buscar un arriendo más económico es un cambio que mejorará la salud financiera.

En caso de haber recibido golpes estructurales durante la cuarentena, como la pérdida de trabajo, o incluso si se concluye que las finanzas no podrán cubrir las deudas poscuarentena, se deben estudiar alternativas como la Ley de Insolvencia. Es un recurso legal muy extremo, pues lo dejará muy restringido, pero le permitirá renegociar con los acreedores antes de sufrir el embargo del sueldo o perder la vivienda, en caso de un crédito hipotecario.

Lo que importa en este momento es prepararse y adaptarse para poder sobrellevar el período de aislamiento, que cada vez se alarga más. Este es un momento duro y sin precedentes, pero que se puede superar con inteligencia y planificación. Si se hace bien, al final de la emergencia se logrará una mejor disciplina y salud financiera.

Por Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092

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